“La forma de disfrutar la vida es concluir un objetivo y empezar de inmediato con el siguiente. No te quedes demasiado tiempo en la mesa del éxito, la única forma de disfrutar otra comida es teniendo hambre.”
Jim Rohn
1 junio de 2021
<<¡Hoy es el día!>> Digo en mi mente, ya que ha llegado la fecha límite que me había fijado para cumplir mis objetivos de una de las fases de mi objetivo financiero máximo.
Tengo un objetivo financiero máximo, por lo cual diseñe un plan dividido en más de 15 fases para poder llegar allí. Cada fase tiene 5 objetivos que tienen que ver con mi patrimonio, mi ingreso, mi vivienda, mis vehículos de desplazamiento, y con la actividad que realizo.
Me siento super contento porque, en general, tras casi año y medio de plazo que me había dado para ello, los objetivos de esa fase se han cumplido. He de admitir que algunos no están 100% cumplidos, pero tienen un avance muy significativo, puesto que en algunos de ellos me había puesto una vara tan alta que, en el momento que los planteé, sabía que no los cumpliría, aun así me comprometí a lograrlo en contra de todo pronóstico.
Estoy esperando la respuesta de una institución educativa, puesto que en el objetivo de la actividad que quiero realizar me había propuesto dedicarme de lleno a unos estudios de doctorado. Para este objetivo planteé que se cumpliría satisfactoriamente si lograba una beca que ellos ofrecen en la admisión. Se supone que hoy sabré la respuesta de esto.
Ya tengo los resultados de los demás objetivos. Sea a mi favor o no la respuesta del faltante, necesito saberla porque, dependiendo de cuál sea, podré plantearme los objetivos y la planificación de la siguiente fase que me acercará todavía más a mi objetivo financiero máximo.
¡Por fin! Varias horas después me llegó la respuesta. Es una carta en la cual me dicen que he sido admitido al programa. Gracias a Dios, que alegría siento al saberlo. Pero, espera, no encuentro la respuesta de la beca por acá, de esa beca depende si me dedico a esto de lleno o me toca replantearme el objetivo a otro tipo de actividad.
Decido llamar a la persona encargada de los posgrados de aquella institución. Ella me dice que el comité de becas no se ha reunido todavía, así que en alrededor de 10 días podré tener respuesta.
Tras terminar la llamada, la alegría por mi admisión se mezcla con un poco de ansiedad y frustración por no tener esa respuesta, no tanto por el resultado sino más porque no voy a poder hacer la próxima planificación basada en datos reales.
Si bien sé que puedo planificar asumiendo cosas, decido no hacerlo porque, en caso de no acertar, tendría que volver a hacer una nueva planificación y no quiero hacer doble trabajo. Entonces decido esperar hasta recibir esa respuesta para sentarme a planificar.
Días después
Sigo sin tener respuesta aún. Pero, he notado que en los últimos días me he sentido perdido, sin motivación para hacer mis actividades diarias, y he usado buena parte de mi tiempo en cosas poco provechosas como ver vídeos de entretenimiento y navegar por redes sociales.
Siento una desazón, como si algo le hiciese falta a mi vida. ¿Cómo es posible que hace pocos días estaba tan lleno de motivaciones, emocionado por cada día que llegaba, pero ahora no tengo ganas de nada?
¿Por qué me siento así? Quiero saberlo.
Decido analizar qué es diferente ahora. Y ¡voila! Aquello que es diferente, aquello que me hace falta, el motor que me mantenía en movimiento: tener un objetivo que perseguir.
El poder de un objetivo
“Si estás aburrido con tu vida, si no te levantas cada mañana con un deseo ardiente de hacer cosas, no tienes suficientes objetivos.”
Lou Holtz
“No siempre se pretende que un objetivo sea alcanzado; a menudo este sirve simplemente como algo a lo que apuntar.”
Bruce Lee
Los objetivos son una fuerza propulsora.
Los objetivos le dan sentido a la gente, le dan orden e intención a la acción inconsciente o descuidada.
Los objetivos pueden forzar a que alguien saque lo mejor de sí mismo yendo más allá de donde éste cree que puede llegar. Incluso pueden lograr que alguien se mantenga con vida.
En filosofía existe la rama de la teleología, la cual dice que todos los comportamientos que realizamos persiguen un fin. Te duchas porque esperas estar limpio, lees este artículo porque esperas aprender cosas de provecho, comes algo dulce porque esperas disfrutarlo con tu paladar, entre otros ejemplos.
Como seres humanos necesitamos de un objetivo para vivir una vida que valga la pena. Una persona que no persigue objetivo alguno no es más que un muerto en vida, un robot biológico que cumple someras funciones de supervivencia y no más.
Henry David Thoreau lo dice mejor en una frase: <<La mayoría de los hombres llevan vidas de desesperación silenciosa; lo que es llamado resignación no es más que desesperación confirmada>>. Esta frase describe a todo hombre que no sabe qué hacer con su vida, que no sabe qué objetivo debería perseguir.
Durante los días que no tuve ningún objetivo a perseguir me sentí perdido, mi enfoque estaba disperso, estaba confundido respecto a cómo utilizar mi tiempo y mi energía. En síntesis, no sabía qué hacer con mi vida.
El estado menos deseable para una persona es aquel en que ha perdido total autoridad sobre su vida, donde su acción no tiene intención ni propósito, puesto que es en ese estado cuando más vulnerable se encuentra de ser usado para cumplir los sueños y los propósitos de otros porque no tiene ningunos para sí mismo.
Aquello que nos da sentido, que nos da orden, que nos permite teñir con intenciones y propósitos a nuestras acciones, y que nos motiva a hacer las cosas es decidir perseguir un objetivo.
Si en este momento sientes que tu vida está a la deriva, que estás bloqueado en uno o varios aspectos, o que simplemente hay tantas cosas que quisieras lograr pero no sabes cuáles o cómo hacerlas, entonces define un objetivo. Cualquiera, puede ser trascendental y significativo o uno egoísta, puede ser a corto o largo plazo, puede ser complejo o simple; sólo define un objetivo, empieza a perseguirlo y el camino se mostrará por sí mismo. No temas equivocarte, no se trata de elegir el objetivo correcto, simplemente de decidir perseguir uno.
Todavía recuerdo una época en la que le había abierto mi corazón a una chica que me gustaba mucho, sin embargo, no fui correspondido. Fue un momento emocionalmente doloroso, me encontraba recostado en mi cama dándole vueltas a esa situación sin ganas de hacer nada, pero en el fondo sabía que debía moverme o mi tristeza me consumiría y malgastaría mi tiempo y mi energía.
Dos días después recibí un correo del gimnasio al que asistía en ese entonces, este decía que estaban impartiendo un curso de core abdominal por un valor de 100 euros y certificaban a las personas que tomaran las clases. Como estaba en un estado en que no sabía qué hacer, me puse como objetivo certificarme en esas clases así mi mente se despejaría.
Este simple acto de establecer un objetivo me cambió por completo, tanto psicológica como físicamente. Es como si ya sintiera ganas de moverme y hacer algo, como si el rechazo de aquella chica ya no me afectara en lo absoluto.
Años después estaba guiando el entrenamiento físico de algunas personas que me contrataban y daba clases en algunos gimnasios. Honestamente no sabía que eso era lo que iba a hacer en el futuro cuando tomé la decisión de ir a esas clases, de esta forma aprendí que un objetivo, incluso uno pequeño y simple, te abre camino y te hace avanzar. Aunque ya no me dedico actualmente a hacer entrenamientos físicos, le debo esta maravillosa experiencia de vida a esa mujer, gracias.
No sabes qué hacer con tu vida, ponte un objetivo ya, así sea fácil y rápido.
Ponte como objetivo arreglar tu habitación, leer y terminar un libro, salir a correr, inscribirte a un curso, llamar a un ser querido, empezar a ahorrar para comprar algo, etc. Lo que sea, pero ¡ponte un objetivo ya y comprométete a cumplirlo! Tu vida comenzará a moverse y con ese movimiento llegarán las respuestas de qué hacer con ella. Recuerda, los únicos inmóviles deberían ser los seres inertes.
“Si quieres vivir una vida feliz, átala a un objetivo, no a la gente ni a las cosas.”
Albert Einstein
¿Cuándo fue la última vez que definiste un objetivo para tu vida?
¿Tienes algún objetivo u objetivos personales que estés persiguiendo actualmente?
¿Estás haciendo algo para lograr tus objetivos personales?
Anatomía de un objetivo
“Los objetivos son el combustible en el horno del logro.”
Brian Tracy
Esta parte del artículo es para aquellos que ya no se sienten perdidos con su vida y que desean establecer sus propios objetivos de la manera más adecuada y proactiva posible.
Si aún te sientes perdido y no sabes qué hacer con tu vida, vuelve a leer los párrafos anteriores. Establece un objetivo cualquiera y dedícate a él.
Mi objetivo favorito que le recomiendo a toda persona en esa situación: ordena tu habitación, déjala limpia, saca la basura y todas las cosas que ya no utilices, incluso cambia los muebles de posición.
Este objetivo sencillo pondrá en movimiento cosas a nivel inconsciente que empezarán a cambiar tu vida, como un acto pequeño que abre un portal metafísico por donde entrarán cosas más grandes. Ahora, para aquellos que ya no se sientan perdidos, continúo.
Todo objetivo que esté bien definido contiene 4 elementos estructurales y 4 condiciones intangibles.
Elementos estructurales
Un resultado deseable claro
Una fecha límite para su cumplimiento
Un plan de acción que lo soporte
Un seguimiento y su respectiva evaluación
Condiciones intangibles
Un deseo real de conseguirlo
Una decisión comprometida
Que sea creíble para ti
Visualizar la consecución
Cualquiera que piense plantearse un objetivo y tener altas probabilidades de lograrlo, tiene que tener en cuenta todo lo anterior. Siempre que le falte alguno de los elementos estructurales y/o alguna de las condiciones intangibles, las probabilidades de conseguirlo disminuyen drásticamente.
Veamos uno por uno.
Elementos estructurales
Un resultado deseable claro
“El trabajo está destinado a crear un resultado deseado. Si tu trabajo no está materializando el sueño, ¿en qué estás trabajando?”
Richie Norton
Vivimos en un mundo donde se ha engrandecido de forma excesiva el proceso casi diciendo que el resultado no importa.
Claro que importa. Lógicamente hay que amar el proceso, disfrutar de su ejecución, aprender de él y sacarle todo el provecho posible. Sin embargo, hay que tener en cuenta que la única razón por la cual decidimos ser parte de ese proceso es porque su resultado es algo que deseamos.
De hecho, las personas que más admiramos, aquellas que son el foco de atención de muchos ojos, recibieron esa atención y esa admiración debido a los resultados que consiguieron, mas no a los procesos que atravesaron.
El proceso suele ser la historia maravillosa que hay detrás de un resultado, pero son muy pocos los que están dispuestos a vivirla. Y, me atrevo a apostar sin temor a equivocarme, que aquellos que decidieron vivirla se motivaron a hacerlo dado que había un resultado esperado que ellos deseaban.
Todos los objetivos que decidas perseguir deben tener un resultado claro que TÚ desees, si no entonces no pierdas tu tiempo con eso.
Hago énfasis en mencionar que sea tu deseo real. No cometas el error de dejar que los deseos de otros te sean impuestos porque, de lo contrario, entrarás en una situación personal caótica que, a la corta o a la larga, te llevará a sentirte perdido, frustrado y con resignación.
Parte de tu carácter y de tu amor propio viene dado por el tipo de objetivos personales que establezcas para tu vida, ya que ellos serán la pauta de tu comportamiento y de tu toma de decisiones a futuro, por esa razón define claramente objetivos cuyos resultados reflejen tus deseos más profundos.
Si lograras ese objetivo que estás persiguiendo, ¿su resultado sería algo que tú desees o algo que otros te condicionaron a desear?
Una vez tengas claro cuál es el resultado deseable, ahora sí puedes crear la afirmación que te recordará tu objetivo de una forma clara y rápida a la que puedes acceder en cualquier momento que necesites recordarlo.
Por lo general las afirmaciones de los objetivos se escriben iniciando con un verbo en infinitivo, por ejemplo: <<ahorrar 1.000 USD>>. Sin embargo, mi recomendación es que esa afirmación sea conjugada en la primera persona en presente para que cada vez que lo repitas lo hagas con certeza, como algo que ya pasó, por ejemplo: <<Yo ahorro 1.000 USD>>
También cabe aclarar que debes ser muy específico cuando hagas estas afirmaciones, ya que lo que sea que digas es lo que recibirás. Evita definir objetivos muy generales y abstractos, o cosas que suenen más políticamente correctas solo porque temes a lo que otros puedan pensar sobre ti. Recuerda, es tu objetivo y tu resultado deseable, por eso sé inmisericorde con cualquiera que quiera interponerse entre tú y lo que deseas.
Esto último te lo digo porque una vez mi deseo era tener un trabajo que me pagara más que en el que yo estaba, pero mis miedos me hicieron definir mi objetivo como: <<Yo tengo un trabajo con mayor potencial de generación de ingresos>>.
Pasó lo esperado, la vida me dio lo que pedí, un trabajo con mayor potencial de generación de ingresos. Lógicamente potencial no siempre es lo mismo que realidad, y, aunque ese trabajo tenía mucha autonomía y estoy agradecido por todo lo que aprendí allí, a nivel de ingresos terminé ganando menos que en el anterior.
Me planteé ese objetivo porque de esa manera porque sentía miedo de que sonará muy avaricioso y yo pudiese ser visto con malos ojos. Aprendí mi lección, debí haber puesto mi objetivo como <<yo tengo un trabajo que me paga X cantidad de dinero>> porque al final ese era mi resultado deseado.
Recuerda, recibirás y lograrás el objetivo que te plantees tal cual como te lo plantees. Ten claro tu deseo, ten claro el resultado que buscas, y sé específico a la hora de afirmarlo.
Una fecha límite para su cumplimiento
“Las tareas sin fechas límites son mucho mejores para producir culpa que para estimular la acción.”
Kerry Patterson, Crucial Conversations: Tools for Talking When Stakes Are High
Cuando una acción a realizar no tiene un plazo para ser realizada, esta sucede en cualquier momento y en ninguno a la vez.
El hecho de afirmar que harás algo abre de inmediato una línea de tiempo. Es como si hubiese distintas versiones de ti en otras dimensiones que sí han hecho y no han hecho lo que dijiste, por eso esa acción ocurre en muchos momentos y en ninguno al mismo tiempo. Al haber tantas versiones se vuelve improbable que materialices en esta realidad alguna de las versiones que sí lo hizo.
De ahí la importancia de establecer un plazo y una fecha límite en la cual esa acción debe realizarse, entendiendo también las consecuencias que acarrea el resultado. Así, cuando se cumpla ese plazo, sólo habrá dos resultados posibles: la versión tuya que sí lo hizo y la que no.
Cuando defines una fecha límite no abres líneas de tiempo innecesarias, las cuales, de quedar abiertas, lo único que hacen es quitarte una parte de tu energía hasta que las culmines; energía que podrías utilizar para cosas más provechosas.
Por otro lado, cuando un objetivo no tiene un plazo determinado para ser cumplido, no hay motivación en hacerlo dado la carencia del sentido de urgencia necesario para lograr lo que nos propongamos con prontitud.
Sin sentido de urgencia nos da igual que algo suceda ya, en una hora, mañana, el otro año o la otra década.
Una persona promedio vive alrededor de 25.000 a 30.000 días. Mientras nuestros avances tecnológicos no sean capaces de mantenernos con vida por periodos más prolongados o darnos la inmortalidad, requerimos del sentido de urgencia para concluir nuestros objetivos y vivir nuevas experiencias.
Pero, incluso, si fuésemos inmortales, necesitamos de un sentido de urgencia para no estancarnos. Estar estancados en un objetivo teniendo todo por vivir puede ser igual o peor al castigo al cual fue condenado Sísifo, quien debía subir una roca a una cima desde la cual la misma roca rodaría de vuelta al inicio del camino, y Sísifo debía repetir este absurdo proceso eternamente.
Hay una frase popular que dice que los objetivos sin límites de tiempo no son más que sueños. En mi caso considero que no son más que el resultado de una mente que vive en la ilusión y la fantasía lejos de cualquier intención de materializar los resultados deseados.
Si quieres tener mayor certeza en el cumplimiento de tus objetivos y ponerte más cerca de la materialización de los mismos, agrega a tus afirmaciones una fecha límite. Por ejemplo: <<Yo tengo ahorrado 1.000 USD el 31 de diciembre del 2021>>.
¿Cuántas líneas de tiempo innecesarias has abierto por no haber establecido una fecha límite?
En cuanto al objetivo que sea que estés persiguiendo en este momento, ¿en qué momento definiste que lo debías cumplir?
Dale un sentido de urgencia a tus objetivos si en verdad es importante para ti su consecución.
Una vez llegada la fecha límite, evalúa si conseguiste el objetivo, asume las consecuencias que eso acarrea, declara que cierras cualquier línea temporal innecesaria abierta, y define un nuevo objetivo a perseguir.
Un plan de acción que lo soporte
“¡Si fracasas en planificar, estás planificando para fracasar!”
Benjamin Franklin
Un objetivo logrado siempre fue precedido por una o más acciones encadenadas que lo hicieron posible.
Hay dos formas de recorrer un camino y llegar al destino: a ciegas o con la ruta clara. Esto significa que, incluso sin saber cómo, cualquiera podría ir del punto A al punto B, la única diferencia radicaría en el tiempo, la energía y los recursos utilizados en ese trayecto.
Al tener un tiempo de vida finito, un nivel de energía finito y unos recursos finitos, lo ideal siempre será gastar lo menos posible de ellos en el logro de un objetivo.
Un plan de acción te ayuda a predecir los siguientes movimientos y lo que necesitarás para llevar a cabo tu objetivo gastando lo menos posible de tu tiempo, tu energía y tus recursos.
Aquí es donde falla la mayoría. Muchos, sobre todo aquellos que entendieron mal la ley de la atracción, creen que simplemente es decir afirmaciones del objetivo, visualizarlo y ya, pasará por arte de magia. Pasado el tiempo, generalmente se encuentran de frente con la frustración de que no se haya materializado.
Yo también cometí ese error alguna vez. Recuerdo que mi objetivo era lograr cierto nivel de ingresos, lo escribí entre la lista de mis objetivos del año y cada mañana visualizaba como esa cantidad de dinero ingresaba a mi cuenta bancaria. Sin embargo, pasaron los meses y mi ingreso no había tenido transformaciones considerables ni cercanas al objetivo.
Lógicamente lo anterior me frustró. Sentí que había perdido mi tiempo (en parte sí) y que esto eran patrañas (no del todo). Decidí sentarme a analizar por qué no lo lograba, por qué aunque visualizara el resultado con claridad no podía ver el camino que me llevaba hasta allá. La respuesta la encontré en la falta de tener un plan de acción.
Tenía claro mi resultado deseado, pero seguía haciendo casi lo mismo que antes. Estaba loco, tal como decía Albert Einstein, <<demencia es hacer la misma cosa una y otra vez esperando resultados diferentes>>. Así que decidí abrirle paso a la cordura y me senté a crear un plan estructurado para saber qué debía hacer para lograr el objetivo, puesto que a ese paso la única manera en que iba a lograrlo era ganándome la lotería o consiguiendo una sugar mommy.
Con mi plan de acción hecho, ya sabía qué posibles fuentes de ingreso podía generar, cuántas ventas debía hacer, cuántas llamadas y visitas debía realizar, etc. Una vez tuve esto claro, aumentó al instante mi certeza sobre la consecución del objetivo, a la vez que se intensificó mi sensación de poder en influir a que eso se convierta en una realidad.
“En la preparación para la batalla siempre he encontrado que los planes son inútiles, pero planificar es indispensable.”
Dwight D. Eisenhower
Alguna vez le escuché a un maestro espiritual decir que, si querías hacer reír a Dios sólo tenías que mostrarle tus planes. Con esto hacía referencia a que los planes podrían fallar aunque fuesen diseñados con el mayor grado de meticulosidad.
Un plan de acción puede fallar por distintas razones, incluso ni siquiera puede cumplirse en su totalidad, pero, a pesar de eso, nos da la confianza para recorrer el camino que hay hacia nuestro objetivo.
Perseguir un objetivo sin un plan de acción es como ir caminando por un terreno desconocido con la visión nublada o a oscuras, una situación en donde la certidumbre y la confianza en la consecución se vuelven casi nulas, lo cual disminuye bastante las posibilidades de logro de cualquier objetivo.
Por otro lado, cuando tenemos un plan de acción podemos hacer evaluaciones y medidas comparativas de lo que ocurre en el proceso respecto a lo que habíamos estimado inicialmente, de esta forma podemos reconocer y tomar decisiones sobre si debemos abandonar, o ver en qué medida podemos ser flexibles y adaptarnos a condiciones inesperadas.
Cuando el imperio japonés hizo su primer avance por el sudeste asiático en la Segunda Guerra Mundial, los altos mandos quedaron tan sorprendidos por sus resultados conseguidos pues habían logrado todos los objetivos propuestos en menos tiempo y con menos bajas de las estimadas. Algo que no habrían podido saber de no haber tenido un plan de acción, inclusive ni lo hubiesen logrado.
Entre más grande el objetivo, el plan de acción que lo soporte debe ser todavía mayor.
Tu plan debe ser el manual paso a paso de lo que debes hacer para lograr el objetivo. Es la división del objetivo en objetivos más pequeños que, al ser cumplidos, aseguren su consecución.
Respecto al objetivo que deseas conseguir, ¿sabes cuál es el primer paso a realizar?
¿Sabes cuál es el siguiente paso? ¿Y el siguiente? ¿Y el siguiente?
Abraham Lincoln decía que si le dabas seis horas para talar un árbol, él usaría las primeras cuatro afilando el hacha. Recuerda, tu plan puede fallar, pero eso no significa que pierdes tu tiempo planificando, al contrario, cada hora dedicada a planificar aumentará tus probabilidades de éxito, por eso afila tu hacha.
Planificar conlleva tiempo y dedicación, conlleva pensar, quizá por eso la mayoría de las personas no lo hacen. Ellos viven inmersos en una especie de esclavitud donde esperan que un amo les de su ración diaria y les diga qué hacer, les cuesta pensar y decidir por sí mismos, en consecuencia, no logran las cosas que ellos quieren, pero sí logran las que otros quieren.
Si tú sientes que no eres un esclavo y quieres romper ese yugo invisible al que la sociedad te ha condicionado, conviértete en la autoridad de tu vida. Piensa, planifica y toma acción, que lo que sea que este en tus pensamientos lo puedas materializar en esta realidad.
Por otra parte, respecto a lo mencionado en la ley de la atracción, sí existen personas que sólo por tener una visión clara de lo que desean lo pueden materializar, incluso pareciera que la vida misma se encarga de dárselos sin que ellos tengan que esforzarse por ello.
Lo anterior es posible porque la ley de atracción implica que atraes lo que eres, y como ellos son las personas que poseen lo que desean aun sin tenerlo todavía, lo materializan con facilidad.
Llegar a este nivel está muy por encima de las posibilidades de la persona promedio que transita por las calles de tu ciudad. Requiere de un trabajo personal, de autoconocimiento, de autocontrol, y de limpieza. Implica más esfuerzo que planificar así que ya puedes inferir porque no cualquiera lo logra.
La ley de atracción está en funcionamiento todo el tiempo, de hecho todo lo que has atraído a tu vida hasta este momento, tanto lo bueno como lo aparentemente malo, es resultado de esa ley porque eres la persona que atrae ese tipo de cosas.
Además, ten presente este orden: Ser -> Hacer -> Tener
Tener se refiere a lograr materializar el objetivo y Hacer se refiere a la ejecución de tu plan de acción. Cuando estés ejecutando tu plan de acción, empieza a operar desde la mentalidad de la persona que ya consiguió el objetivo, o sea desde la del Ser. En este caso visualizar es indispensable y te permite Ser y sentirte como la persona que atrae ese tipo de resultados que tú deseas.
Es más, aún con la planificación más estructurada posible, si no la ejecutas desde un marco mental y las intenciones correctas, te enfilas hacia el fracaso. Cree, confía en ti y en el futuro, recuerda que tienes un plan a seguir, nada puede salir mal.
Un seguimiento y su respectiva evaluación
“Cuando el rendimiento es medido, el rendimiento mejora. Cuando el rendimiento es medido y se reporta, la tasa de mejora se acelera.”
Ley de Pearson
Dar seguimiento al objetivo permite que el proceso vaya encaminado hacia su consecución. Una vez cumplida su fecha límite, la evaluación dirá si se cumplió o no, y en qué medida.
Es del saber general que la mayoría de las personas que hacen propósitos de año nuevo fracasan y abandonan llegado el mes de febrero. Si bien eso es consecuencia de no tener alguno o todos los elementos estructurales anteriores, el hecho de no realizar este elemento puede tirar por la borda cualquier esfuerzo realizado en la planificación.
Los aviones duran por fuera de ruta más del 90% del tiempo de vuelo, y casi siempre llegan a su destino en los horarios establecidos. La razón de esto se debe a un seguimiento constante de su plan de ruta.
El piloto revisa continuamente su curso actual respecto a la ruta trazada y realiza las correcciones pertinentes para poner el avión en la ruta correcta nuevamente, para ello se vale del radar y de otros mecanismos que le permiten saberlo.
Sin ese seguimiento al vuelo del avión, los accidentes aumentarían, los aterrizajes forzosos también aumentarían, los aviones perdidos serían una noticia más común, y los retrasos en los vuelos serían algo normal en los aeropuertos. Este nivel de control es el que hace que viajar en avión sea más seguro en todos los aspectos que cualquier recorrido que hagas por carretera.
Así mismo, tu seguimiento será el que aumente aún más las posibilidades y la sensación de certeza de lograr tu objetivo. Tu seguimiento es el que permite que tu plan de acción se ejecute y se corrija a tiempo evitando que quede en el olvido.
Para poder realizar un seguimiento efectivo debes tener una serie de mecanismos y métricas que te permitan evaluarlo fácilmente, y estos los defines y los diseñas durante la creación de tu plan de acción.
Por ejemplo, si el objetivo que te planteas es ahorrar 1.200 USD para el último día del año, y en el plan de acción decidiste que debías ahorrar 100 USD mensuales, tu seguimiento deberías hacerlo mensualmente revisando si efectivamente ahorraste esa cantidad en el mes o no. Si en un mes te hizo falta 10 USD, ahí es donde debes replantear tu plan de acción, podrías hacer un esfuerzo extra en el mes siguiente ahorrando 110 USD, o podrías distribuir la cantidad faltante en los meses restantes para que el esfuerzo sea menor, entre otras opciones.
Cada objetivo es diferente, por consiguiente, requerirá un plan de acción específico y único para ser cumplido, además de unos mecanismos y métricas únicos y específicos para evaluar y hacer el seguimiento del proceso y del resultado.
Si el objetivo es pérdida de peso, la métrica será el peso corporal y el mecanismo será pesarse en la báscula; si es uno de ventas, el seguimiento podría hacerse revisando el número de unidades vendidas, cantidad de ingresos generados, nivel de recompra, entre otros; y así con cualquier objetivo que te propongas.
A su vez, debes tener claros los momentos para hacer estos seguimientos, sean diarios, semanales, mensuales trimestrales, etc. Esto dependerá netamente de la naturaleza del objetivo, ya que si, por ejemplo, el objetivo es tener un árbol, revisarlo cada día puede ser infructuoso pues hay que darle tiempo para que crezca, pero si fuera hacer day trading, revisar constantemente las operaciones a lo largo del día es crucial.
“…Estrecha los periodos de feedback. Pon mecanismos allí así la atención no tendrá que deambular. Pide más input. ¿Cuánto input? Bueno, olvídate de las revisiones cuatrimestrales. Piensa en términos de revisiones diarias. Estudios han encontrado que en profesiones con menos periodos de feedback directo -análisis de acciones, psiquiatría y medicina- incluso el mejor empeora con el tiempo.”
Steven Kotler
Es claro que hay objetivos que necesitan que le des tiempo para poder divisar sus frutos o presenciar sus resultados, sin embargo, si dejamos mucho tiempo entre un seguimiento y el siguiente, podríamos incurrir en el error de olvidarlo o quitarle importancia, lo cual aumenta las posibilidades de fracaso.
Suelo revisar dos veces al día todos mis objetivos. De hecho, planteo objetivos diarios, semanales, mensuales, trimestrales, anuales y de largo plazo, los cuales están conectados entre sí de forma lógica, haciendo que, si cumplo los de hoy, me acerque a cumplir los de la semana, lo que me acerca a cumplir los del mes, los del trimestre, los del año, y así sucesivamente.
Mi seguimiento ocurre continuamente tal como el piloto que va en su avión. Aunque nos salgamos de nuestra ruta el 90% de las veces, podemos retomar el curso gracias a los mecanismos y las métricas que tenemos a nuestra disposición en nuestros seguimientos, lo que nos aumenta nuestras posibilidades y nuestra sensación de certeza de llegar a nuestros destinos.
Así que se podría inferir que un seguimiento bien ejecutado puede hacer que logres tus objetivos aun equivocándote el 90% de las veces.
¿Qué métricas y mecanismos has diseñado para dar seguimiento a tu objetivo?
¿Cada cuánto haces los seguimientos de tu objetivo?
Finalmente, tenemos la evaluación, la cual es la que nos dice si el objetivo se transformó en el resultado deseable o no.
Hay dos tipos de objetivos, (1) aquel en el que un evento sucede, por ejemplo <<terminar de leer un libro para el próximo domingo>>; y (2) aquel en el que un número o porcentaje debe ser alcanzado, por ejemplo <<vendo 1.000 productos para finales del trimestre>> o <<tengo un porcentaje de grasa corporal del 9% el 11 de septiembre>>.
Cuando los objetivos se establecen basados en que un evento suceda, la evaluación es muy fácil, sucedió o no sucedió, un sí o un no sumado a las consecuencias lógicas de ello. No hay punto medio.
Cuando los objetivos se establecen basados en un número o porcentaje, la evaluación puede ser igual de fácil que la anterior, un sí o un no. La diferencia radica en que, al existir una medida específica, podemos saber cuán cerca o lejos estuvimos de conseguirlo, por ejemplo, si el objetivo era vender 1.000 productos y vendiste 985, estuviste muy cerca de lograrlo, pero si sólo vendiste 100 estuviste bastante lejos.
El segundo tipo de objetivos le gusta mucho a nuestro cerebro, ama los números pues le facilitan la planificación y el seguimiento, así que, en lo posible, intenta que cuando definas tus objetivos y hagas tu planes de acción estos contengan números.
Un objetivo generalista puede mentir o ser engañoso. Un objetivo con medidas específicas no puede ser burlado.
Si te preguntas qué puede pasar si tu objetivo fracasa, simplemente tienes que saber que esa es una posibilidad de la que nadie está exento por muy bien cimentado que esté su objetivo en estos cuatro elementos estructurales.
Lo importante es que tu objetivo esté bien definido con resultados deseables claros, con fechas límites, que tenga un plan de acción que ejecutarás y al que le harás seguimiento. En ese caso el fracaso no es tu culpa porque hiciste lo que te tocaba, así que mis felicitaciones y mis mejores deseos para el próximo objetivo.
Pero si no haces lo que te toca, aquello en lo que tú tienes influencia y responsabilidad directa respecto a tu objetivo, el fracaso te lo tienes bien merecido.
Condiciones intangibles
Un deseo real de conseguirlo
“Cuando tus deseos sean lo suficientemente fuertes, parecerás poseer poderes sobrehumanos para lograr tu objetivo.”
Napoleon Hill
“El deseo hace que la vida ocurra. Hace que importe. Hace que todo valga la pena. El hambre por ver el siguiente amanecer o atardecer, para tocar al que amas, para intentarlo de nuevo.”
Karen Marie Moning, Shadowfever
El deseo real nace de la fuerza de voluntad, la cual proviene de nuestro instinto, o sea que un deseo real es el uso consciente y dirigido de una fuerza infinita que poseemos en nuestro interior.
Cuando tenemos deseo real de algo, hasta la parte más profunda de nuestras entrañas dará de sí para que podamos conseguirlo.
Cada vez que sientes deseo sexual por alguien puedes sentir también que todo es posible, que estás dispuesto a hacer lo que sea para saciarlo, es un momento donde el mundo que te rodea desaparece y sólo existe tu deseo y la satisfacción del mismo.
Ahora imagina que el deseo que tienes por lograr tus objetivos es similar al que sientes cuando tus impulsos sexuales se activan. En otras palabras, tu deseo es tan grande que para ti sólo existen tú, tu deseo y su consecución.
La persona más peligrosa del mundo es aquella que tiene en su cabeza únicamente un objetivo y un deseo real por conseguirlo.
Por ejemplo, los terroristas que están dispuestos a dar sus vidas con tal de perpetrar sus atentados. Su deseo de lograr su objetivo es tan grande que no permiten que nada ni nadie se interponga en su camino para que se cumpla, si es el caso morirán en el intento.
Si bien no es necesario llegar a ese nivel de extremismo, sólo imagina que tienes una convicción así de férrea cuando se trata de perseguir tus objetivos, una en la que estás dispuesto a morir por conseguir lo que deseas.
Mi hermana desde niña se comportaba como las personas más peligrosas del mundo, ella sólo tenía un deseo en mente, todo lo demás era inexistente e irrelevante para ella. Su objetivo era convertirse en médico desde que tenía 5 años, nunca lo cambió ni pensó en alternativas. Obviamente logró su objetivo pasado los años y ahora trabaja como doctora en un hospital.
¿Cuántas ganas tienes de lograr tus objetivos realmente?
¿Estarías dispuesto a dar todo de ti y más para conseguir tu objetivo?
Si algo o alguien se interpone entre tú y tu objetivo, ¿qué harás al respecto?
La vida sólo te dará lo que realmente desees. Dime tu nivel de deseo y te diré cuán probable es que lo consigas.
Los seres humanos poseemos la capacidad de poder percibir el deseo de los demás, es por eso que cuando alguien tiene un deseo grande de algo, tú puedes a empezar a sentir ese deseo también. Por ejemplo, si no tienes hambre, pero ves a alguien comiendo un helado con inmenso deseo, te entrarán ganas de comer helado aun cuando antes no tenías hambre.
Cuando está capacidad de percibir el deseo de otros se desvirtúa es cuando sentimos envidia de alguien.
Recuerdo cuando tenía 15 años que estaba viendo un documental en donde salían personas que alzaban pesas. Al terminar de verlo me entraron unas ganas intensas de ponerme a entrenar y así lo hice. O sea, pude sentir el deseo que tenían las personas del documental por hacer ejercicio, entonces empecé a tener el mismo deseo y actué en consecuencia.
Gracias a esta capacidad humana es que puedes detectar cuán fuerte es tu deseo. Si cuando haces o hablas sobre el objetivo que persigues logras despertar en otros ese mismo deseo o envidia, entonces tu deseo es real.
Infortunadamente, dada esa misma capacidad que poseemos puede que los objetivos que tú estés persiguiendo no vengan guiados por un deseo real que nace de tu propia fuerza de voluntad e instinto, sino que nacen del deseo de otra persona.
Lo peor que te puede pasar es que dediques tu tiempo, tu energía y tus recursos a objetivos que en realidad no son tuyos, sino que nacen del deseo de otros, pues esto es como vivir una vida que no te correspondía, una situación verdaderamente frustrante.
Así pues, limita mucho el contenido de lo que consumes y sé muy selectivo con el tipo de personas que andas, por lo menos hasta que no hayas definidos tus propios objetivos basados en tus propios deseos reales. Esto te lo digo porque puedes contaminarte del deseo de los demás.
Una vez tu objetivo está claro, busca contenido alineado mayormente con lo que deseas conseguir, y pasa tiempo con personas cuyos deseos potencien el tuyo.
Si tus objetivos despiertan deseos en otros y ellos empiezan a vivir una vida que no es de ellos por perseguir tus deseos, nada que hacer, no es tu problema. Cada quien es responsable de su vida y sus deseos, por eso no te sientas mal por mostrar tus objetivos cuando ya los tengas claros, al contrario, hazlo con orgullo.
“Observad cómo se queman los barcos… Esa es la única razón por la que debemos vencer, ya que si no ganamos, no podremos volver a nuestros hogares y ninguno de nosotros podrá reunirse con su familia nuevamente, ni podrá abandonar esta tierra que hoy despreciamos. Debemos salir victoriosos en esta batalla, ya que solo hay un camino de vuelta y es por el mar. Caballeros, cuando regresemos a casa lo haremos de la única forma posible, en los barcos de nuestros enemigos.”
Alejandro Magno
“Pienso que la capacidad del hombre podría duplicarse si fuese demandado, si la situación lo demandara.”
Will Durant
Sumado a todo lo anterior, puedes potenciar tu deseo generando un entorno y unas condiciones que vuelvan inevitable la consecución de tu objetivo. Debes entrar en el <<Punto de No Retorno>>, un estado donde no hay más alternativas que triunfar.
Sun Tzu en su libro El Arte de la Guerra dice que cuando las tropas se ponen en situaciones donde no hay más alternativas que luchar o morir, estas combatirán con una fuerza y habilidad que supera por mucho su desempeño normal.
Generalmente los puntos de no retorno suelen suceder tras una inversión financiera considerable, pero también hay otro tipo de formas de cruzar ese punto.
Recuerdo cuando estaba a pocos minutos de ser ingresado al quirófano porque se me iba a realizar una cirugía un tanto compleja donde existía un riesgo de morir. Mi deseo de vivir fue tal que pedí un teléfono prestado y llamé a una programadora para que me creará una página web para un proyecto que siempre había querido hacer, no le mencioné nada de la cirugía, simplemente le dije que cuando ella acabara con eso me pasara la cuenta de cobro. En mi mente decía que tenía que vivir para poder dedicarme al proyecto, nunca le di la entrada a la muerte como alternativa.
Si tu deseo es real, entrar en puntos de no retorno será sencillo y a veces automático.
¿Qué estás dispuesto a hacer para materializar tu deseo?
¿Hasta dónde llegarías para lograr tus objetivos?
¿Qué punto de no retorno debes atravesar para acercarte a la consecución de tus objetivos?
Nota: Si deseas saber más sobre la energía infinita de la fuerza de voluntad, lee este artículo.
Una decisión comprometida
“El compromiso es una declaración de lo que ‘es’. Tú puedes saber a qué estás comprometido por medio de tus resultados, no a través de lo que dices que son tus compromisos. Todos estamos comprometidos. Todos estamos generando resultados. El resultado es una prueba del compromiso.”
Jim Dethmer, Diana Chapman, y Kaley Klemp
El núcleo central de la palabra decisión implica que se cortan todas las alternativas.
Los compromisos resales se reflejan en los resultados, no en lo que dices que, supuestamente, son tus compromisos.
Decidir perseguir un objetivo es poner todo el enfoque, el tiempo, la energía y los recursos que hagan falta en su consecución. A su vez es decidirse por no perseguir más objetivos distintos.
Robert Braul lo explica mejor en una frase: <<Somos alejados de nuestro objetivo, no por los obstáculos, sino por un camino claro hacia un objetivo menor>>. Muchas veces las razones por las que no logras tus objetivos tienen más que ver con la procrastinación que con impedimentos.
Cuando tienes un objetivo muy grande o importante que estás persiguiendo, tu mente entra en un cierto estado de ansiedad y estrés porque sabe que hay trabajo por hacer, por lo cual puede generar cierta resistencia a la hora de poner manos a la obra. Esta es la razón por la cual la planificación para crear un plan de acción claro es tan importante, ya que le disminuye o le quita esa preocupación a la mente, así sabrá qué tiene que hacer y sólo debe ejecutarlo.
La mayoría de las personas falla en realizar la planificación, debido a esto no tienen claro el camino a seguir para lograr su objetivo; sus mentes no quieren hacer doble trabajo de pensar y ejecutar a la vez. Por eso, no es de extrañar que cuando se han propuesto un objetivo se vean envueltos en distracciones y tomen poca o ninguna acción.
Es más fácil para sus mentes lograr el objetivo de estar horas consumiendo contenido en redes sociales que lograr objetivos que pueden significar una verdadera evolución para sus vidas. El camino para conseguir objetivos menores lo tienen estudiado de sobra, en cambio el diseño del camino para objetivos significativos es mucho trabajo para sus mentes atrofiadas.
En este momento, ¿qué objetivos menores te están alejado de tu objetivo?
El diseño es clave para contrarrestar los objetivos menores y para anticipar los obstáculos. Durante tu planificación también tienes que tener en cuenta estos dos elementos creando escenarios y mecanismos para evitar que aparezcan y te quiten tiempo y energía.
Por ejemplo, para escribir este artículo planifiqué su estructura antes de escribir cualquier palabra, sabía desde el principio qué temas tocaría y en qué orden lo haría, esto hizo que cuando me senté a escribir no tuviese que pensar en qué iba a hacer sino simplemente dejar que fluya la inspiración a través de mis manos.
Además, también definí los momentos más propicios para sentarme a escribirlo sin interrupciones del entorno. En mi caso establecí que escribiría entre las 4:30 am y las 6:00 am. También eliminé cualquier posible fuente de distracción por lo que puse mi celular en modo avión evitando que cualquier notificación entrante me sacara de mi estado de flujo.
¿Qué decisiones puedes tomar ya que eliminen cualquier objetivo menor?
¿Qué mecanismos te permitirían mantenerte totalmente inmerso en la consecución de tu objetivo?
Todo objetivo que haya sido logrado empezó con una decisión comprometida.
Estás una sola decisión de lograr lo que sea. Yo sé que esto suena a las patrañas que normalmente dicen los <<gurus>> del desarrollo personal, pero es verdad, ya que cuando tomas una decisión comprometida estás moviendo cosas en el mundo metafísico que se materializarán en este mundo físico.
Recuerda que el compromiso lo evidencias en tus resultados, así que poco importará lo que sea que te digas o le digas a otros porque tus palabras pueden ser engañosas, tus resultados no. Tu peso actual es tu compromiso con ese peso, tu ingreso actual es tu compromiso con ese ingreso, tu relación de pareja es el compromiso con esa relación, etc. Los resultados muestran el compromiso real que hay detrás de tus decisiones.
Los resultados que generes en el camino hacia la consecución de tu objetivo serán los que te digan cuán realmente comprometido estás en hacer que las cosas pasen. Este es un mecanismo de control cualitativo excelente para evaluarte respecto a tu objetivo.
¿Qué resultados has generado hasta ahora con respecto a tu objetivo?
¿Qué nivel de compromiso reflejan esos resultados?
Nota: Si deseas saber más sobre los compromisos reflejados en resultados, lee este artículo.
Que sea creíble para ti
“Si algo le resulta difícil de lograr, no lo crea imposible para cualquier ser humano; más bien, si es humanamente posible y corresponde a la naturaleza humana, sepa que usted también puede alcanzarlo.”
Marco Aurelio
No existe objetivo alguno que puedas lograr si no crees que es posible para ti lograrlo.
Los seres humanos somos un colectivo global, estamos interconectados todos, por lo cual cuando un hombre logra algo nuevo, este abre la puerta a todos los demás para que también nos sea posible.
Durante alrededor de un siglo las personas creían que recorrer una milla en menos de cuatro minutos era imposible, algo que ponía en riesgo la salud humana de sólo intentarlo. En el año 1955 el inglés Roger Bannister superó esa marca aparentemente imposible para cualquier ser humano. Luego de eso no es de extrañar que hubo muchos atletas que no sólo lograron ese objetivo también, sino que lo han logrado en tiempos varios segundos por debajo.
Si crees que un objetivo no te es posible de conseguir, pero alguien más ya lo logró, tú también puedes hacerlo, está a tu alcance. No hay nada imposible en el mundo, cada que evolucionamos como especie nos damos cuenta que vamos convirtiendo lo supuestamente imposible en posible.
Ahora, debemos usar la lógica. Si bien cualquier objetivo es posible, se necesitan de ciertos conocimientos y habilidades para poderlos lograr. Por consiguiente, si tu objetivo requiere un nivel de habilidad 10 pero tú estás en 1, es obvio que no lo vas a creer posible para ti, no porque sea imposible sino porque no tienes lo necesario todavía.
“El objetivo más grande puede ser logrado si tú simplemente lo divides en suficientes partes pequeñas.”
Henry Ford
La planificación vuelve a ser clave. Ten un plan de acción congruente que te permita creer que cualquier objetivo sea posible para ti.
Puedes seguir teniendo como meta un objetivo grande que actualmente no sea posible para ti, simplemente debes crear un plan con muchos mini objetivos que, de lograrlos, te permitan materializar el gran objetivo que deseas.
Así pues, si tu objetivo es de nivel 10 y tú estás en el nivel 1, tu plan de acción debe estar dividido en 9 mini objetivos para lograr el más grande. El primer objetivo te lleva al nivel 2, el segundo al nivel 3, el tercero al nivel 4, y así sucesivamente. Puede que de esta manera te tome meses o incluso años, pero con esto puedes convencerte de que cualquier objetivo sea posible para ti.
Por ejemplo, para alguien que gana 1.000 USD, ponerse como objetivo ganar 1.000.000 USD puede parecerle imposible ahora. En realidad, le es totalmente posible, sin embargo debe entender que su plan de acción le puede tomar alrededor de 10 años y estará hecho de pequeños mini objetivos donde el primero será pasar de 1.000 a 2.000, luego de 2.000 a 4.000, de 4.000 a 8.000, etc. Si su deseo por conseguirlo es real, y su compromiso también es real, tomará la decisión de hacerlo.
¿Tienes algún gran objetivo que parezca imposible de conseguir para ti actualmente?
Si es así, ¿qué mini objetivos puedes establecer para lograrlo?
¿Cuál es el orden lógico de cumplimiento de esos mini objetivos?
No hay objetivos imposibles de conseguir, sólo hay objetivos cuya ruta de materialización desconoces, cuyo trabajo de planificación no has realizado todavía.
Si te sientes perdido planificando un objetivo que actualmente no crees que puedas lograr, invierte en educación, busca mentores, haz cursos y lee libros que te puedan dar las herramientas para llegar a ese nivel de personas que ya lo han conseguido. Recuerda, lo que un hombre pudo hacer otro hombre también lo puede hacer.
¿Y si el plan que te lleva a ese gran objetivo te toma años? ¿Qué importa? Ese tiempo pasa muy rápido, no querrás que transcurran esos años y sientas arrepentimiento porque no empezaste a sembrar las semillas desde hoy. Tal como dice un proverbio chino: <<El mejor momento para plantar un árbol era hace 20 años. El segundo mejor momento es ahora>>.
Visualizar la consecución
“Podemos atraer casi cualquier cosa por medio del uso de nuestra imaginación. Todo lo que necesitamos hacer es mantener la imagen del deseo o del sueño en nuestra mente y enfocarnos en este mientras se mezcla con emociones que son de vibraciones altas.”
Hina Hashmi, Your Life A Practical Guide to Happiness Peace and Fulfilment
El camino hacia la materialización se realiza a través de la emoción.
La palabra emoción implica que emitimos algo concreto. Nuestro corazón funciona con electromagnetismo, por lo cual es el encargado de transmitir, por eso se dice que el corazón puede hablar y que tiene una voz potente; él emitirá las emociones que tengas.
Cuando ya has hecho todo lo que has leído hasta aquí bien, implica que creaste una línea de tiempo de una versión de ti donde ya has materializado el objetivo. La visualización juega un papel esencial en este punto porque es la que permite tener viva la imagen del logro de tu objetivo, lo cual te acerca cada vez más a ella.
Cuando visualices, debes tener en cuenta dos cosas: (1) una imagen clara que implique que todo se cumplió sin que condiciones nada, y (2) las emociones que sentirías al haber cumplido ese objetivo concreto.
Una imagen clara que no condicione nada hace que la línea de tiempo que creaste no se contamine. Imagina que tienes un objetivo de casarte y aún no tienes pareja, si te visualizas en el altar frente al cura, la persona que debería estar a tu lado aparecerá como un vacío en tu imaginación, por lo tanto puedes estar condicionando sin querer una línea temporal en donde te planten en el altar.
Lo mejor para el caso anterior es que visualices tu dedo anular con un anillo de compromiso. El hecho de tener ese anillo implica que ya tienes una pareja y que el matrimonio ya ocurrió, pero no estás condicionando nada, ya que si te imaginas en el altar y te inventas la cara y la silueta de la pareja, condiciona a que la línea del tiempo tenga que ocurrir con esa persona, lo cual disminuye bastante las probabilidades de su consecución.
¿Qué imagen clara de haber logrado tu objetivo puedes imaginar en este momento?
¿Esa imagen condiciona algo de la línea temporal que estás materializando en esta realidad?
En cuanto a las emociones, cuando visualizas esa imagen clara debes hacerlo con las emociones que sentirías habiendo conseguido tu objetivo.
La emoción es el camino a la materialización, por lo mismo tus emociones vuelven aún más vivida la imagen de aquello que deseas materializar, además te permiten sentir desde ya su consecución en el ahora, lo cual te hace SER la persona que merece eso, en consecuencia podrás HACER la ejecución de tu plan de acción desde un marco mental de certeza, y, finalmente, esto te llevará a TENER lo que deseas.
¿Qué emoción sentirías si ya hubieses logrado que deseas?
¿Cómo se comporta tu versión que ya logró el objetivo que deseas?
¿Qué te impide comportarte desde ahora como la persona que ya logró el objetivo?
“La esperanza sólo anhela. La fe sabe que ya lo ha recibido y actúa acorde a ello.”
Florence Shinn
Si bien visualizar es imaginar, no quiere decir que estás soñando despierto. Simplemente usas tu imaginación con la intuición y la clarividencia suficiente para ver un futuro que sabes con toda certeza que ocurrirá.
Certeza es la clave de la visualización, sin esto sólo fantaseas.
Por medio de la visualización con la imagen clara y las emociones correctas, le das forma a la línea temporal que deseas que ocurra, a partir de aquí ya existe, pero es otra línea de tiempo, el trabajo ahora se encuentra en traer esa línea de tiempo a tu realidad.
“El tiempo es relativo, ¿ok? Y se puede estirar o angostar, pero no puede ir para atrás; no puede, ¿sí? Lo único que puede pasar por dimensiones como el tiempo es la gravedad.”
Amelia Brand, Película Interestelar
“TARS: …puedes aplicar fuerza a través del espacio tiempo.
Joseph Cooper: Gravedad… La gravedad cruza dimensiones incluyendo el tiempo.”
Película Interesterlar
La forma en la que puedes hacer que tu línea del tiempo actual se conecte con la nueva línea del tiempo que has creado con la visualización de tu objetivo es por medio de la gravedad.
La gravedad tiene una fuerza de atracción que puede atravesar la dimensión del tiempo y operar con su relatividad sin verse afectada.
El órgano físico que te permite utilizar la fuerza de gravedad para estos fines es tu hígado, y este lo activas por medio de la certeza de tus palabras en este orden: Visualizas la consecución de tu objetivo, transmites con tu corazón las emociones que sentirías al haber conseguido ese objetivo, y, por último, decretas que has logrado tu objetivo desde la certeza de que ya ocurrió.
A su vez, como el tiempo es relativo, puede que tu plan de acción diga que consigues tu objetivo en un año, pero puedes materializarlo con tu fuerza de gravedad antes de lo estimado.
Por ejemplo, yo tenía el objetivo de estar viviendo en un apartamento, tenía claro el número de habitaciones y todos los espacios que habría ahí dentro; y me visualizaba cada día viviendo ahí. Si bien ese objetivo lo tenía estimado para cumplirse en alrededor de 10 meses, al tercer mes se me dio la oportunidad de pasarme a vivir a un apartamento tal cual como yo lo había decretado, este vino y me buscó, mi fuerza de gravedad lo atrajo.
Por eso se dice que las palabras tienen poder, pero no las palabras de cualquiera, sino las de alguien que opera desde una auténtica certeza. Llegar a este nivel requiere de cierto trabajo interno, cierto autocontrol y disciplina, y de conocerse a sí mismo para lograr una maestría del Yo total, razón por la cual la mayoría no logran materializar aquello que desean.
¿Tienes total certeza de que tu objetivo ocurrirá? De ser así, ¡decrétalo!.
Conclusiones finales
Los objetivos son una fuerza propulsora, dan orden y sentido a las personas.
Una persona sin objetivos es una persona que hace méritos para no seguir con vida. Este universo es experto en deshacerse de lo que no le sirve y una persona sin propósitos no tiene ninguna utilidad.
Siempre que te sientas perdido o sin motivación, persigue un objetivo. Esto te pondrá en movimiento porque lo que no se mueve tiene la tendencia a volverse inerte, y porque avanzar en una dirección revela el camino.
Cuando diseñes tus objetivos no te olvides de tener claridad en cuanto a los resultados que deseas. Esto te permite crear imágenes concretas para tu visualización porque son imágenes que implican que ya lo has conseguido.
Cuando diseñes tus objetivos ponles una fecha límite, no crees líneas temporales innecesarias que consumen tu energía tontamente. De esta forma tienes un sentido de urgencia y facilitas la creación de tu plan de acción.
Cuando diseñes tus objetivos tomate todo el tiempo que necesites planificando. Tu plan de acción te quitará el peso de pensar en el siguiente paso cuando estés en medio del proceso, puede aminorar los posibles riesgos, e incrementa la creencia de que sí es posible para ti permitiéndote actuar desde la certeza de su consecución.
Haz seguimientos y evaluaciones durante la ejecución de tu plan de acción. Tener clara la ruta y el destino te permite mantenerte en curso para conseguir aquello que deseas.
Por último, debes estar totalmente comprometido en hacer que las cosas pasen, si no tomas esta decisión olvídate de que conseguirás tu objetivo, es más no será un objetivo sino una fantasía.
Mi intención con este artículo fue darte todas las herramientas que necesitas para definir tus objetivos y cumplirlos. Espero que aplicando esto puedas conseguir lo que sea que te propongas, por eso mis mejores deseos si has llegado hasta este punto, ahora tienes todo para materializar lo que sea que desees.
Nota: Ahora que sabes cómo diseñar tu objetivo, si deseas saber cómo encadenarlos y hacer que otra persona te ayude a cumplirlo, lee este artículo.
«La persona más poderosa en el salón es aquella que tiene menos para esconder.»
Rick Julian
Downieville, California, Estados Unidos. 2005
Son pasadas las 2 pm dentro de una cabaña campestre de descanso situada cerca del sendero Downieville Downhill, una ruta muy conocida para hacer ciclismo de montaña y que ha sido sede de importantes carreras de ese deporte.
Allí dentro estaba el grupo auto denominado como The Three Amigos, un grupo de tres hombres conformado por David Osborne, Pat Hiban y Tim Rhode. El propósito de ellos como grupo es que entre todos se mantengan en ruta de consecución de sus objetivos apoyándose entre ellos y diciéndose la verdad, por dura que fuese, si llegara a ser necesario.
Normalmente ellos ya se reunían para crear planes que, al ejecutarlos, les permitieran conseguir a cada uno sus metas financieras y de estilos de vida. Pero esta vez querían ir más allá, querían irse a un entorno totalmente diferente con actividades totalmente diferentes e incrementar el apoyo; decidieron que iban a desnudar su alma entre ellos por completo.
Allí dentro cada uno sostiene en sus manos algo a lo que llaman One Sheet. Esta hoja es como una tarjeta de jugador de beisbol donde cada uno comparte sus «estadísticas» y las hace públicas. Entre los datos que comparten están los de salud como porcentaje de grasa, presión sanguínea, peso; los financieros como sus fortunas netas, la cantidad de ingresos pasivos que tienen, la cantidad de dinero que donaron en el último año; los de relaciones como el nivel de conexión con sus esposas y familia; los personales como sus niveles de felicidad percibidos; y algunos otros datos más que consideraron relevantes para compartir.
Cada uno lee lo que dice su hoja, además de contar las cosas que en ese momento les estén costando más en sus vidas y las cosas que más desean lograr. Mucho de lo que revelan requiere de reunir todo el coraje posible porque son ese tipo de cosas que no se le cuentan a cualquiera, como situaciones con hijos ilegítimos o problemas maritales. Sin embargo, la confianza que existe entre ellos les permite generar un entorno donde los tres se sienten lo suficientemente cómodos como para revelar ese tipo de información.
Conforme cada uno terminaba de contar las cosas de su vida, su rostro pasaba a mostrar un semblante de alivio pues pareciera que se hubiesen quitado un peso inmenso de encima, ya que, mientras eran completamente abiertos y honestos en sus relatos, se podía sentir una dificultad palpable a la hora de compartirlo.
Ahora llega el turno de los que escucharon para comentar, ellos pasan a ser coaches y consejeros, y las palabras que salen de sus bocas vienen imbuidas de un amor que sólo procura lo mejor para el receptor por muy severas que puedan sonar. Recibir estos comentarios es un trago difícil de pasar, pero los tres saben que ese nivel de transparencia es lo que les dará éxito en sus negocios y en sus vidas personales.
Al terminar la sesión, los tres se reúnen en un circulo a manera de abrazo grupal, se miran entre ellos aún con sus ojos vidriosos por llantos ocurridos o reprimidos, pero con una sonrisa de inmenso agradecimiento por tener compañeros en los que pueden depositar tanta confianza, y con la certeza de que sea lo que sea que deseen lograr y superar, así ocurrirá. Cualquiera que los vea de lejos sentiría envidia por el nivel de amistad y compenetración que existe en esos tres amigos.
Tras algunas horas de <<terapia intensiva>>, llega la hora de comer y relajarse, sobre todo porque al día siguiente les espera un recorrido aventurero de 27 kilómetros a recorrer en sus caballos de metal. Mañana será un día de aventura y adrenalina que sólo la pueden brindar los obstáculos de una pista de ciclismo de montaña.
Steamboats Springs, Colorado, Estados Unidos. 2018
Después de varios años de inmensos éxitos logrados por The Three Amigos gracias a esa confianza y a esos niveles de transparencia tan elevados, ellos quisieron poner su herramienta a disposición de otros para que estos también puediesen avanzar y cambiar sus vidas tal como David, Pat y Tim lo habían hecho.
En 2012 ellos crearon una comunidad llamada GoBundance cuyo objetivo sigue siendo el mismo, tener un grupo de soporte con el cual ser abierto sobre tu vida para que ellos te ayuden a mantenerte responsable de seguir avanzando por el camino que te lleva a tu éxito.
Este año, lo que alguna vez fueron tres amigos, ahora son 184 miembros comprometidos a desnudar su alma y escuchar a los demás para lograr los objetivos más ambiciosos de sus vidas. Todos están dentro del Steamboat Ski Resort preparándose para descender la montaña en esquíes, es la aventura perfecta tras un día anterior de revelar intimidades y datos de sus One Sheet.
Muchos de los miembros han tenido evoluciones considerables y notables en sus vidas. Ellos le atañen a esta comunidad las gracias por haber hecho esto posible y no se cansan de recomendar a los demás que se unan a este maravilloso grupo, el cual ya es una familia para ellos.
Accountability Partner
«Eres tan enfermo como tus secretos.»
Alcohólicos anónimos
Cuando tenemos objetivos personales nos volvemos responsables de su consecución. Cuando los hacemos públicos esa responsabilidad se duplica porque ahora es nuestra reputación e integridad las que también están en juego.
Tener personas que respetamos y cuyas opiniones valoramos pendientes de lo que dijimos que íbamos a hacer le da un sentido de prioridad y urgencia a la consecución de nuestras metas.
Un accountability partner es esa persona que respetamos mucho y que, además, procura lo mejor para nosotros estando pendiente de nuestro proceso. Ella no tendrá reparos en darnos un escarmiento desde el amor para ayudarnos a corregir el rumbo. Asimismo, es esa persona con la cual no queremos quedar mal incumpliendo todo lo que nos comprometimos a hacer ante ella.
Podemos tener un accountability partner que sólo se encargue de cerciorarse que seamos íntegros con nuestros compromisos aunque no le podamos retribuir de la misma manera. O, en un mundo ideal, podemos tener un accountability partner y, a la vez, ser uno para esa persona tal como David Osborne y sus dos amigos lo hacen entre ellos.
Estudios de investigación han mostrado que comprometerte con tus objetivos públicamente ante alguien te da al menos un 65% de probabilidades de completarlos. Y, más sorprendente aún, tener un accountability partner específico incrementa esas probabilidades de consecución hasta en un 95%.
De hecho, en mi experiencia personal con esta práctica, te puedo decir que mi productividad ha aumentado en hasta un 300%, y mi nivel de consecución de objetivos propuestos también se incrementó en consecuencia. Resultados similares me ha dicho que también ha tenido mi accountability partner.
Sin embargo, la transparencia es la clave para que esto funcione porque no se trata de tapar lo malo e impresionar al otro. Si esa persona no sabe con claridad qué es lo que estás haciendo, persiguiendo o atravesando, no podrá ayudarte ya que no podrá cumplir con su función como debería.
Entiendo que la transparencia no es fácil y cuesta, pero es necesaria para avanzar. No hay persona más demente que aquella que prefiere vivir en su mundo de fantasía donde supuestamente es y hace todo perfecto antes que decirse las verdades que necesita para avanzar. La verdad es comparable con el sol, es necesaria y saludable pero cuesta mirarla de frente. Por consiguiente, si no existe disposición a ser completamente honestos, esta practica no funcionará para ninguna de las partes y será un completa pérdida de tiempo.
Dado lo anterior, un accountability partner debe tener el coraje de hablarnos con autoridad si es necesario, debe tener el valor para no ser blando con nosotros si llega el caso en que necesitemos que nos despierten o nos muestren algo que nos rehusamos a ver. Además, nosotros debemos estar dispuestos a recibir eso de esta persona entendiendo que él o ella sólo desea nuestro progreso, puesto que, si no le otorgamos ese permiso, no le permitimos realizar su trabajo como debería. Ambas partes deben estar involucradas y comprometidas.
Todavía recuerdo cuando tenía 20 años y estaba estudiando mi maestría en administración de negocios. Yo estaba atravesando un periodo donde todo me daba igual, jugaba videojuegos en mi computador en medio de las clases, no le solía poner cuidado a los profesores, y me alcancé a dormir una que otra vez dentro del aula porque el día anterior estuve de fiesta hasta tarde. Mi compañero de clases y amigo, Andres Castillo, veía todo esto con preocupación. Un día que salimos todos los de la maestría a un bar después de clases, él me dijo que quería hablar conmigo a solas.
En esa conversación él me pregunto qué era lo que me pasaba desde una preocupación genuina que pude sentir. Yo no le pude responder, estaba mudo y sorprendido por lo inesperado de esa pregunta. Una parte de mí quería rebatirle, otra parte de mí quería evadir el tema, pero no lo hice porque en el fondo sabía que él tenía razón, así que escuché atentamente todo lo que él veía que estaba mal en mí. Luego, él le dio la estocada final a mi mediocridad diciendo que él sabía que yo no era así y me recordó las cosas que alguna vez le había contado sobre los objetivos que quería conseguir.
La conversación con mi amigo no fue fácil de digerir en ese momento, es más el camino fácil hubiese sido defenderme con excusas o ignorarlo como lo hubiese hecho la mayoría, pero preferí recibir su retroalimentación, una que sólo un verdadero amigo te puede dar ya que no todos tus amigos estarán dispuestos a dártela por temor a que te puedas llegar a ofender o porque en el fondo no les interesas tanto en realidad. Al llegar a mi casa asumí mi responsabilidad y volví a comprometerme con mis estudios y mis objetivos. Días después le agradecí mucho a mi amigo por esa bofetada simbólica que me dio con amor la cual me sirvió para despertar y retomar mi rumbo. (Gracias Andrés)
Lo que hizo mi amigo por mí es lo que tu accountabilty partner debería hacer por ti, al igual que es lo que tú deberías hacer por él. Claro que, el proceso no es lo único con lo que te puede ayudar esa persona, también te puede servir para ayudarte a sanar tu pasado y a conseguir éxito en el futuro, por eso es importante saber elegir a esa persona porque será una de las relaciones más transformacionales que tendrás a lo largo de tu vida.
¿Cómo identificar al accountabilty partner indicado?
«Busca estas tres cosas en una persona: inteligencia, energía e integridad. Si no tienen la última ni siquiera te molestes.»
Warren Buffet
Si por alguna razón recibiste este artículo por parte de alguien que te recomendó leerlo, siéntete feliz y honrado porque esa persona ve en ti los atributos de los que hablaremos a continuación, y, muy probablemente, sea una invitación a que te conviertas en un accountability partner para ella y de que juntos inicien a hacer esta práctica maravillosa.
Del mismo modo, si quieres hacer uso de esta herramienta que, en mi concepto y experiencia, puede significar una ventaja inmensa para tu vida dándote resultados más allá de lo que crees posible actualmente, te invito a enviarle este artículo a esa persona que consideras que sería la adecuada para lograrlo, ya que mi intención al escribir esto es que tengas a la mano la guía definitiva de esta práctica. Así que, tras leer esto, tú y esa persona sabrán qué tendrán que hacer para ponerse manos a la obra y llevar sus vidas al siguiente nivel
Si bien con lo que ya has visto hasta ahora puedes intuir algunas de las características necesarias para ser accountability partner, todas ellas a continuación:
-Íntegro
Definamos la integridad como el acto de hacer lo que dijiste que ibas a hacer, cómo dijiste que lo ibas a hacer, y cuándo dijiste que lo ibas a hacer.
Un accountability partner debe ayudarte a hacerte responsable de tus objetivos y tu proceso tal cómo dijo que lo haría y en los momentos en que hayan concertado los seguimientos. Si esta persona no es íntegra, te puede fallar en los momentos en que más lo necesites.
De hecho, para Warren Buffet, este es el atributo más importante que deberíamos buscar en otros si queremos construir una relación con ellos del tipo que sea, así que, teniendo en cuenta que esta persona será una de las relaciones más transformacionales de tu vida, sin integridad no podrán ayudarse mutuamente.
-Comprometido y constante
El compromiso es lo que hace que, aun cuando no queramos, cumplamos con las cosas. Este atributo sería la razón de ser de la integridad, pues para estar comprometidos con algo tiene que existir una razón significativa de fondo para ello.
Alguna vez escuché que el éxito de muchas relaciones matrimoniales longevas se debía a que el enamoramiento no se daba en ambos a la vez. Unas veces uno estaba enamorado y trabajaba para fomentar la unidad, sobre todo cuando la otra parte no se sentía así, y otras veces el otro era el enamorado y fomentaba ese sentido de unidad cuando su pareja no. La clave estaba en que la falta de enamoramiento no le ocurría a los dos a la vez.
Esta práctica requiere de mucha disciplina, así que habrán veces en que tú no sientas ganas de hacerla pero tu accountability partner sí y este te anime a seguir, como también habrán veces en que tú seas el motivado y animes a esa persona a continuar cuando ella no quiera. La clave es que no sea compartida por ambas partes la falta de ganas de realizar esta práctica.
Para desarrollar el compromiso deben tener claro el porqué. Para los matrimonios longevos es claro que el compromiso nace porque se aman, entonces el compromiso de tu relación con tu accountability partner debe nacer gracias a que ambos están encaminados a conseguir un mejor futuro, ya que es por medio de esta relación que permanecerán y avanzarán por ese camino.
-Valiente, responsable y humilde
Definir objetivos desafiantes requiere coraje. Comprometerte ante otros a ser íntegro en la consecución de tus compromisos requiere coraje. Asumir la responsabilidad de tu vida, tu proceso y tus errores requiere coraje. Ser transparente y contarle a otro tu vida, tanto lo bueno como lo mejorable, requiere coraje. Y escuchar la retroalimentación honesta de otros sobre nosotros requiere coraje y humildad.
Si una persona no quiere salir de su zona de confort, no quiere ser abierto y honesto contigo, no asume su responsabilidad, y no es capaz de recibir una retroalimentación honesta; no te sirve como accountability partner.
Por otro lado, decirle a los demás las palabras que necesitan para avanzar, pero que podrían ofenderles o darles un momento de bajón, también requiere coraje.
Si una persona no es capaz de decirte las cosas que necesitas escuchar para progresar y cambiar, por muy severas que puedan sonar esas palabras, tampoco es material para ser tu accountability partner. Imagina que lleves días estancado en una actividad porque has estado procrastinando, quizá el primer día o el segundo, está bien que te den palabras motivacionales de que tú sí puedes, pero después ya deberían hablarte con toda franqueza y decirte que te mereces fracasar en lo que te has propuesto por no ser íntegro, sobre todo porque tienes todas las habilidades necesarias para tener éxito, infortunadamente las estás subutilizando. Hablarle así a otros y estar abierto a escuchar algo así requiere coraje.
-Debes respetarlo y debe ser importarte para ti la percepción que este tenga de ti
Cuando una persona se ha ganado nuestro respeto es porque ha hecho cosas que merecen nuestra admiración y/o son congruentes. Además, el hecho de sentir respeto por alguien hace que su palabra y su opinión sean dignas de ser escuchadas y tomadas en cuenta.
Recuerda que tu accountability partner es una persona que va a ser transparente, tanto para contarte sobre su vida como para darte retroalimentación, de modo que si no sientes respeto por esa persona, poco te importara lo que te diga o qué opinión tenga de ti, por consiguiente no te servirá para esta práctica.
Por otra parte, el hecho de que sientas respeto por alguien te hará querer comportarte bajo estándares más elevados, lo cual, lógicamente, se transformara en un desempeño muchísimo mejor y en un mayor sentido de integridad. No querrás quedar mal ante él o ella.
-Abierto, transparente y honesto
La verdad nos hace libres, pero para ello debemos darnos dos permisos: uno para sacarla y otro para recibirla.
Esta práctica sólo es posible de realizar si estás dispuesto a contar tus sueños y objetivos, tus dificultades y miedos, y si asumes tus responsabilidades, por esa razón cerrarse y ser hermético no es una opción. Tenemos que estar dispuestos a abrirnos y desnudar nuestras almas frente a una persona que quiere lo mejor para nosotros, quien sólo podrá ayudarnos si nos conoce y entiende completamente, por lo cual evita omitir cosas.
Sumado a lo anterior, la práctica requerirá que seas honesto con la otra persona, tanto para contarle lo tuyo como para darle retroalimentación. Recuerda, no se trata de contarle u omitirle cosas a la otra persona para buscar su aprobación o impresionarla, esta es una práctica que permite que ambas partes consigan sus objetivos de vida mientras los dos operen desde la transparencia.
«No puedes ayudar a nadie si ellos no te dicen… Sé real, si tienes problemas, compártelos y entonces te podremos ayudar. Pero, si no eres honesto al respecto, nadie te podrá ayudar en serio.»
David Osborne
-Persigue grandes logros en su vida
Una persona conformista o que sienta que no puede o no quiere ir más allá de donde está, no necesita de esta práctica debido a que ya tiene todo lo que desea, así que para qué someterse a recibir retroalimentación y a plantearse objetivos. Quizá una persona así pueda ayudarte a hacerte responsable de tu proceso, pero tú no podrás retribuirle de la misma manera. Aunque, una persona que no esté interesada en su crecimiento será improbable que sí lo esté por el crecimiento de los demás, por lo que es muy posible que no sea la indicada.
Tu accountability partner debe tener ambición y estar en ruta de consecución de grandes objetivos en su vida, esto permitirá que te pueda inspirar, se emocionará con los progresos, y te comprenderá mejor cuando estés pasando momentos difíciles ya que esa persona también sabría qué es atravesarlos.
Objetivos grandes facilitan la compenetración en las relaciones transformacionales.
-Debe querer que tú progreses genuinamente
Cuando eres completamente abierto, solamente alguien que te ama y quiere lo mejor para ti estará dispuesto a hacerte responsable de la consecución de tus objetivos y te dirá las cosas que necesitas para mantenerte en tu proceso.
La mayoría de las personas sólo son amables, pero en realidad no les importa tu vida en el fondo. Por eso, si un día te haces un peinado que no te luce y le preguntas a otros cómo te ves, casi todos te dirán que te ves <<diferente>> mas no que se te ve mal porque ellos no tienen el coraje de ser honestos contigo, o simplemente no les interesa que te veas bien.
Un verdadero amigo te diría que te ves terrible y haría que te peines de otra manera, seguramente sentirás un bajón por sus palabras, pero en el fondo las agradeces porque vienen de alguien que sabes que sí le interesa que te veas bien. Si a tu accountability partner no le interesa genuinamente tu proceso, esta práctica serán puras frases motivacionales pero sin progresos reales. Procura buscar a alguien que quiera lo mejor para ti realmente y esté comprometido contigo para ello.
-No tiene que ser necesariamente tu amigo o tener objetivos ni intereses en común contigo
Lo bueno de esta práctica es que la puedes realizar con personas que sean muy diferentes a ti en cuanto a metas e intereses, y, también, que no tiene que ser otra típica amistad sino que esta relación se puede quedar únicamente hasta el punto de acountability partner si así ambos lo deciden.
Lógicamente, si esa persona y tú son amigos y/o comparten cosas en común será mucho más fácil lograr la apertura y la compenetración que debe existir para hacer que esto funcione, pero no es un requisito fundamental.
He conocido casos de éxito con esta práctica de personas que sólo se han visto una o pocas veces en la vida, que se conocieron en alguna conferencia y desde ahí empezaron a colaborarse dejando la relación sólo hasta esos términos.
Incluso, un poco de anonimato puede facilitar la apertura de cosas muy personales sin el temor de que esa persona pueda estar conectada con conocidos o circunstancias tuyas, o sin miedo a que te juzgue porque ya tenga una percepción armada de ti desde antes.
Si en tu grupo de amigos no encuentras un candidato idóneo tras leer estos atributos, de seguro habrá algún conocido o alguien que, al igual que tú, sí esté dispuesta a hacer lo que haga falta para ir más allá de lo concebido. Recuerda que, aunque inicialmente no sean amigos, será una de tus relaciones más transformacionales. De hecho David Osborne conoció a Pat Hiban en una conferencia en la que su relación inició directamente como accountability partners, fue con el paso del tiempo que nació la amistad, no antes.
¿Cómo trabajar juntos?
«El trabajo en equipo no es un juego para egoístas. Es para aquellos con la mentalidad de que una victoria para uno es una victoria para todos.»
Michael Bassey Johnson, The Book of Maxims, Poems and Anecdotes
Una persona sola puede lograr mucho, pero nunca podrá lograr más de lo que dos o más personas comprometidas pueden lograr en conjunto.
Como la práctica del accountability partner se centra principalmente en mantener al otro responsable de su proceso, la mejor manera de empezar esta aventura es teniendo una reunión cuyo objetivo sea dar a conocer a tu compañero el objetivo que persigues y la situación actual de tu punto de partida. Posteriormente le contarás el plan de acción, y ambos definirán el periodo de tiempo para hacer el seguimiento.
Herramienta diaria
«Nunca te vayas a dormir sin una petición a tu subconsciente.»
Thomas Edison
Si bien esta práctica puede lucir un poco compleja y desgastante, en realidad es todo lo contrario, en su versión más sencilla sólo te toma alrededor de dos minutos al día. Yo siempre que enseño esta práctica recomiendo iniciar con la herramienta diaria y conforme pase el tiempo ir incluyendo las demás. Es más, esta es la base del resto, por lo que si no dominas esta no podrás realizar las otras, ya que las demás son una versión más grande de esta. Con la herramienta diaria ambos podrán aumentar su productividad en hasta un 300%.
Básicamente, esta consiste en definir unas prioridades a realizar mañana, cumplir con ellas al día siguiente, y dar el parte de misión cumplida en la noche del día siguiente sumado a las prioridades del día posterior.
«Si tienes más de tres prioridades, no tienes nada.»
Jim Collins
Primero, define tus prioridades del día siguiente. Son de una a tres, no más de esa cantidad porque tu energía estaría muy dispersa y disminuiría tu capacidad de consecución de objetivos, o sea que antes de dormir definirás las 1 a 3 cosas que tienes que hacer al otro día sí o sí, no deberías irte a dormir mañana sin haberlas completado.
Son prioridades porque, primero, el hecho de cumplir con ellas te acerca cada vez más al gran futuro que deseas lograr, así que deberían estar alineadas con ese futuro. Y, segundo, seguramente a lo largo de tu día tendrás más actividades por hacer (comer, cocinar, hacer pagos, reunirte con personas, desplazarte, etc.), pero estas al ser prioridad están por encima del resto, ya que, citando las palabras de Robert Brault: <<Nos alejamos de nuestra meta, no por los obstáculos, sino por un camino claro hacia una meta menor.>>
Obviamente, tus prioridades deben ser específicas y deberían permitirte que las puedas medir. Evita cosas etéreas y generales como <<llamar clientes>> o <<leer libro>>, sé más específico como <<hacer el seguimiento de 25 clientes por llamada>> o <<leer durante 45 minutos el libro Dinero: la Tecnología Humana y su Dominio>>. Esto porque si lo dejas general, no podrás medirlo, además si, por ejemplo, sólo llamas solo a 2 clientes o sólo lees un párrafo del libro, en teoría, ya cumpliste tu objetivo aunque en el fondo sabes que no es así.
«Cuando el desempeño es medido, el desempeño mejora. Cuando el desempeño es medido y se rinden cuentas, la tasa de mejora se acelera.»
Ley de Pearson
Una vez hayas definido tus prioridades, escríbelas y hazlas públicas a tu accountability partner, para ello te puedes valer de aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp o Telegram. Al otro día por la noche le enviarás un mensaje donde le contarás de forma concreta si cumpliste o no con tus prioridades, y, en caso de que no hayas completado alguna, le contarás la razón real de porqué no la cumpliste, siempre desde el marco de asumir responsabilidades mas no de buscar excusas ni causas externas.
Lo anterior es para que tu compañero pueda entenderte mejor y darte el apoyo correcto que necesitas. Esta persona debe tener la potestad de decirte que tu prioridad es muy simple y que puedes plantearte algo más desafiante, o que tu prioridad en ningún caso te acerca a tu gran objetivo si llegara el caso. También debe tener la potestad de felicitarte o darte un escarmiento desde el amor cuando lo requieras. Recuerda siempre operar desde la transparencia y la apertura total.
Finalmente, le volverás a enviar las nuevas prioridades del día siguiente. Todo lo anterior lo harás día tras día sin falta. Recuerda que puedes tener reuniones o llamadas con esa persona para hablar de temas concretos en caso de que lo consideren necesario, y nunca temas en pedirle ayuda a esa persona pues ella se preocupa genuinamente por ti, así que no temas ser vulnerable. Mira un ejemplo de cómo he usado esta herramienta con mi accountability partner:
Yo recomiendo iniciar con esta herramienta para adquirir el hábito, así no tengas claro todavía el gran futuro que deseas. Luego de tener el hábito te será más fácil hacer uso de las siguientes herramientas. Ya cuando domines las demás, esas herramientas serán las que definan cuáles serán tus prioridades del día siguiente.
Conforme interiorices esta práctica verás que, si te comprometes realmente, muchas veces podrás cumplir con tus prioridades antes de que llegue el mediodía, entonces te quedarán todavía bastantes horas para hacer más cosas, sin embargo no te extra limites, 3 prioridades cumplidas son más que suficientes para tener un día super productivo. Ten en cuenta darle un vistazo a esas prioridades a lo largo del día para que no olvides hacerlas.
Cabe aclarar que podrías llegar a usar alguna de tus prioridades para cosas distintas a tu gran objetivo. Para fortalecer la relación con tus seres queridos, por ejemplo el cumpleaños de tu madre puede ser una prioridad totalmente válida; para crear hábitos, por ejemplo si quieres empezar a hacer ejercicio, ir a entrenar puede ser una prioridad hasta que ya se haya vuelto automático para ti; y para descansar, por ejemplo en días en que me siento muy cansado por exceso de trabajo suelo poner como prioridad tomar una siesta, ya que si no le doy descanso a mi cuerpo, no tendré un desempeño óptimo y no podré lograr mi gran objetivo.
Plus: Cada día, después de despertarme, reviso todos mis objetivos, desde mi yo futuro hasta pasar por mis prioridades diarias. Posteriormente, escribo en mi diario sobre las cosas que me están costando, sobre lo que me falta y a lo que debo comprometerme para lograr mis objetivos, como también sobre las cosas en las que voy avanzando y me llenan de más certeza.
Herramienta Semanal
Las próximas herramientas, al igual que esta, simplemente son una versión mucho más grande de la herramienta diaria en cuanto al tiempo. Sin embargo, son necesarias para saber hacia dónde nos estamos dirigiendo, ya que si nos quedamos en el día a día podemos perder de vista el camino que hay por delante a lo lejos sólo por fijarnos en lo que está cerca, lo cual evitará que hagamos las correcciones pertinentes si hace falta.
En esencia, antes de iniciar tu semana definirás esas prioridades que deben ocurrir en la semana. Luego, a lo largo de los siguientes 7 días te pondrás a hacer realidad esas prioridades. Y, finalmente, darás un parte de cumplimiento y definirás tus nuevas prioridades.
Las instrucciones aplican de la misma manera que en la herramienta diaria. Recomiendo de 1 a 3 prioridades máximo, y cuando no hayas cumplido con algo lo expliques desde la responsabilidad personal y la transparencia. A su vez debes hacerlo público con tu accountability partner para que este sepa sobre tu desarrollo semanal y pueda apoyarte.
Esta foto es un ejemplo personal que le había enviado a mi accountability partner como reporte de cumplimiento de mis objetivos de esa semana. Si bien hay 6 en el ejemplo, yo había definido 3 inicialmente, las cuales hice en los primeros tres días de la semana y eso me permitió incluir algunas nuevas. Entonces, mi recomendación es que tú puedes incluir las que quieras pero primero completa las 3 primeras, verás que conforme hagas esta práctica, se volverá placentero el hecho de ver cómo cumples con tus prioridades lo antes posible para hacer aún más.
Si ambos consideran prudente hacer una reunión semanal para hacer estas evaluaciones semanales y como parte del seguimiento propuesto, me parece totalmente válido. Ya cuando dominen esta herramienta correctamente, las prioridades diarias deben establecerse basadas en las prioridades de la semana.
Plus: Al finalizar cada semana me hago 4 preguntas para evaluarla, y escribo las respuestas en mi diario. (Las aprendí de Benjamin Hardy)
¿A quién no vi esta semana que debería?
¿Qué no hice? (aún recordando que tenía que hacerlo)
¿Qué se me olvidó hacer?
¿En qué debo ser más estricto y comprometido para la próxima semana?
Herramienta mensual
Dado que ya entiendes las dos herramientas anteriores, intuirás que esta es lo mismo pero en periodos para 30 días. Simplemente, antes de iniciar el mes, define las prioridades del mes, luego en el transcurso del mes cumple con ellas, y al final del mismo haz la revisión para ver qué tal lo hiciste.
Un mes podrá parecer mucho o poco según como lo veas, pero, si realizas tus 3 prioridades diarias durante 30 días consecutivos, al finalizar el mes habrás hecho 90 cosas que te acercan a tu gran objetivo, estarás 90 pasos más cerca de donde deseas estar.
En cuanto a las prioridades del mes, sigo recomendando establecer no más de 3 para que sigas enfocado, y te recuerdo que estos objetivos mensuales son los que marcarán la pauta a la hora de que tengas que definir tus prioridades de la semana.
Si consideras necesario hacer una reunión mensual con tu accountability partner para dar seguimiento al proceso, me parece totalmente sensato. Es más, si ambos se pueden reunir para ayudar al otro a establecer los objetivos del mes, eso sería muy bueno, pues, como se dice popularmente, dos cabezas piensan mejor que una.
Plus: Al inicio de cada mes suelo realizar una meditación para programar ese mes con alguna energía particular y darle la intención que desee. Esa meditación es de alrededor de 15-25 minutos.
Herramienta trimestral
En 90 días se puede tener una evolución mucho más grande de la que cualquiera piensa. De hecho, cada trimestre para mí es un momento de evaluación y planificación muy importante porque me doy cuenta de los grandes saltos que he hecho gracias a las acciones guiadas por las tres herramientas anteriores, lo cual solidifica mi sensación de certeza en cuanto a la consecución de mi gran objetivo.
Te recomiendo que, antes de iniciar cualquier trimestre, revises todos los logros que obtuviste en los últimos 90 días, te darás cuenta de la gran cantidad de cosas que has hecho y sentirás un subidón instantáneo. Luego, haz tal como las herramientas anteriores pero dentro de este periodo de tiempo, define tus tres prioridades, las cuales, lógicamente, son las que sentarán la base para que puedas definir tus objetivos del mes.
Para esta herramienta te recomiendo que ese día lo hagas diferente a los demás, ya sea yendo a un entorno diferente y/o haciendo actividades diferentes. No tiene que ser nada suntuoso, puede ser ir a un parque que quede cerca a tu casa, simplemente intenta que sea diferente para que de cierta forma tu subconsciente lo asocie con un comienzo nuevo y fresco. También recomiendo una reunión con tu accountability partner.
Desde esta herramienta te das cuenta que entre mayor sea el rango de tiempo usado, habrá más propensión a que las prioridades que estableciste inicialmente sufran algunos cambios. Por eso, la flexibilidad y la adaptación también son características importantes para que esto funcione.
Plus: Cada 90 días yo me hago estas 4 preguntas. (Las aprendí de Dan Sullivan)
¿Cuáles son las cosas que me hacen sentir más orgulloso de lo que he conseguido en los últimos 90 días?
Cuando miro las cosas que me están sucediendo y lo que estoy haciendo hoy, ¿cuáles son las áreas de enfoque y progreso que me están haciendo sentir mayor confianza?
Ahora, de cara a los próximos 90 días, ¿cuáles son las cosas nuevas que me están dando la mayor sensación de emoción?
¿Cuáles serían esos 5 nuevos saltos que harán que mi próximo trimestre sea grandioso sin importar lo que pase?
Herramienta Anual
«Cualquiera que no se sienta avergonzado de quién fue el año pasado probablemente no está aprendiendo lo suficiente.»
Alain de Botton
Esta herramienta cambia un poco las reglas del juego en cuanto al establecimiento de las prioridades para tu año. Aquí sí podrías proponer de 1 hasta 5 objetivos, de los cuales recomiendo que uno sea de patrimonio neto, otro sea de nivel de ingresos mensuales, uno del sitio donde deseas vivir, otro de los vehículos que deseas para tu desplazamiento, y, finalmente, uno de la actividad a la cual deseas dedicarte.
(Nota: Para saber más a fondo cómo establecer estos objetivos, te recomiendo esta clase gratuita que diseñé. Clic aquí para acceder a la clase)
Este tipo de objetivos te permiten realizar una evaluación más realista de cómo lo hiciste a lo largo de tu año, y te darán una ruta más clara de cómo lograr tu gran objetivo porque para ello necesitarás que todos tus recursos financieros y de tiempo, incluso tu locación, estén alineados con el futuro que persigues.
Además, dada su simplicidad de estructura, te será fácil acceder a ellos para recordarlos siempre, pues la mayoría de las personas fallan en el cumplimiento de sus propósitos de año debido a que olvidan qué fue lo que dijeron que deseaban, entre otras razones más. Si eres claro y específico a la hora de establecerlos, te tomará menos de un minuto recordarlos.
Al igual que con la herramienta trimestral, también te recomiendo que el día en que hagas la evaluación de tu año y el establecimiento de objetivos anuales sea especial, incluso más especial que el trimestral. Puedes viajar a un lugar exótico y realizar actividades diferentes allá tal como lo hace la comunidad de GoBundance de David Osborne. Una reunión con tu accountability partner es fundamental para que la planificación del año pueda iniciar como debe ser.
Como acabas de leer, no sólo es un establecimiento de objetivos, en esta herramienta es fundamental establecer el plan de acción, pues ese plan es el que te permitirá dejar los lineamientos claros para tu herramienta trimestral, mensual, semanal y diaria del año siguiente.
Por ejemplo, si uno de tus objetivos es generar un ingreso de 2.000 USD mensuales, sabiendo que actualmente te haces la mitad de esa cantidad, debes hacer una especie de ingeniería a la inversa para ver de qué forma vas incrementando tu ingreso a lo largo de los meses hasta alcanzar y superar la meta. Digamos que el primer trimestre inicias a dedicar dos horas diarias a una certificación que, no sólo te acerca al gran objetivo, sino que te permita ofrecer tus servicios a un precio más elevado, entonces una de tus prioridades del primer trimestre será la certificación, y una de las prioridades del segundo semestre será lograr al menos 500 USD extra dando el nuevo servicio que ofreces.
Como esta planificación lleva tiempo, seguramente no quedará lista en un día por más de que so lo dediques por completo. Yo suelo iniciar a planificar mi año con al menos 2 meses de antelación, y, si por alguna razón ya tengo mi planificación lista antes de que el año en curso termine, no tengo reparos en iniciar a ponerlo en marcha antes del inicio del nuevo año.
Dado lo anterior, en el proceso de planificación te puedes apoyar de tu accountability partner sea que te tome unos días o semanas. La reunión en un sitio diferente con actividades diferentes es simplemente para hacer públicos tus objetivos y tu plan ante esa persona, además de que también sirve para refinar los últimos detalles en caso de que sea necesario algún ajuste. Y, claramente, la reunión les servirá para que haya una acción que simbolice ese nuevo comienzo y premiar los logros conseguidos del año anterior.
El plan de acción anual será muy susceptible de que sufra cambios a lo largo del tiempo, así que no te desanimes y mantente flexible, confía en que, solo por el hecho de tomar una decisión comprometida hacia tu futuro, todo se alineará de la forma en que lo necesitas para que así suceda.
Plus: Yo suelo darle un título a cada año que represente lo que busco. Hago como cuando un director de cine crea su película o un escritor su libro, le doy un título sugerente que englobe lo que la audiencia verá en la narración y que permita tanto su recordación como que den ganas de verlo. En el caso de tu año dale un título que te dé ganas de vivirlo. Por ejemplo, mi año 2020 lo nombré como el Año de La desVirtuación (sí, con el des tachado), el cual terminó siendo uno de los años de mayor crecimiento personal que he tenido hasta ahora, así pues puedes ser tan creativo con esto como lo desees.
Plus: Cada año creo una agenda cuyo tamaño cabe fácilmente en mi mano y en donde plasmo la planificación de mi año. La diseño de tal manera que hay un espacio para poner mi gran objetivo, los objetivos y el título del año, las prioridades del trimestre, los objetivos del mes, los objetivos de la semana y las prioridades del día. En la parte trasera dejo un espacio para escribir ideas que se me ocurren y frases que leí o escuché y me gustaron. Lo interesante de esta agenda es que, por su tamaño, la puedes llevar contigo todo el tiempo sin que te estorbe y facilita mucho el trabajo con tu accountability partner.
Herramienta de tu Gran Objetivo
«Los objetivos son los mapas que te guían a tu destino. Cultiva el hábito de establecer y definir claramente objetivos escritos, estos son los mapas que te guían a tu destino.»
Roy T, Bennett, The Ligth in the Heart
Todo camino debe tener su punto de partida y su destino, de lo contrario no existiría.
Tu Gran Objetivo es tu destino, aún cuando no puedas divisar el camino con claridad. Tu punto de partida es donde estás ahora o donde estuviste en cualquier punto del pasado, o sea que el punto de partida siempre lo tendrás a tu disposición, tu trabajo será definir tu Gran Objetivo para darle vida al camino.
«Tú no puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; tú sólo puedes conectarlos mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos se conectarán de alguna manera en el futuro.»
Steve Jobs
El Gran Objetivo es una meta que deseas que pase en algún momento específico del futuro, pueden ser 2, 5, 10, 50 o más años, puede ser tan a largo plazo como gustes, pues tal como alguna vez lo dijo el economista Adam Smith, <<Tomarás mejores decisiones una vez que empieces a pensar en el largo plazo en lugar del corto plazo>>.
La mayoría de las personas no tiene el hábito de ver qué pasará más allá del año en curso, incluso hay quienes se quedan en el día a día, así que no te preocupes si tu primer Gran Objetivo lo estableces en un periodo de tiempo corto como 3 años, conforme realices este ejercicio adquirirás el hábito de pensar cada vez más en el largo plazo.
También puedes tener varios Grandes Objetivos interconectados para distintos periodos de tiempo cuya consecución te acerque a los siguientes, o sea que puedes tener un Gran Objetivo a cumplir en 50 años, otro a 25 años, y otro a 5 años que, al cumplirlo, te permita cumplir los otros. Es más, muchas veces, al definir un Gran Objetivo, cuando investigamos sobre la posible ruta para cumplirlo empiezan a surgir otros objetivos que se deben cumplir antes como requisito para cumplir el principal, de ahí la importancia de establecer tu Gran Objetivo primero pues eso revelará el camino a recorrer.
La consecución del Gran Objetivo, sobre todo si se estableció en periodos de tiempo no tan largos, no significa el fin de la ruta, de hecho se vuelve el momento perfecto para establecer un nuevo Gran Objetivo más ambicioso y desafiante, inclusive uno pensado a un plazo más largo.
En cuanto a cómo definirlo, tu Gran Objetivo debe ser algo tan claro y tan simple que puedas recordarlo en cualquier momento sin que eso te quite más de algunos segundos. Por ejemplo, el psicólogo Benjamin Hardy tenía como Gran Objetivo ser un autor de un libro bestseller cuyo contrato con una casa editorial fuese de seis cifras en dólares. Al cabo de los años cumplió su meta y ahora su Gran Objetivo es publicar 50 libros bestseller. Por otra parte, tu Gran Objetivo no tiene que ser algo trascendental y que cambie el curso de la humanidad, salvo que así lo quieras; este puede ser algo tan simple como irte a vivir a otro país o culminar tus estudios, en otras palabras es algo que en verdad tú desees cumplir así no beneficie a los demás aparentemente.
Tu Gran Objetivo es el que pone el parámetro base y los lineamientos que deben seguir tus objetivos anuales y todo lo demás que hagas en tu vida.
Plus: Una vez hayas establecido tu Gran Objetivo, escríbelo en presente como si ya fueras la persona que cumplió ese objetivo. Por ejemplo, si tu Gran Objetivo es crear una cadena de hoteles, escribe: <<Yo soy el fundador de una cadena hotelera en el año 2033>>, esto te permitirá apoderarte de tu gran objetivo. Además, te recomiendo ponerle una fecha clara porque es un objetivo. Lo que separa a los objetivos de los sueños es que los primeros si tienen un límite de tiempo establecido a diferencia de los segundos que no lo tienen.
Herramienta de tu Yo Futuro
«La analogía del yo futuro como una persona diferente puede parecer extraña, pero es bastante poderosa cuando se trata de comprender la toma de decisiones a largo plazo.»
Dr. Hal Hershfield
Una vez que tienes claramente definido tu Gran Objetivo, es momento de definir a tu Yo Futuro, una versión de ti que está mucho más evolucionada y que ya ha cumplido las cosas a las que aspiras actualmente, o sea que, aunque seas tú, es una persona totalmente diferente a tu yo actual.
Definir está versión más evolucionada te permite saber cuál es el comportamiento y la forma de pensar que tiene una persona en la posición a la que deseas llegar, lo cual te permite tener un punto de referencia con el cual tomar decisiones en el presente respecto a lo que sea.
¿Lo que piensas hacer o lo que estás haciendo actualmente es lo que haría tu Yo Futuro?
Cuando sientes desanimo, falta de ganas de hacer algo, o estás reaccionando a una situación concreta, ¿cómo le gustaría recordar este momento a tu Yo Futuro?
Hay unas pocas cosas, tres cosas que necesito en mi vida cada día. Una es algo que respetar, otra es un sueño en el futuro, y la otra es alguien a quién alcanzar…
…Y [agradezco] a mi Héroe, quien es a quién quiero alcanzar.
Cuando tenía 15 años, había alguien muy importante en mi vida que se acercó y me preguntó, «¿quién es tu héroe?» Yo le dije que no sabía, que me diera un par de semanas para pensarlo. Dos semanas después la volví a buscar y me preguntó, «¿quién es tu héroe?» Le respondí, «lo he estado pensando, sabes qué, soy yo en 10 años.»
Diez años después, cuando cumplí 25, esa misma persona se acercó y me preguntó, «entonces, ¿ya eres tu héroe?» Y yo [dije], «no, ni de cerca, no, no.» Ella me dijo, «¿por qué?» Y yo le dije, «porque mi héroe soy yo a los 35.»
Cada día, cada semana, cada mes y cada año de mi vida, mi héroe siempre está a 10 años de distancia. Nunca voy a ser mi héroe, no lo voy a lograr, yo sé que no lo voy a hacer y eso está bien para mí porque me hace tener alguien a quién seguir queriendo alcanzar.
Cuando los actores van a interpretar un papel tienen que haber pasado por todo un proceso de construcción del personaje, ya que, lógicamente, ese papel es de alguien distinto a ellos. Tú deberías hacer lo mismo con tu Yo Futuro, construir ese personaje y prepararte para interpretar el papel más importante de tu vida.
Una vez hablando con un actor, él me dijo que cuando se preparaba para interpretar algún papel, sobre todo aquellos que no han existido en la vida real, él escribía la historia de ese personaje, incluso detalles que nunca saldrían en la producción, porque eso le permitía darle más esencia y le facilitaba interpretarlo. Haz lo mismo, escribe la historia de tu Yo Futuro.
¿Cómo sería un día normal en la vida de tu Yo Futuro?
¿Con que tipo de personas se juntaría?
¿En qué tipo de entornos se movería?
¿Cuáles son sus aspiraciones, sus motivaciones, y qué objetivos está persiguiendo?
¿Cuáles son las emociones predominantes y la perspectiva de su vida?
¿Cómo se ve físicamente?
Escribe todos los detalles de tu Yo Futuro, plasma la esencia de ese personaje en el texto. Además escribe la historia de como tu versión actual se convierte en tu versión futura.
Plus: El youtuber MrBeast ha sido uno de los youtubers de más rápido crecimiento de los últimos años. En 2015 grabó un vídeo que se publicaría automáticamente cinco años en el futuro, en el cual le decía a su Yo Futuro que esperaba que él estuviese dedicado a su canal de Youtube por completo como su trabajo y forma de vida, que tuviese al menos 1 millón de suscriptores, e incluso dijo que debería estar estudiando para un examen de historia pero que no lo iba hacer para trabajar en unos videos. Cuando este vídeo se publicó en 2020, MrBeast tenía 44 millones de suscriptores. Si ya tienes claro tu Gran Objetivo y tu Yo Futuro, escribe una carta o graba un video que se publique o se envíe automáticamente en el tiempo que esperas que lo que deseas pase para ver qué tal lo hiciste, de seguro te sorprenderás. Para esto te puedes valer del programador de publicaciones de tus redes sociales o de la página FutureMe.
Plus: En caso de que quieras saber un poco más sobre el Yo Futuro y sobre cómo este puede incidir para sentir más confianza en ti mismo, al final de este artículo puedes descargar de forma gratuita mi checklist rápida para aumentar tus niveles de confianza al instante, donde indagamos un poco más en este y en algunos de los elementos que hemos tocado hasta acá.
Aclaración de uso de todas estas herramientas
Para hacer uso de todas estas herramientas no necesitas a alguien, de hecho yo mismo las he usado por mi propia cuenta durante mucho tiempo y he tenido resultados. Sin embargo, tener a alguien con quien compartir y que te ayude a hacerte responsable de tus objetivos te permite que avances más, logres más y estés más comprometido.
El orden adecuado de uso de estas herramientas debería ser el siguiente: (1) define tu Gran Objetivo para que (2) sepas quién es tu Yo Futuro y te empieces a comportar como él desde ya. Luego, (3) define los 5 objetivos de tu año que te acercan a la consecución del gran objetivo. Posteriormente, (4) define cuáles serán las 1 a 3 prioridades de los próximos 90 días para ir cumpliendo con los objetivos anuales. (5) Establece tuss 1 a 3 objetivos mensuales que permiten la realización de las prioridades trimestrales. (6) Establece 1 a 3 prioridades en tu semana que te permiten conseguir tus objetivos del mes. Y, finalmente, (7) establece 1 a 3 prioridades en tu día que te acerquen a cumplir lo que te hayas propuesto a lo largo de tu semana. Todo esta alineado; pequeñas cosas crean grandes cosas, bisagras pequeñas abren puertas grandes.
Yo siempre recomiendo iniciar la práctica del accountability partner con la herramienta diaria para adquirir el hábito de trabajar con otro de este modo, ya que así puedes ver qué tal te va con esa persona y, además, ambos puedan construir una confianza mayor que les lleve a involucrarse cada vez más en el proceso del otro. Por eso, cuando ya haya comodidad usando la herramienta diaria, pueden incluir primeramente la herramienta semanal, luego la trimestral y así sucesivamente. Aunque la forma en que ambos trabajen es como ustedes lo decidan, estas son simples recomendaciones.
Dado lo anterior, también te recomiendo poner en práctica las herramientas por ti mismo antes de buscar un accountability partner, pero, de nuevo, si quieres empezar desde cero de la mano de alguien que tenga los atributos que tiene la pareja ideal para esto, también es completamente válido.
Por último, en cuanto a la evaluación de todas las herramientas, el uso de las mismas es simple y permite manejar números concretos para medir de forma más acertada tu proceso. Por ejemplo, si tienes tres prioridades semanales, pregúntate si las cumpliste por completo; sólo hay dos respuestas: sí o no. Las que son sí cuentan como un punto, mientras que las que son no cuentan como ninguno. Tres sí son un cumplimiento de 100%, un sí de tres posibles sería un cumplimiento de 33,33%. Evalúa de la misma manera tu día, tu año, y todo lo demás, recuerda siempre usar la transparencia, tanto con tu accountability partner como contigo mismo. Con estos números puedes medir tendencias, sacar estadísticas, etc.
La evolución del Accountability Partner
«Sabrás cuando esas personas especiales entren a tu vida a causa del respeto que les tengas. Ellos nunca te mentirán ni te dejarán de lado por algo o alguien más. Tendrás una confianza imperecedera tal en esas personas que cualquier palabra hablada nunca encontrará otro oído. Ellos siempre te regresarán las llamadas lo más pronto que puedan. Ellos se comunicarán contigo con frecuencia para ver cómo esta tu vida y para solamente hablar. Tus logros serán aplaudidos con elogios y las pérdidas nunca se repetirán… Cuando encuentres personas así, asegúrate de regresarles todo el amor y la comprensión que te han regalado a ti y a tu vida.»
R.J. Intindola
En sí, ser un accountability partner y tener uno se trata de que ambos sepan donde están, hacia donde quieren ir y se ayuden a responsabilizarse de sus objetivos y de sus procesos por medio de esta práctica. En otras palabras, esta práctica se centra especialmente en el presente.
Existen dos maneras en las que esta práctica puede evolucionar para que ambas partes puedan lograr mucho más, tanto en el pasado como en el futuro de ambos.
Curando el pasado: Empathetic Witness
«El trauma no es lo que no pasa a nosotros, sino lo que cargamos dentro en la ausencia de un testigo empático.»
Dr. Peter Levine
Nuestro pasado está lleno de experiencias que nos han marcado y que, inconscientemente, nos han construido tal cual como somos ahora.
Todas las limitaciones y resistencias que tenemos tienen su origen en algún trauma del pasado, el cual no es más que una percepción negativa y dolorosa de algún suceso, de la índole que sea, que ha hecho que nos comportemos, creamos y tengamos una identidad determinada para evitar revivir esas emociones. Infortunadamente, esa identidad resultado del trauma no es más que una desvirtuación de tu verdadera esencia.
Popularmente se cree que los traumas nacen de experiencias extremas como una violación o un abuso, sin embargo, la mayoría de los traumas que tenemos han nacido de detalles muy pequeños cuyo procesamiento emocional no fue ni ha sido trabajado adecuadamente, y cuyo recuerdo sigue latente en el subconsciente debido a su impacto emocional.
Por ejemplo, cuando tenía 6 años estaba viendo un programa de televisión donde una de las presentadoras era una niña de una edad cercana a la mía, aunque el programa tenía muchas más secciones y presentadores. Un día mi madre entró a la habitación justo cuando esa niña estaba en primer plano, como mi madre sabía que a mí me gustaba ese programa, ella empezó a decirme en forma de broma que yo veía ese programa porque esa niña me gustaba. Ese pequeño momento me generó un trauma que hizo que tuviese un comportamiento hermético respecto a presentarle o contarle a mi madre sobre mis parejas o amigas.
La forma en la que he podido superar ese trauma ha sido por medio de cambiar la perspectiva del evento dándome razones y haciéndome preguntas. Quizá mi madre veía con orgullo que su hijo sintiera atracción por alguien del sexo opuesto (aclaración: mi madre no es homofóbica), o sentía que de esa forma podía estrechar aún más los lazos en nuestra relación madre-hijo. Estos cambios de percepción han hecho que las emociones que sentía en ese momento ya no sean las mismas, lo que a su vez ha provocado ser más abierto con mi madre respecto a estos temas en el presente.
Por consiguiente, si bien ya hubo unos eventos en el pasado que no pueden ser cambiados, nuestra percepción sobre ellos y su narrativa son totalmente maleables, en consecuencia nuestro pasado también es maleable. Así pues, nuestros traumas pueden ser superados cuando hacemos los cambios adecuados a la hora de entender y contar la historia, una en la que lo que pasó fue para nosotros y cumplió un propósito.
En este punto es donde entra el accountability partner y se transforma en un testigo empático. Es mucho más fácil manejar la narrativa y la percepción del pasado por medio de alguien que:
Sepa escuchar.
Haga buenas preguntas.
Nunca juzgue.
Y nunca aconseje sin que se lo pidan.
Estas son las 4 claves que se necesitan para ser un testigo empático. Conocer el pasado de otro te permite entenderlo mejor y poder apoyarle de la mejor manera. Y ser abierto con tu pasado te permite liberar cargas que te impiden avanzar.
Entonces, en caso de llegar a esta evolución, lo que yo recomiendo es que saquen un tiempo para que uno hable y cuente su pasado, desde cuando nació hasta el presente, mientras el otro escucha siguiendo los cuatro parámetros anteriores. Luego, en otra ocasión, aquel que habló pasa a escuchar y el que escuchó a hablar. Para esto se puede llegar a necesitar de muchas sesiones y de mucha paciencia y comprensión, la idea es que este ejercicio permita transformar tus traumas y esto se vea reflejado en tu presente con la eliminación de resistencias y limitaciones.
Promoviendo el futuro: Success Partner
«Todo crecimiento hacia grandes objetivos y trabajos importantes es emocionalmente desgastante. No vayas solo. Ten un equipo con el cual puedas juntarte cuando estés frito, desgastado, agotado, asustado, o quebrado. Si vas a crear un futuro poderoso, experimentarás una extremada cantidad de fracasos, angustias, días malos, y dolor a lo largo del camino… Necesitas personas que te animen a seguir, que te alienten a soñar en grande, y que incentiven tu trabajo aun cuando otros no lo entiendan.»
Benjamin Hardy, Personality Isn’t Permanent
«Rodéate de personas que te recuerden más a tu futuro que a tu pasado.»
Dan Sullivan
Esta es la evolución máxima del accountability partner.
Aquí ninguna de las partes necesita de esta práctica para motivarse, ni para lograr cosas, ni para aspirar a grandes objetivos. Ambos ya son responsables de su proceso y de su éxito por sí mismos, pero se buscan porque juntos pueden llegar a vivir experiencias más transformacionales y excitantes de las que podrían por su propia cuenta.
El accountability partner se centra en el proceso. <<¿Hiciste las cosas que dijiste que ibas a hacer?>>
El success partner se centra en el progreso y en los resultados. <<¿Cuántas experiencias significativas estás viviendo voluntariamente para cumplir tus sueños más grandes?>>
Esta relación se alimenta de altas expectativas y un desafío sano que hace que ambos quieran dar más y más. Es una sinergia que pone a ambas partes en un camino de evolución continua dentro de un vehículo de crecimiento personal.
El crecimiento personal y la evolución se logran a través de la exposición a experiencias significativas, las cuales son experiencias que son completamente incomodas y que pueden hacernos remover hasta lo más profundo, por esa razón no todo el mundo está dispuesto a vivirlas.
Por ejemplo, para una persona que tiene el sueño de cantar frente a miles de personas pero que sufre de pánico escénico, el hecho de interpretar una canción frente a un grupo de 50 personas que asisten a su comunidad religiosa es una experiencia significativa. Posteriormente, conforme se exponga a más y más experiencias significativas, cantar frente a 50 personas será una experiencia más que común en su día a día.
Si tienes una relación de success partner pero no están teniendo al menos una experiencia significativa cada semana, no sirve, ambos fallaron por completo. Así que si tú y otra persona desean llegar a este nivel de compenetración, prepárense para enfrentar muchos miedos y para lograr en meses lo que les tomaría años por sí mismos.
El compromiso que se requiere en este nivel es mucho mayor y las expectativas de desempeño son altísimas. La idea es sentir una inmensa emoción cada vez que vas a enfrentar un miedo porque sabes que eso te permite dar un salto cuántico hacia tu gran objetivo. Tener a alguien igual de comprometido para esto permite que los resultados sean superiores, ya que los resultados es lo que al final importa y le da forma a nuestro proceso.
Y, claramente, si en vez de un único success partner te armas de toda una tribu de estos, te puedo garantizar que tu vida entrará en otra dimensión. La pregunta para ti y para ellos será: ¿Cuán dispuestos están a hacer que lo que desean suceda realmente?
Pensamientos finales
Tener un accountability partner es una ventaja injusta para acceder a niveles superiores de desempeño y de consecución de objetivos ambiciosos.
Lo bueno de esta práctica es que está disponible para todos porque sólo se necesitan dos o más personas comprometidas para hacer que esto suceda. Infortunadamente no todos están dispuestos a ser honestos consigo mismos ni con otros, ni tampoco a comprometerse a hacer lo que haga falta.
No te voy a mentir, encontrar un accountability partner no es fácil. En mi experiencia personal me he encontrado con muchas personas a las que les vi potencial para ser uno, sin embargo unos no estaban a la altura del desafío y abandonaban a los pocos días, y otros no eran lo suficientemente transparentes como para hacer que esto funcionara. Por eso, si llegas a conseguir uno, valora esa relación porque te será muy difícil de reemplazar.
Recuerda, he hecho lo posible para que tengas a la mano la guía definitiva para que ambos sepan qué tienen qué hacer y cómo tienen que hacerlo. Simplemente envíale este artículo a manera de invitación para iniciar esta relación a esa persona que crees que podría ser un estupendo accountabilitypartner, una vez que él/ella lo lea, ambos estarán en la misma frecuencia y se pondrán poner manos a la obra.
De verdad espero que ambos puedan sacarle todo el provecho a esta práctica, como también deseo que puedan llegar a los niveles más avanzados de la misma para que puedan dominar sus procesos, curar sus pasados y dar saltos cuánticos en cuanto a sus resultados.
Si en algún punto no logras conseguir a un accountability partner comprometido, o quisieras que yo mismo fuese el tuyo, escríbeme al correo jeanpierrebernal.negociador@gmail.com con el asunto ACCOUNTABILITY PARTNER. Cuentame tu caso para ver cómo puedo ayudarte.
“Encuentro que la mejor forma de amar a otros no es cambiarlos, sino al contrario, ayudarles a revelar la versión más grandiosa de sí mismos.” Steve Maraboli, Unapologetically You: Reflections on Life and the Human Experience
Bogotá. Marzo, 2019
Estoy por encontrarme con mi amigo David, a quien de cariño le digo <<Sierrita>> pues su apellido es Sierra.
En el fondo no me siento bien en mi autoestima ni en mi confianza. Hace alrededor de un mes que accedí a una refinanciación de Icetex porque llevó varias cuotas en mora con ellos por el dinero que me prestaron para financiar mi carrera profesional.
Accedí a eso porque estoy desempleado, no tengo dinero, y no quiero que se eleve la cobranza a nivel jurídico ni que embarguen a mi deudor solidario.
Ya he empezado a buscar empleo, pero no he tenido éxito aún. Ha sido ya un mes y en todas las empresas en las que me he presentado me han dicho palabras similares a estas: <<Genial tu hoja de vida, nos gustaría trabajar con un perfil como el tuyo, pero en este momento no será, de todas formas guardaremos tu hoja de vida por si alguna cosa pasa en el futuro>>. En conclusión, ninguna me dijo que sí… ni tampoco hubo alguna cosa en el futuro.
El problema de no haber encontrado trabajo hasta ahora es que ya me toca pagar una cuota de la deuda, sin embargo, no tengo dinero para eso y me pondré en mora nuevamente. Estoy en una situación financiera nada deseable, la verdad no sé qué hacer.
Mi amigo me llamó hace unos días porque quiere montar una empresa y me quiere hacer su socio, por eso nos reuniremos para ver qué puede salir de acá. Pienso ingenuamente para mis adentros que si el empleo no es la solución ahora, quizá el emprendimiento sí lo sea.
—¿Qué más mi Jean? —Me dice mi amigo mientras nos damos un abrazo de saludo y de reencuentro porque hace algunos años no nos veíamos.
—Cuánto tiempo Sierrita. Mira cómo has crecido. —Bromeo un poco con él como en los viejos tiempos cuando éramos compañeros de clase en el colegio.
Entramos a un McDonald’s para hablar un poco de lo que había pasado en la vida del otro desde la última vez que nos habíamos visto.
Una vez nos actualizamos sobre la situación personal de cada uno, entramos en materia, hablamos de negocios. Él me comentó una idea que me pareció brutal.
—En el edificio de apartamentos en el que vivo hay un área común que tiene piscina, squash y un gimnasio. He estado entrenando allí en los últimos meses —me dice David mientras flexiona su brazo derecho para mostrarme con orgullo sus ganancias—, y me hablo con los entrenadores que lo dirigen. Ellos vienen de una empresa a la cual las administraciones de los edificios como el mío los contratan por un monto fijo cada mes, y simplemente ponen unos entrenadores para que estén pendientes de las personas que entran a hacer uso de las instalaciones.
—¡Increíble! Sobre todo porque hace unos meses estuve ayudando a un amigo que alquiló el espacio de gimnasio de un edificio de apartamentos para montar su negocio ahí, pero él debía pagarle un monto cada mes a la administración y no al revés. De hecho, no se me había ocurrido un modelo de negocio así, y eso que he trabajado algunos años en gimnasios y conozco esa industria.
—Sí mi Jean. La idea es montar uno nosotros, pero uno bien administrado porque la empresa que está manejando el de mi edificio son muy malos y la gente se ha quejado mucho.
—O sea, tú me estás diciendo que tomemos ese modelo de negocio y lo mejoremos, ¿verdad?
—Exacto. Es más, podemos empezar por mi edificio. Yo ya estuve hablando con la administradora y me dijo que le pasara la propuesta. Ah, y un amigo ya me dio el número de 2 administradores para empezar a contactarlos.
Esto me estaba llenando de mucha emoción porque la idea era brutal, intentaba dimensionar en mi cabeza el potencial que tendría un negocio así debido a la creciente propiedad horizontal que había en Bogotá.
En ese momento decidimos que íbamos a empezar. Él iba a ser el socio que ponía los recursos financieros y yo el capital intelectual y operativo.
Me puse a trabajar en la planificación, en la creación de las propuestas, a visitar distintos edificios y a llamar a los clientes potenciales. Sin embargo, pocas semanas después me di cuenta de que, si las implicaciones personales de las personas no son resueltas, sus emprendimientos no tendrán éxito por más potencial que tengan.
Un mes después
Había dejado casi por completo la búsqueda de trabajo para dedicarme a sacar el emprendimiento adelante, pero aun así este último seguía sin generar ingresos e Icetex seguía cobrando, era mi segundo mes sin pagarles, ya la mora era inevitable nuevamente.
Había llamado a muchos administradores de propiedad horizontal, había visitado varios edificios con potencial de ser nuestros clientes, y ya había pasado varias ofertas en distintos puntos, de hecho, en algunas entregas de ofertas tuve que caminar largas distancias porque el transporte público era un lujo en ese momento para mí.
El dinero no se veía. Ninguna de las ofertas pasadas hasta ese momento había tenido una respuesta favorable, ni siquiera una posibilidad. Cuando hacía llamadas de seguimiento a los administradores, ellos me decían que la junta no lo había aprobado o que todavía no se habían reunido para decidirlo.
Mi mente estaba tan centrada en hacer dinero porque sentía que lo necesitaba, lo cual hizo que eso generara una energía de tensión que provocaba que el dinero me fuese esquivo a mí y, en consecuencia, al proyecto.
Nuestro emprendimiento de gran potencial no daba frutos todavía, e infortunadamente yo no me encontraba en una situación en la que ser paciente fuese una posibilidad, necesitaba ganar dinero ya y como sea. O sea, no estaba en la situación más deseable para ponerme a emprender un negocio.
Gracias a esto aprendí que, primero, hay que evaluar la situación para saber qué es más idóneo hacer, y, segundo, que el enfoque no debe estar en el dinero. El enfoque debe destinarse a la construcción de algo cuyo funcionamiento sea recompensado con dinero porque le es útil a otros. De haber aplicado esto, la historia hubiese sido diferente.
Otro mes más después
Seguí intentándolo más, pero seguía sin dar resultado, mi escasez personal estaba afectando al proyecto evitando que generara la prosperidad que debería generar. (Poco más de un año después me di cuenta que fue así, mi situación reactiva y escaza era una implicación personal que impedía el éxito en este emprendimiento, así que, si lees esto Sierrita, perdón, fue mi culpa que las cosas no se dieran como el proyecto lo merecía, aun así te agradezco mucho por haber confiado en mí, aprendí bastante de esta experiencia.)
Por fortuna, para mí a nivel personal, obtuve un trabajo que me permitía generar un dinero y empezar a pagar mis obligaciones. Sin embargo, era un empleo de baja remuneración, y, como todo trabajo de bajos ingresos, era monótono y demandaba mucho tiempo y energía, por lo cual tuve que renunciar al proyecto por completo para poner en orden mi vida. (Nuevamente, perdón Sierrita)
Aunque el proyecto no se dio, el acto de mi amigo hacia mí, sin él saberlo, le redundó en muchísima abundancia para su bolsillo. Y gracias a él yo aprendí a cómo atraer esa riqueza también. (Así que, gracias Sierrita, por todo.)
Caridad: La forma de atraer riqueza
“Tienes que sentir que mereces cosas buenas, de lo contrario tu subconsciente podría sabotear todos tus mejores esfuerzos. Si tú no sientes que verdaderamente mereces gran éxito financiero, entonces te encontrarás batallando con un obstáculo casi insuperable: tu subconsciente. Dar regalos de forma regular desde tu ingreso a la caridad es una excelente forma de que de una vez por todas persuadas a tu subconsciente de que tú mereces lo que te espera al frente. De esta forma, no sólo le darás fin a este sabotaje, [tu subconsciente] comenzará a asistirte en tu búsqueda conscientemente.”
Rabino Daniel Lapin, Thou Shall Prosper
“Compartir crea espacio en tu vida para más bendiciones venideras. Dar crea un circuito interminable. Tú ganas, tú das, y entonces tú ganas más.”
Celso Kukierkorn, Secrets of Jewish Wealth Revealed!
Mi mentor, Moisés Furman, dice que hay dos cosas que él nunca verá: a un bruto iluminado y a un filántropo pobre.
Dar caridad es un acto de abundancia total. Es un acto que no trata tanto de la cantidad que se da sino de la intención con la que se hace.
Ayudar a otros con lo que tienes es decirle a la vida que te sientes muy agradecido por lo que has conseguido, y por esa razón decides retribuir a las personas que lo necesitan con una parte de lo que has ganado.
Dar caridad sienta un precedente de buena administración del dinero y de despreocupación por lo que pueda venir en el futuro, en otras palabras, sueltas ese dinero con alegría porque muy en el fondo tienes la certeza de que este volverá, e incluso también tienes la certeza de que vendrá a ti en cantidades mayores.
Y, además, es una forma en la que, no sólo puedes apoyar y financiar causas en las que crees, sino también puedes fortalecer tu relación espiritual con un ser superior al que le rindas cuentas.
Pero, para dar caridad hay que ser y sentirse abundante y próspero.
Quien se ve a sí mismo pobre y se siente como tal nunca dará de lo que tiene para apoyar a otros y siempre estará en el lado de los que piden y/o necesitan ayuda.
Hay quienes dicen que ellos donarán cuando tengan mucho dinero, pero pasa el tiempo y siguen sin tener dinero, por tal motivo nunca donan. Para aquellos que han vivido esto, después de leer este artículo entenderán porque les pasa y qué pueden hacer para resolverlo.
“Si estás en el 1% más afortunado de la humanidad, le debes al resto de la humanidad pensar en el 99% restante.”
Warren Buffet
Cuando ayudas a otros dando caridad, deberías de estar muy agradecido porque estás en el lado de los que pueden dar y, además, no eres envidioso, sino que deseas que otros sean prósperos también, pues sabes que a veces aportar un pequeño empujón es lo que otros podrían necesitar para prosperar.
Sí, hay otro lado, uno donde las personas que necesitan recibir. Hay un lado de personas que viven en la escasez y por lo mismo pueden aportar poco o nada a otros en términos económicos. Pero, aunque sé que lo próximo sonará cruel, este lado existe para que podamos entender los conceptos de abundancia y escasez y para experimentar el placer de dar.
Los opuestos en la vida existen para poder entender un concepto. Imagina que alguien nace en un planeta donde el sol siempre está iluminando los cielos, ¿crees que esa persona podría entender cuál es el concepto de la noche? Seguramente no.
Igual pasa con la pobreza y la riqueza. Si todos en el mundo fuésemos extremadamente ricos y nunca necesitáramos nada de nuestros prójimos, nunca podríamos disfrutar del placer de dar a otros que necesitan recibir, ni tampoco comprenderíamos la diferencia que existe entre abundancia y escasez.
Toma a los personajes bíblicos de Adán y Noé. El primero nació en un lugar donde ya todo estaba hecho para él y nunca tuvo que hacer nada para construirlo, simplemente debía tomar. En cambio, el segundo vio como su mundo fue destruido y le toco reconstruirlo desde cero. Por lo cual, si le preguntásemos a Adán sobre construir el mundo, probablemente no entendería ese concepto, en cambio Noé sí te lo podría explicar.
Lo bueno de la vida es que es cambiante, nada está escrito, y tú puedes cambiar tu realidad cuando tomas con autoridad una decisión comprometida seguida de las acciones que hagan falta. Así que, si hoy estás en el lado de los que necesitan, es totalmente posible que en un futuro puedas pasar al lado de los que dan y puedas empezar a ayudar a otros.
Cuando das tu caridad a quien la necesita, debes reconocer un lugar de superioridad que tiene esa persona sobre ti, pues él/ella está viviendo una situación de necesidad para permitirte experimentar el acto de dar y la sensación de abundancia. Recuerda que la filantropía y la pobreza son palabras incompatibles.
Incluso, la caridad, al ser una demostración de abundancia, es una forma en la que podemos declararle a la vida que deseamos más y nos sentimos merecedores de más abundancia, tal como dice la frase del rabino Lapin al principio de este apartado.
Y en cuanto a la cantidad que se debe dar, si bien ya mencionamos que el número no es lo importante pues es más importante la intención que hay detrás de darla, hay una recomendación ancestral que se trata del…
Diezmo
“…diezmar no es algo que hago para limpiar mi consciencia y así poder hacer lo que quiera con el 90% restante. ¡Este también pertenece a Dios! Debo buscar de su dirección y de su permiso para lo que sea que haga con el monto total. Puede que descubra que Dios tiene diferentes ideas a las que yo tengo.”
Randy Alcorn, Money, Possessions and Eternity
A lo largo de la historia hemos escuchado, en especial en ámbitos religiosos, que una décima parte de lo que produzcan las personas debe ser dado, ya sea a los pobres o como pago a una autoridad superior.
Hay una historia de un señor que tenía un campo de trigo y siempre regalaba a los pobres una décima parte de su cosecha. A su hijo no le gustaba esto porque pensaba que estaban perdiendo dinero pues podían vender esa décima parte y sacarle más ganancias al negocio, sin embargo su padre era inflexible con eso y seguía dándolo aun si su hijo no estuviera de acuerdo.
Pasado un tiempo, el señor falleció y la cosecha pasó a ser administrada por su hijo. Este vio que ahora sí podría dejar de darle a los pobres y vender toda la producción ya que su padre no estaba allí para impedírselo; y así lo hizo. Los años pasaron y la producción empezaba a ser cada vez menos al punto que el hijo se dio cuenta que no estaban produciendo más allá de la cantidad equivalente que su padre solía donar a los pobres.
Esta historia tiene como moraleja que entendamos que no todo lo que producimos nos pertenece. Hay una parte que pertenece a otros, pero, por alguna razón, la vida nos la dio para que la administremos y se la hagamos llegar a quien le pertenece.
Así pues, dar caridad y ser generosos no es más que un acto de justicia y de buena administración del dinero.
Alguna vez alguien me dijo que la forma en la que le podemos demostrarle verdadero amor al dinero es administrándolo correctamente. En términos espirituales, diezmar simplemente hace parte de esa correcta administración. Por esa razón, si das caridad, la vida verá que eres responsable y justo por lo que te empezará a dar más para que sigas administrando más recursos de forma correcta.
No es casualidad que las personas que tienen inmensas fortunas sientan ese deseo innato de querer apoyar y/o crear organizaciones benéficas, sumado a que dan millones de sus posesiones para poder ayudar a otros. La vida ve su buena administración y sigue dándoles más prosperidad porque confía en ellos como administradores, y porque entendieron el secreto.
Uno de los secretos de la vida es dar, pero dar sintiendo placer de hacerlo, ya que sólo aquel que disfruta al dar, aún sin esperar nada a cambio, será quien recibirá más. El diezmo es una de esas formas placenteras que existen de dar.
¿Alguna vez has dado caridad?
De haber sido sí tu anterior respuesta, ¿sentiste placer y/o alegría al darla la última vez que lo hiciste?
En caso de que tú respuesta sea un no a cualquiera de las dos preguntas anteriores, quizá esta historia te haga cambiar de opinión.
En la juventud de George Q. Cannon, él era pobre y practicaba su religión cristiana de forma regular. En la congregación a la que asistía, a los miembros se les alentaba a dar el 10% de sus ingresos como una muestra de fe y de su relación con Dios. Como buen cristiano, George daba su diezmo a pesar de su situación económica.
Un día George tuvo la idea de dejar de dar su diezmo de forma retroactiva, o sea dar 10% de su ingreso actual. Se le ocurrió empezar a dar el diezmo respecto al ingreso que deseaba recibir en el futuro. Para él esto no era un costo, sino una inversión en su futuro y en su relación con Dios, por lo cual su aproximación a dar el diezmo era totalmente proactiva.
Como el obispo de su comunidad conocía su situación económica, este le preguntó sobre la razón detrás de dar un diezmo mayor al que debería, a lo cual George respondió que él no daba respecto a lo que ganaba, sino a lo que deseaba ganar. Dicho y hecho, el año siguiente George recibió un ingreso superior, uno respecto a la cantidad de diezmo que dio.
Esta historia es cierta y es fascinante, pero con esto no te digo que vayas a ganar más dinero si te pones a donar cada vez más. Simplemente, George pudo atraer abundancia a su vida por medio del diezmo, ya que lo daba desde una intención proactiva en la que estrechaba aún más su relación con el ser superior al que él le rendía cuentas.
Si una persona hace lo mismo que George, pero lo hace desde una intención reactiva en la que en verdad espera recibir dinero a cambio de hacerlo, siendo esa la razón por la cual verdaderamente lo da, no va a ser efectivo, incluso hasta puede ser contraproducente para su economía personal.
Debido a lo anterior, si en este momento estás pensando en dar tu caridad, sobre todo si es la primera vez, te invito a que revises las intenciones reales que hay detrás de ello. Y también te invito a qué lo hagas sintiendo alegría. Más adelante te diré cómo lo puedes hacer.
Por otra parte, por medio del diezmo es la única forma permitida que existe en la que puedes probar al Eterno.
“Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora con esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde”
Malaquías 3:10
Hay un concepto llamado <<doblarle el brazo a Dios>>, el cual trata de que puedes pedirle algo al eterno para que te lo dé y a cambio tú das una caridad. Sólo funciona con el diezmo o con una cantidad superior, y, lógicamente, tu intención debe venir desde la proactividad.
Por ejemplo, recién inició la cuarentena en Colombia en marzo del 2020, sentí enorme preocupación por la salud de mi hermana y mi madre, en especial por la primera porque ella es médico y estaba trabajando en el hospital principal de la zona de Bogotá más afectada por contagio de coronavirus, incluso le tocó atender a personas que eran sospechosos de tenerlo y personas que eran casos confirmados durante el transcurso de la pandemia. Tuve una conversación con el Eterno en la que le pedí que ni ella ni mi madre enfermasen de ese virus, y me comprometí a donar mercados a gente pobre para esos fines.
Lo increíble fue que, pasados varios meses, mi hermana se hizo un examen de sangre en el que los resultados mostraron que no tenía el virus y que en ningún momento se había contagiado del mismo. Es más, mi madre tampoco se enfermó de eso o algo parecido en el mismo periodo. Agradezco mucho al Eterno por eso.
Cabe aclarar que, aún si haces lo anterior, hay planes de vida superiores que deben cumplirse sí o sí, y si haces algo parecido por una persona, pero el alma de esa persona decidió morir en ese momento y por esas circunstancias, simplemente debes respetar la justicia del juez. De todas formas, esto ya sería tema de otro artículo, así que volvamos al tema que nos compete acá.
Ya quedó claro que la cantidad a dar debería ser el 10% de todo lo que produces, recuerda que, espiritualmente, no es tuyo en sí y sólo lo recibiste para administrarlo y darlo a quien le pertenece. Aunque, hay quienes dicen que la base de cálculo de tu diezmo debería de ser el ingreso total menos los costos asociados a producir el ingreso. Es más, hay quienes no dan el diezmo mensual, sino que lo dan de forma anual.
Sea cual sea tu situación, en caso de que tengas dudas, consulta primero a tu guía espiritual de confianza para mayor discernimiento sobre el asunto y las reglas para calcular tu aporte.
Si deseas dar una cantidad superior a esa décima parte, recuerda que debes respetar las obligaciones de tu vida, por ejemplo, el sustento de tu hogar, el pago de tus empleados, entre otros. Así que, si dar más del 10% te afecta en el cumplimiento de tus obligaciones de vida, quédate en esa cantidad.
Pero, si por alguna razón pasa algo que te haga tener que usar tu diezmo para atender otra cosa distinta, por ejemplo, una urgencia médica tuya, el estudio de tus hijos, o te encuentras en un periodo en que debes construir antes de dar; recuerda que el Eterno es comprensivo y sabrá porque no lo diste, sólo coméntale la situación.
Claro que, si no eres religioso ni crees en Dios, también puedes diezmar. Dar el diezmo es una forma de entrenar tu conducta, una forma de fortalecer la parte de soltar el dinero con alegría teniendo la certeza de que el dinero vendrá en el futuro y en mayores cantidades.
Igualmente, el diezmo te sirve para pulir tus habilidades de administrador de tu dinero, ya que para darlo debes estar claro en tus ingresos y en tus gastos, por lo cual debes hacer un control disciplinado tanto del movimiento de tu dinero como de las decisiones que tomes con este.
Ahora sí, ya que sabemos qué es dar caridad y cuánto deberíamos dar, podemos pasar a las preguntas de: ¿Cómo darlo? Y, ¿a quién darlo?
Los 8 niveles de dar caridad
“Para desarrollar una fe duradera es esencial un compromiso duradero de ser un dador íntegro del diezmo. Inicialmente se requiere de fe para diezmar. Luego el dador del diezmo desarrolla más fe al punto que darlo se convierte en un privilegio precioso. Diezmar es una ley antigua de Dios. Él hizo una promesa a sus hijos de que él abriría ‘las ventanas de los cielos, y derramaría… una bendición tal que no habrá lugar suficiente para recibirla’.” Russel M. Nelson, Accomplishing the Imposible: What God Does, What We Can Do
Si bien dar caridad es muy bueno dado todo lo que hemos visto hasta ahora, no todas las generosidades hechas son evaluadas igual. Hay niveles superiores a otros dependiendo de cómo ayudamos, y lógicamente estar en los niveles más altos siempre será lo ideal.
El sabio medieval Maimónides escribe en su libro Mishné Torá que existen 8 jerarquías en cuanto a dar la caridad. Veremos cada una de ellas, de la más elevada a la menos, y la recomendación es siempre estar en el podio, en los 3 primeros niveles.
Nivel 1: El compañero
“…aquellos que rompen las reglas son escoria. Pero aquellos que abandonan a sus amigos son peor que la escoria.”
Obito Uchiha, Personaje de Naruto Shippuden, obra de Masashi Kishimoto
El nivel más elevado, no habiendo un nivel superior a este, es cuando una persona le tiende la mano a su compañero que su situación económica declinó, fortificándolo mediante la entrega de un presente, un préstamo, proponiéndole crear una sociedad con él, o consiguiéndole un trabajo, procurando fortalecerlo de modo que no necesite acudir a las personas para pedirles.
En este nivel nos anticipamos a la caída de alguien cercano. Procuramos ayudarle a generar sustento para que no caiga en desgracia económica ni se vea forzado a tener que pedir la caridad de otros.
Por lo general, este nivel no se le ve o reconoce como la entrega de un diezmo a ojos de las personas, sino que se le ve más como la ayuda que se le debería dar a todo familiar o amigo que la necesita.
Cuando mi amigo Sierrita me propuso la sociedad para sacar adelante el emprendimiento, no me estaba dando una limosna para ayudarme, él me estaba proveyendo de un mecanismo por el cual había un potencial de generar un sustento digno. Si bien no se dio, sé que las intenciones de él fueron muy transparentes por lo que eso le debió redundar en una abundancia tremenda.
La vida económica de las personas tiene sus periodos de subidas y bajadas, es algo totalmente natural porque esas contracciones y expansiones son necesarias para poder soportar un crecimiento continuo. Pasa igual que en todo gráfico de tendencia alcista de un mercado, subidas y bajadas, pero las subidas siempre más altas que la anteriores subidas, y las bajadas menos bajas que las anteriores bajadas.
Por tal motivo, esas contracciones económicas pasarán en cualquier momento de la vida, no hay que preocuparse porque siempre anteceden a la expansión, entonces que ocurran es muy bueno, simplemente no hay que bajar la guardia.
Infortunadamente, la vida no siempre será una tendencia alcista para todos, en determinados momentos y por ciertas circunstancias y/o consecuencias, alguien podría pasar por una tendencia bajista, una que pareciera que cada día que pasa las cosas se ponen peor.
Si detectamos una contracción normal de una tendencia alcista, o una tendencia bajista en la vida de alguien cercano, podemos tenderle la mano con nuestro diezmo en la forma que sea para que no decaiga.
Por ejemplo, en un trabajo en el que estuve, uno de mis compañeros tuvo que hacerse cargo de toda su familia con su sueldo, razón por la cual todos los días iba con los mismos zapatos y estos ya necesitaban un cambio pronto por tanto desgaste. Como yo entendía su situación y sabía que no le era posible cambiarlos porque de hacerlo se descuadraba, entonces un día le regale unos zapatos nuevos con mi diezmo aligerándole así un gasto que podía hacerle pasar un mes muy difícil a él y a su familia.
Otro ejemplo es el de una amiga mía cuya hermana se separó de su marido y quedó sin nada tras la separación. Mi amiga le dio un préstamo sin intereses y sin acuerdos de pago para que su hermana comprara unos instrumentos de cocina y unos insumos de alimentos. Con todo esto ella pudo cocinar productos para que los vendiera y se ganase su sustento por sí misma.
Ejemplos y formas de hacerlo en este nivel hay muchos. Lo importante es que, si vas a dar caridad, lo mejor siempre será darla a las personas más cercanas a ti.
Si un amigo o familiar tuyo está por entrar en desgracia económica, tiéndele la mano con lo que te sobra.
Nivel 2: Anonimato bidireccional e intermediación
“Donar a instituciones religiosas, organizaciones benéficas, etc., es un acto noble. Lo que lo hace sagrado es que la mano izquierda no sepa qué es lo que la mano derecha da.”
Anónimo
Cuando una persona otorga la caridad siendo generoso con los pobres sin saber a quién le otorga eso que le dio, y el pobre no sabe de quién recibe lo que recibió.
Es claro que el hecho de estar en el lado de necesitar recibir caridad puede llegar ser humillante para una persona. En este nivel le ayudamos mientras aplicamos saving face (le salvamos su honor, su dignidad y cuidamos su reputación) al no saber ni quién es el receptor, ni que esa persona sepa que nosotros le dimos.
Para que este nivel ocurra tiene que haber un intermediario que se encargue de hacerle llegar nuestra ayuda a los necesitados. Por eso, como intermediarios entrarían todas esas personas y organizaciones, muchas sin ánimo de lucro, que reúnen dinero y recursos tangibles, como ropas o comida, entre otros; para hacerlo llegar a los necesitados.
Por ejemplo, una vez iba caminado por un centro comercial y vi un recipiente de donaciones que parecía una alcancía, al lado tenía un cartel que decía que todo el dinero que entrará en el recipiente sería destinado a apoyar a soldados retirados que tenían alguna discapacidad debido a heridas de guerra. Meter monedas o billetes allí ayudaría a alguien cuyo nombre y rostro desconozco, a su vez que el beneficiado no sabría nada de mí.
Otro ejemplo fue lo que hizo Denzel Washington en una academia de arte dramático donde contribuyó con una donación privada para que muchos jóvenes aspirantes a actores que no podían costearse con facilidad esos estudios pudieran hacerlo. Entre esos estudiantes que ayudó estuvo Chadwick Boseman, quien en sus palabras como agradecimiento en un discurso dijo, <<…no hay Pantera Negra sin Denzel Washington>>. Bueno habría que aclarar que Denzel está en este nivel porque en el tiempo en que los jóvenes recibieron la ayuda y la disfrutaron, ninguno de ellos supo que había sido él, sino que se enteraron muchos años después.
Si bien se podría decir que cualquier donación entraría en este nivel, existen dos requisitos que deben cumplirse para que esto se cumpla apropiadamente.
1) El intermediario debe ser fiel y comportarse adecuadamente.
La persona que se va a encargar de repartir tu caridad y la de otros tiene que ser intachable en su actuar dada su responsabilidad.
Debe ser una persona que tú sepas que verdaderamente le va a hacer llegar a los necesitados lo que tú le das, pues, aunque tu intención sea la más pura a la hora de darla, si esta persona no la hace llegar, es como si tú no la hubieses dado en realidad. Y no creo que quieras dejar de cumplir con tu diezmo por culpa de otro.
Yo suelo dar mi diezmo a una fundación que se encarga de apoyar a los niños pobres en Bogotá. Como conozco a la persona encargada de la repartición de las ayudas, sé que cumple con este requisito, así que le doy mi diezmo con toda la confianza, ya que ella le ha hecho llegar mi caridad a los niños. Lógicamente, yo no conozco a los niños ni ellos saben de mi existencia.
Es decepcionante ver casos en los que una persona encargada utiliza estas ayudas para sus usos personales sin consentimiento de los dadores. Por eso, para evitar esto, primero cerciórate de que el intermediario cumple con este requisito antes de dar tu caridad.
En caso de que no encuentres a alguien que cumpla con este requisito y te permita estar en este nivel, siempre será mejor que tú mismo busques directamente a quien necesita la ayuda para que se la des. Recuerda el nivel 1, esa persona podría estar al lado tuyo en este momento.
2) Lo que reparta el intermediario debe ser mínimo el equivalente a tu diezmo
Es normal que muchas organizaciones sin ánimo de lucro utilicen parte de lo que reciben para pagar actividades y personas que hacen posible las entregas de las ayudas que les encargan a los necesitados, esto debido a su objeto social.
El problema de esto es que si, por ejemplo, tu diezmo es de 100 USD y los das al intermediario, pero esta saca 5 USD para pagar la ejecución de las actividades de entrega, al final este sólo entregaría 95 USD como tu caridad, lo que significa que no estarías cumpliendo con tu precepto de dar la caridad porque no equivaldría al 10% que deberías dar.
Una solución a esto sería que el mismo intermediario te diga el valor de esos costos extras para que tú los asumas con un dinero aparte de tu diezmo.
En noviembre del 2020 cuando el huracán Iota arrasó con la isla de providencia, Uber ofreció a sus usuarios la posibilidad de brindar ayudas a los damnificados por esa catástrofe ambiental, pero les avisaron a los usuarios que tenían que asumir el valor del desplazamiento de las ayudas desde donde las enviaran hasta el centro de recolección de donde saldrían hacia la isla. De esta forma Uber les dejaba en claro a los que pensaran en dar su diezmo por este medio cuál era el costo de esa actividad para que así ellos pudieran darlo completamente sin que se afectara.
La otra solución es dar una cantidad mucho mayor a lo que tendrías que dar de diezmo. Así, si existiese algún costo que la organización o la persona pague con un pedazo de los diezmos, la caridad cumpliría con dar ese 10% o más sin problema.
Digamos que el diezmo que deberías dar es de 100 USD, pero decides donar 120 USD. Si la organización tomara 10 USD de lo que diste para cubrir algún costo, aun así estarías dando 110 USD, lo cual es más que suficiente para cumplir con dar tu diezmo.
En todo caso, lo ideal siempre será que tu diezmo llegue completo y que el intermediario no tenga que utilizar de lo que le das para cubrir costos de ningún tipo.
Nivel 3: Eres anónimo, pero sabes a quién le das
“¿Tú crees que si la vaca no hubiese caído por el barranco esta familia se encontraría donde se encuentra ahora?”
Maestro a su alumno tras ver una familia pobre que prosperó, Parábola de la vaca
Cuando una persona otorga la caridad a su semejante conociendo a quién otorga, pero el pobre no sabe de quien recibe la generosidad.
Al igual que en el nivel anterior, aquí seguimos teniendo en cuenta la sensación de humillación que puede sentir una persona por el hecho de necesitar recibir caridad. La única diferencia es que nosotros sí sabemos a quién le estamos dando la ayuda mientras permanecemos en el anonimato.
En este nivel tienes conocimiento de la situación de necesidad de una persona y le ayudas, pero haces lo posible para que esta no sepa que fuiste tú quien le ayudo.
Recuerdo la historia de una comunidad religiosa que se reunía continuamente para recibir las doctrinas espirituales de un sabio. En esa comunidad había un señor de tercera edad ya pensionado que siempre asistía con un sombrero hecho de papel y que solía pedir ayuda de los diezmos que daban las personas.
Dos miembros de esa comunidad creían que el hombre mentía porque él era pensionado, por lo cual un día lo siguieron hasta su casa. Al llegar allá vieron la fachada de una casa común que no se veía ni de rico ni de pobre. Entonces golpearon y el señor les abrió. Ellos le dijeron que les daba curiosidad ver que él pidiese ayuda de los diezmos si estaba viviendo ahí y recibía el dinero de su pensión así que les gustaría ver cómo vivía él.
El señor no tuvo reparos en dejarlos pasar, les mostró toda la casa, les presentó a su esposa quien estaba muy enferma y consumía muchos medicamentos a causa de su condición, e incluso les mostró el interior de su nevera que estaba casi vacía. Ellos se sorprendieron de ver que todo se veía viejo y que casi no había que comer, de hecho, no entendían cómo él pasaba por eso teniendo su pensión. Él les contó que, debido a la enfermedad de su esposa, casi toda su pensión la destinaba a medicamentos y tratamientos médicos, por eso estaba viviendo esa situación tan precaria.
Los hombres le agradecieron al hombre por ser abierto, le desearon lo mejor y se fueron. Como se sintieron culpables por dudar de él al principio, fueron a una tienda a comprarle comida para ayudarle y para que tuviese alimento en los próximos días. Mientras elegían los productos, ellos seguían hablando de la condición paupérrima de aquel hombre.
Una vez en la caja para pagar, la cajera les dijo que todo ya estaba pago. Ellos quedaron atónitos y le preguntaron la razón, a lo que ella les señaló un hombre a lo lejos que estaba de espaldas y dijo que ese hombre le había dicho que él iba a pagar todo lo que ellos comprasen acá. Ellos fueron a donde el hombre a preguntarle la razón de eso; él les respondió que los había escuchado hablar de la situación de vida de aquel señor necesitado por lo que quería ser partícipe en la ayuda.
Finalmente, los tres convinieron en que le harían llegar todo al pensionado por medio de un domiciliario permaneciendo ellos como anónimos. O sea, los dos hombres actuaron en este nivel porque conocían al señor en necesidad, quien nunca supo de quien recibió, mientras que el hombre que pagó las compras actuó en el segundo nivel debido a que el anonimato era bidireccional.
«Cuando conozcas a alguien, trátalos como si se encontrarán en serios problemas y acertarás más de la mitad de las veces.»
Henry Eyring
Hay muchas veces que simplemente tenemos que escuchar a las personas y entender sus vidas y sus necesidades, este acto nos permite saber a quién le podríamos ayudar que lo pueda necesitar.
Es más, anteriormente, muchos sabios solían escuchar a las personas en necesidad y una vez que llegaba la noche iban hasta las casas de estos a dejarles ayudas debajo de la puerta, pero sin dejarles indicios a esos pobres con los que pudieran saber quién les ayudó.
Este nivel es el cierre del podio. Siempre se recomienda estar entre este y los dos anteriores para atraer la mayor cantidad de abundancia. De igual manera, estar en alguno de los siguientes también es un buen actuar en la entrega de tu diezmo.
Nivel 4: Solo el receptor es anónimo
“…su filantropía era de ese tipo de pólvora que la diferencia entre este y la animosidad era difícil de determinar.”
Charles Dickens
El pobre sabe de quien recibe la generosidad, pero el que otorga la caridad no sabe a quién le otorga.
En este nivel también sigue existiendo en cierta medida aquello del saving face, pues, aunque el pobre sepa que yo soy el que le doy, yo me encargo de no saber quien es el beneficiado de mi ayuda, lo cual puede mitigar la sensación de humillación que alguien en necesidad pueda sentir al tener que recurrir a recibir ayudas de otros.
Se podría decir que en este nivel principalmente se encuentran los grandes filántropos que hacen inmensas donaciones públicas a distintas organizaciones con causas sociales. Las personas que reciben ayuda de esas organizaciones saben que, en alguna medida, el filántropo es responsable de que eso fuese posible, pero este no sabe a quién o a quiénes beneficiará su ayuda específicamente.
Recuerdo una vez que hice una donación a una fundación para ayudar a personas pobres, no sé a quién benefició mi ayuda y ellos tampoco iban a saber que yo había sido el donador, lo cual me ponía en el nivel 2. Sin embargo, la fundación publicó una imagen en su cuenta de Instagram etiquetándome como uno de los benefactores de esas ayudas, y ese simple acto de perder mi anonimato me bajó de inmediato a este nivel.
Por lo anterior, si haces una donación esperando estar en el nivel 2, déjale claro al intermediario que preserve tu anonimato. Ya si tú quieres el reconocimiento de esa buena obra, entonces este nivel es para ti.
Modalidades de este nivel también pueden ser que tú dejes un recipiente lleno de dinero frente a los pobres con un cartel que diga: <<toma todo lo que necesites>>. Una vez ellos saben que tú lo dejaste, te retiras del sitio para no enterarte de quienes fueron los que cogieron la ayuda.
Hay más maneras de hacerlo para estar en este nivel, la idea es que se sepa que fuiste tú, pero que tú no te enteres quién fue el beneficiado.
Nivel 5: Ayuda sin solicitud previa
“No hay mejor ejercicio para el corazón que agacharse y levantar a las personas”
John Holmes
Cuando una persona otorga a su semejante la caridad en su mano antes de que este se lo solicite, pero el primero sabe que el segundo necesita la ayuda.
Antes salía a la calle y me acercaba a vendedores ambulantes, les preguntaba por el producto que vendían y el precio, aunque en realidad no me interesaba comprarlo, simplemente era la excusa para acercarme y ver cuán necesitado estaba. Poco antes de irme les daba una ayuda sin llevarme producto alguno, lo cual me ponía en este nivel porque ninguno de los vendedores me la pedía.
A lo largo de los últimos niveles hemos visto lo humillante que podría ser para alguien el hecho de tener que pedir ayuda, así que puede haber personas que no la pidan pese a que en verdad la necesiten. Entonces podemos adelantarnos y ahorrarles la pena de pedir dándoles directamente.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que, aunque una de las razones por las que no piden pueda ser la pena, quizá ellos no quieran recibirla a pesar de que la necesiten y prefieran ganársela de alguna manera que consideren más digna, como vender productos en la calle o cantar en los autobuses.
De todas maneras, el hecho de dar la ayuda a alguien que sí la necesita anticipándose a que la pida sigue siendo un acto loable, por lo cual se encuentra entre los 8 niveles ocupando esta posición.
Nivel 6: Ayuda solicitada y entregada honorablemente
“Nunca permitas que tu ego se interponga en el camino de pedir ayuda cuando la necesites desesperadamente. Todos hemos recibido ayuda en algún momento de nuestras vidas.”
Edmond Mbiaka
“Pedid, y se os dará; buscad y hallaréis; llamad, y se os abrirá.”
Mateo 7:7
Cuando una persona otorga a su semejante la caridad de acuerdo con lo que es apropiado otorgarle, después de que el pobre se lo solicite.
Aquí, a diferencia del nivel anterior, el pobre sí está pidiendo la ayuda antes de uno dársela, y aquello que se le da es honorable para él o ella. Además, el dador entrega lo que puede y/o debe al pobre directamente para ayudarle.
Por ejemplo, una vez iba caminando por la calle y se me acerco una persona vendiendo bolsas negras de la basura para ofrecerme su producto, como yo no necesitaba bolsas le dije que no, entonces él me contó una situación difícil que estaba pasando, y luego me pidió una ayuda equivalente a 2 USD.
Como a mí me hacía falta dar lo equivalente a 1 USD para completar mi diezmo de ese mes, le entregué esa cantidad. Él vio que yo tenía más y me pidió más, pero algo me dijo que no le diera más, así que hasta ahí llegó mi ayuda. Me siento afortunado de haber escuchado esa voz interna, ya que, si le hubiese dado más, no hubiese podido abastecer por completo la alacena de mi hogar porque tenía el dinero exacto en mi bolsillo para esa compra de ese día.
En mi ejemplo, lo apropiado de dar para mí era completar mi diezmo y no afectar el sustento de mi hogar. Y, por supuesto, esa ayuda era honorable porque era el valor equivalente a uno de los grupos de bolsas que él vendía.
Una ayuda que no es honorable es cuando el dador entrega menos de lo apropiado a dar, y/o cuando lo que entrega no es digno de la persona que recibe. Por ejemplo, si una persona pide ayuda para pagar un pasaje del transporte público, y tú tienes lo suficiente para ayudarle sin que te afecte, pero sólo le das una moneda que es una fracción menor a lo que en verdad necesita esa persona, ahí es una ayuda que no es honorable, así que no califica para este nivel.
Muchas veces en este nivel lo que yo hago es dar aquello que necesitan, pero no el dinero. Por ejemplo, un señor me pidió ayuda para poder comprar algo de comer de desayuno, yo entré a la tienda, cogí algunos alimentos, los pagué y se los entregué al señor.
Nivel 7: Ayuda solicitada, pero entregando menos de lo apropiado
“Nadie jamás se ha vuelto pobre por dar.” Anne Frank, Diario de Anne Frank
Cuando una persona otorga a un pobre la caridad dándole menos de lo apropiado, pero con rostro agradable.
Este nivel y el anterior son iguales, lo único que los diferencia es la cantidad que se da, pues aquí es menos de lo que es honorable darle a la persona que lo pide.
En este nivel se hace hincapié en que, al dar la caridad, el rostro desprenda una sonrisa, o sea que hay que darla con alegría. Lógicamente, este y los 6 niveles anteriores comparten esta particularidad y este gozo.
Es muy común que vayas caminando por la calle y te encuentres a alguien pidiendo limosna, sientes ganas de ayudarle por lo que metes la mano a tu bolsillo, sacas la primera moneda que agarres y se la entregas. Si bien pudiste haberle dado más pues con esa moneda esa persona no va a solucionar nada de su situación, tu intención fue benévola y aun así sigue siendo una ayuda para él o ella.
Nivel 8: Dar sin alegría
«…necesitas dejar de estar centrado solamente en ti mismo y mirar a la vida desde una nueva perspectiva… la vida no sólo se trata de ti, se trata de los demás en tu vida. Se trata sobre tu familia, tus amigos, y quien sea que Dios ponga en tu camino. Si aprendes la vida desde esta perspectiva y te centras en los otros, tu vida estará más enriquecida por esos otros haciendo lo mismo por ti.”
Mark Villareal, Leadership Lessons From Mom
Cuando un hombre otorga a sus semejantes la caridad, pero lo hace con angustia.
Uno de los requisitos fundamentales de dar la caridad es que se haga con alegría, por lo cual cualquier tipo de ayuda que des y sientas que no quieres o te cuesta hacerlo, entra en este nivel, el más bajo.
Este nivel es bueno porque el acto fue benévolo, pero está muy lejos de los demás niveles a la hora de atraer abundancia a tu vida. No digo que no la pueda atraer, pero se desaprovecha su energía potencial por mucho.
Recuerda cuan privilegiado eres al estar del lado de los que dan caridad, ya que, si te fijas, la mayoría de las personas en el mundo se encuentran en el lado de los que necesitan, por consiguiente, sólo con este argumento se debería sentir un agradecimiento y una alegría inmensa.
En caso de que necesites más argumentos para saber porque deberías sentirte alegre al dar tu diezmo, te aconsejo releer el artículo desde el principio.
Conclusión
La caridad es una de las formas más loables que existen para atraer riqueza a tu vida.
Ser generoso con el prójimo es una especie de obligación espiritual que los seres humanos tenemos, por lo cual debemos retribuir a aquellos en necesidad con lo que nos sobra de lo que tenemos.
Pero, la única forma en la que puedes dar caridad es sintiéndote y siendo abundante y próspero, pues estar en capacidad de darla te pone en una situación de privilegio. Caso contrario, si no eres ni te sientes como tal, entonces te encuentras en el lado de los que necesitan recibir ayuda.
Si bien puedes ayudar al prójimo con la cantidad que se te antoje, lo recomendable siempre ha sido dar al menos un 10% de todo lo que generas. Recuerda que no todo lo que te llega te pertenece, hay una parte de eso que pertenece a otros, pero a ti te dieron la responsabilidad de hacérselos llegar.
Existen muchas formas en las que pueden puedes dar tu caridad, de hecho, hay 8 niveles distintos en los que se encuadrarían cualquier ayuda que des. La recomendación siempre será procurar estar en los 3 primeros para poder atraer el máximo de riqueza posible.
¿Ya has dado la caridad que te corresponde dar?
¿Sientes alegría al poder brindar una ayuda a tu semejante?
Te invito a dar tu caridad. Aunque no creas en nada de lo que has leído hasta acá, simplemente hazlo para hacer del mundo un lugar mejor mientras aprendes a administrar tu dinero de forma más consciente.
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“Yo ya he hecho lo que pude. Ahora, dale una razón para vivir.”
Palabras del Ángel de la Muerte a Elizabeth Sherman, Hellboy 2
Haines, Alaska, Estados Unidos, enero 2019.
Una pequeña mariposa de color blanco que se hallaba posada sobre la hierba del suelo salió volando despavorida debido al sonido de una exhalación húmeda que se acercaba.
El olor natural de las hierbas alimentaba el sensible y poderoso olfato de un perro que escudriñaba la zona con curiosidad. No era la primera vez que lo hacía, pero siempre que olfateaba de esa forma pareciera como si fuera su primera vez pasando por ahí.
—¡Archer! Ven acá muchacho.
El can inmediatamente reconoció esa voz, era las palabras que siempre decía su dueño cuando se acababa el paseo y era hora de volver a casa. Además, estas palabras le hacían agitar su cola con gran alegría porque siempre que iba corriendo hacia su humano, él lo recibía con caricias, palabras afectuosas, y una golosina que a Archer le encantaba.
—Buen chico —dijo el humano mientras acariciaba el pelaje café y blanquecino de su mascota—. Es hora de volver, la cena pronto estará lista y es mejor que no se enfaden con nosotros por llegar tarde. Y menos en este día que todo ha estado más soleado y seco que de costumbre para ser invierno. Ha de ser un buen augurio.
El humano empezó a caminar hacia su hogar mientras Archer le seguía. Claro que la curiosidad del animal no lo dejaba de invadir, y varias veces en el trayecto tenían que recordarle que había que seguir caminando porque una piedra o alguna ardilla lo hacían desviarse un poco.
Una vez en casa seguía otro ritual. Su humana se saludaba de beso con su humano, y luego dirigía caricias y palabras afectuosas hacia Archer, lo que le hacían agitar su cola incontroladamente.
—Qué bueno que llegan, estoy por servir la comida.
El hombre se sienta en la mesa a la espera de la comida, y Archer se acuesta sobre el tapete que queda cerca a la chimenea. Siempre que vuelve de su paseo diario el perro se echa allí para tomar una siesta mientras el calor del fuego lo calienta, pero esta vez no pudo dormir porque a los pocos minutos escuchó como la comida era vertida en su plato por lo que salió a su encuentro.
Normalmente al pararse del tapete, el perro deja allí una mancha oscura y huellas en el piso por la humedad desprendida, pero esta vez no hubo ni mancha ni huellas.
La mujer sirvió la cena. En el plato de Archer había servido concentrado para perro. En los platos de la mesa puso hamburguesas de alce y dos tazas de sopa de pescado. Al terminar de comer, los tres quedaron satisfechos y preparados para ir a dormir luego de un breve reposo frente al televisor.
Como de costumbre antes de irse a la cama, el hombre avivó un poco más el fuego de la chimenea para tener un sueño más cálido, y esta vez lo hizo más por costumbre como si de algo que hace automáticamente se tratara, ya que esa noche en particular no se sentía tan fría.
Los humanos dormían en una habitación del segundo piso de la casa, Archer tenía su propio cuarto en el primer piso, y aunque en distancia los tres estaban alejados de la chimenea, el calor que la misma irradiaba lograba calentarlos a todos.
Cuando algo que es improbable o que no ha ocurrido antes tiene que pasar, pasa.
Los tres estaban en un sueño muy profundo como en cualquier otra noche. La chimenea empezó a arrojar chispas como normalmente lo hace. Algunas de esas chispas suelen llegar hasta el tapete en el que Archer toma sus siestas llegando de sus paseos, y debido a que aquel tapete quedaba húmedo después de que él se levantaba, nunca prosperaba la ignición.
Pero ese era un día peculiar, estuvo soleado y a la vez muy seco por lo que Archer no dejó humedecido el tapete ni las superficies alrededor con sus huellas. Las chispas de a poco empezaron a coger vida sobre el tapete, después crecieron en tamaño y por último se extendieron. Se alimentaban de todo lo que había a su alrededor pues la mayoría de cosas están hechas de madera, así hasta que creció a un punto que ya era inminente un incendio.
Unos vecinos se dieron cuenta de que desde esa casa salía un humo negro de forma tan abundante que supieron que no era obra de la chimenea. Uno de ellos se acercó a la ventana de la casa y vio una llama gigante que devoraba el interior a la vez que sentían un calor espantoso. Inmediatamente llamaron a los bomberos muy preocupados porque ninguno del interior de la casa salía y ya temían lo peor.
Los bomberos acudieron en pocos minutos a la escena. Cuatro de ellos entraron a explorar, dos fueron al segundo piso y los otros dos lo hicieron en el primero.
Los del segundo hallaron a la pareja de humanos un poco débiles intentando salir mientras el hombre gritaba un nombre con desespero.
—¡Archer! ¡Archer! ¿Dónde estás?
—Señores salgamos rápido de acá —dijo uno de los bomberos—, ya hay dos compañeros en el primer piso buscando por si hay alguien más.
—Encuentren a Archer por favor, es mi perro y también mi familia.
Los humanos salieron de aquella casa en llamas con los dos bomberos. Afuera estaban los otros dos bomberos que exploraron el primer piso.
—¿Y Archer? ¿Dónde está mi perro?
—Señor, no pudimos sacarlo —respondió uno de los bomberos—. Lo vimos envuelto en llamas, y cuando nos acercamos a él para intentar ayudarle, el perro salió huyendo de la casa. No sabemos hacia dónde se fue, pero se veía muy mal herido.
El hombre sintió una gran preocupación, tanto así que perdió el equilibrio y terminó sentado en el suelo viendo como todo lo que tenía se perdía con el fuego. La tristeza no cesó por la doble pérdida, ni siquiera cuando los bomberos lograron apagar por completo el incendio.
Su cara reflejaba el semblante de alguien que se sentía derrotado. En su mente recordaba las palabras que le había dicho a Archer de que ese día traería buenos augurios, ahora la culpabilidad empezaba a asomarse en su corazón.
Sin embargo, un rayo de esperanza lo alcanzó antes de ser consumido por sus emociones negativas completamente, escuchó en el radio de uno de los bomberos de que habían visto un perro quemado corriendo directo hacia el océano, ahí supo que era Archer. Ambos, los dueños y los bomberos salieron a su encuentro.
—Ahí estás —dijo el hombre con lágrimas en los ojos—. Pero, ¿qué fue lo que te pasó Archer?
El perro lucía casi irreconocible, tenía quemaduras de tercer grado que iban desde todo su rostro y cabeza hasta la mitad derecha del resto de su cuerpo. Se le veía sufriendo y con dolor, y aun así agitaba su cola incontroladamente de alegría por reencontrarse con sus dueños, pero las caricias no iban a poder ser, estaba muy mal herido.
Sin pensárselo más, el dueño le pidió una camioneta prestada a un vecino para llevar al perro a algún servicio veterinario de urgencias lo más pronto posible. Así pues, él, su esposa, y Archer fueron directo al consultorio de la reconocida Veterinaria Michelle Oakley.
Al llegar al centro de atención hubo malas noticias, la veterinaria no estaba porque apenas venía de camino desde California y le sería imposible atenderlos. Teniendo en cuenta que Archer necesitaba atención urgente, debían acudir otro sitio pronto, pero hubo más malas noticias. El centro de atención veterinaria más cercano quedaba a 7 horas en automóvil.
—Sólo te pido que resistas muchacho —dijo el hombre a Archer con los ojos vidriosos temiendo lo peor—, te llevaremos lo más pronto posible.
De nuevo, sin pensárselo mucho, los tres cogieron camino hacia ese lejano centro veterinario. Archer cayó en el asiento trasero y cerró sus ojos debido al trauma violento sufrido, ya no hacía ruido ni hacía el más mínimo movimiento, yacía en la posición de un animal que está inerte.
El hombre lo vio desde el espejo del retrovisor y las lágrimas le empezaron a salir de los ojos mientras seguía conduciendo.
—Primero perdimos nuestra casa —dijo el hombre sollozando—, y ahora perdimos nuestro perro.
La esposa irrumpió a llorar también. Ambos dentro de la camioneta tenían semblantes de tristeza intensa.
En el camino apareció una señal que indicaba un retorno en la próxima milla. El hombre ya se había decidido a tomarlo para volver. En su mente estaba eligiendo el sitio entierro del perro, pero esa imagen lo hacía sentir aún peor.
Cuando estaba a pocos metros de dar el retorno, la pareja escuchó una fuerte exhalación. Archer seguía vivo. La esperanza volvió a ese carro y pasaron por alto el retorno retomando rumbo al centro veterinario lejano.
—Archer, ¡eres el mejor! ¡Resiste! Conduciré lo más rápido posible para que te atiendan. Recuerda que te queremos.
Al día siguiente
Los veterinarios de ese centro lejano habían atendido a Archer, ahora se encontraba estable. Lo habían hidratado y habían vendado sus quemaduras. Infortunadamente eso no sería suficiente.
La puerta del centro se abrió y todos los trabajadores miraron a la persona que entraba como si fuera una celebridad. Era la veterinaria Michelle Oakley a quien habían puesto al corriente del incendio y de la condición del perro, así que desvió su viaje para poder ir a ayudar a Archer.
Cuando la Dra. Oakley revisó a Archer, supo dos cosas. La primera fue que ese perro era un luchador, sobrevivió a pura fuerza de voluntad pues cualquier otro perro no hubiese aguantado un viaje de 7 horas en esas condiciones y habría muerto. Y la segunda fue que ella tampoco iba a poder hacer más de lo que los demás veterinarios le habían ayudado hasta ahora.
—Archer es un luchador, ha sobrevivido contra todo pronóstico —dijo la Dra. Oakley a los dueños del perro—. No obstante, necesita más atención de la que aquí o yo pudiéramos darle. Lo bueno es que está estable y podemos regresar a Haines para seguir el proceso en mi consultorio. Además, una amiga mía, la Dra. Jamie Payton, irá hasta allá y nos ayudará. Dice que ha estado estudiando un método para curar quemaduras muy efectivo, espero que pueda ayudar a Archer.
–Le agradezco mucho doctora —respondió el hombre con una cara que mostraba alegría y esperanza pero que en pocos segundos se transformó en preocupación—. Pero… no le puedo pagar. Hemos perdido todo en el incendio.
—No se preocupe por eso, lo importante es ayudar a Archer. Honestamente no sé mucho de cómo tratar quemaduras de animales tan severas, así que Archer será mi maestro para que yo sepa qué hacer en un futuro cuando tenga que tratar otro animal con lesiones similares. Entonces no me tiene que pagar nada.
—Doctora, muchas gracias nuevamente. Usted es un instrumento de Dios.
La Dra Oakley entró para preparar a Archer para otro viaje de 7 horas de regreso en carretera. Y la pareja fue a preparar la camioneta para que todo estuviera listo para el trayecto.
—Amor —dijo la esposa abriendo la puerta trasera de la camioneta—. En realidad, no hemos perdido nada.
—Lo sé cariño, desde que tengamos a Archer y estemos los tres juntos podemos recuperar lo nuestro.
—Bueno sí, pero no me refiero a eso. Quiero decir que no hemos perdido nuestras pertenencias.
—¿A qué te refieres?
—Verás, olvide decírtelo antes, y con todo esto del incendio y de Archer también lo olvide. Hace dos días fui a una aseguradora y firme un seguro para nuestra casa que cubre varias cosas, entre ellas incendios. Así que cuando volvamos y Archer esté curado, podemos ir a cobrar el seguro. ¡Recuperaremos todo!
La pareja se abrazó y volvieron a llorar, pero esta vez de alegría.
Meses después
Archer salió de la camioneta de sus dueños corriendo muy alegre, y con su incontrolable movimiento de cola saludó a la Dra Oakley quien estuvo pendiente de todo su proceso de recuperación en los últimos meses. Archer la considera a ella una amiga muy cercana.
Las partes quemadas de su cuerpo habían sido tapadas con piel de tilapia pues, en estudios de la Universidad de California Davis hechos por la Dra Payton, estas tienen propiedades curativas y regeneradoras sobre tejido quemado. El tratamiento había sido un éxito, tanto así que este es el día en el que le van a ser retiradas para darle fin al tratamiento.
Debido a su aspecto escamoso, Archer se ganó el apodo de <<asesino de dragones>>. Y bien que lo era, pero no tanto por su aspecto sino por la prueba tan dura que tuvo que superar. Venció las llamas y ahora renacía como un fénix.
Al ser removida la piel de tilapia, debajo de esta el pelaje de Archer había vuelto a crecer y el perro se veía más vigoroso que nunca. Estaba tan contento que no puedo esperar para salir corriendo a jugar y olfatear la hierba como tanto le gustaba.
—Dra Oakley —dijo el dueño de Archer—, le agradezco por todo. Sientase en libertad de pasar a nuestra casa a visitarlo cuando quiera.
—A quien deberían darle las gracias es a Archer. Él nos enseñó que mientras tengamos ganas de vivir, esa voluntad nos mantendrá vivos hasta las últimas consecuencias. Y ya veo que el amor que sienten por él fue la razón que lo mantuvo con vida.
Gracias al suceso con Archer, la Dra. Oakley y su equipo aprendieron mucho sobre cómo tratar quemaduras severas en animales. Sin saberlo, este conocimiento iba a ser más valioso de lo que pensaban porque poco tiempo después grandes incendios iba a asolar a Australia entre junio de 2019 y mayo de 2020, y ellos estarían en la primera línea ayudando a los animales afectados.
La voluntad es una fuerza superior
“…Keter (la voluntad primera y original; el instinto) es la fuente de la libertad de elección del hombre en su capacidad para elegir cómo actuar y reaccionar frente a las situaciones de la vida…”
Jaim Kramer & Abraham Sutton, Anatomía del Alma
Aquel que tiene voluntad puede superar hasta la muerte.
Aquel que tiene voluntad puede acceder a niveles de fuerza muy superiores.
Cuando hablo de voluntad me refiero a cuando tomamos decisiones 100% comprometidas. Ten cuidado de no confundirla con lo que colectivamente conocemos como <<fuerza de voluntad>>, la cual es una fuerza finita que nos mantiene funcionando cuando no hemos tomado decisiones comprometidas, pero de esta última hablaremos un poco más adelante.
La verdadera voluntad es una fuerza infinita.
Esa misma fuerza es la que usamos para permitir o no permitir, tolerar o no tolerar, ciertas cosas en nuestra vida.
Cuando tomas una decisión comprometida de no volver a salir con una expareja que te hirió demasiado, y esa persona quiere invitarte a salir para arreglar lo de ustedes, si tu decisión es real ni siquiera te lo piensas, la palabra <<NO>> brotará de tu mente y de tu boca automáticamente. Así de fuerte es la voluntad real.
Cuando los animales son sometidos a tratamientos médicos fuertes para poder superar alguna gravedad en sus estados de salud, estos suelen recuperarse con bastante rapidez, un ejemplo de esto es Archer. Las ganas de seguir viviendo hacen que se centren en recuperarse a como dé lugar.
Al ser seres tan instintivos se rigen principalmente por las dos máximas que compartimos todos los seres vivos de este planeta: una necesidad de supervivencia y una necesidad de reproducción.
Yo he tenido algunos hámsteres a mi cuidado, son mascotas adorables. Una vez llevé a uno de ellos a una veterinaria especializada en roedores. Ella me dijo que ellos son animales de presa y por lo tanto no suelen demostrar dolor ni molestia a pesar de que puedan tener alguna enfermedad o lesión, ya que mostrarse así los hace ser percibidos como presas más fáciles de cazar ante los ojos de posibles depredadores. O sea, su instinto de supervivencia hace que saquen una voluntad férrea para mantenerse con vida mostrándose fuertes.
En los humanos pasa el caso contrario a los animales con cierta frecuencia. Muchas veces las personas se echan a morir y/o se deprimen ante una enfermedad severa, ante la pérdida de una extremidad, ante la aparición de una deformidad, entre otras posibles afectaciones en el cuerpo. Las emociones aparecen y nos nublan el camino de acceso hacia la poderosa fuerza de la que nos dota la voluntad. Todo esto lo sé porque he estado ahí.
Todavía recuerdo aquel día de mayo del año 2017 cuando había ido a urgencias por consejo de un centro de toma de exámenes donde me había realizado una tomografía, pues en los resultados aparecía que tenía una neoplasia en el colon ascendente. Estaba cerca de ser la media noche cuando un médico entró a la sala, me examinó, revisó mi historial, y vio el resultado de todos los exámenes que me había hecho hasta entonces. Luego me dijo, <<usted tiene cáncer>>.
Antes de ese momento, yo ya llevaba dos meses en los que, literalmente, me había echado a morir y no le ponía actitud a la vida ni a la situación. Si bien era cierto que no me sentía del todo bien a nivel de salud, mi manera de afrontar la situación no ayudaba mucho y el deterioro se hizo más fuerte. Bajé muchos kilos en muy poco tiempo, tenía constantes dolores en la zona donde apareció la neoplasia, no tenía apetito, me despertaba sudoroso en medio de la noche, perdí mi libido, mi cuerpo emanaba hedor, entre muchos más síntomas. En síntesis, no tenía voluntad para vivir porque en mi diálogo interno me decía que ya no valía la pena hacerlo, así que boté a la basura mis sueños y actué en concordancia haciendo nada.
Alrededor de 3 días antes del momento donde me dieron el pronóstico cancerígeno, leí una carta que me había escrito a mí mismo en abril del 2016 donde me decía que creía en mí y en mi futuro y le decía a mi yo futuro que sin importar lo que pasase, yo seguía creyendo en él. Las lágrimas salieron de mis ojos como cascadas y entendí que no podía seguir afrontando las cosas como hasta entonces, así pues, en ese momento tomé una decisión real y comprometida de que todo iba a cambiar y que iba a salir adelante de eso.
Después de que el médico me diera ese pronóstico en mi visita a urgencias, él me ordenó un cuarto para que me quedara desde esa noche internado allá sumado a varios exámenes. Estando en la sala de espera para que me tomaran los primeros exámenes, decidí que no me iba a quedar ahí hospitalizado y me fui. Ya estando en mí casa me dije que, si tenía cáncer, qué genial sería que cuando alguien cuente la historia de mi vida en un futuro, en esa historia hubiese un capítulo donde yo lo superé. En otras palabras, acepté con alegría la situación y me visualicé triunfante.
Pasaron los meses, y gracias al apoyo de mi familia y a mi deseo inmenso de ser más grande que la situación, pude recuperarme sin quimioterapia. Todo empezó a cambiar progresivamente, gané peso, ya no olía hediondo, pude volver a comer con gusto, y recuperé mi libido. No fueron fáciles esos meses, pero amé ese proceso y estuve comprometido a tener mi capítulo como vencedor. Finalmente, en exámenes de meses posteriores el problema pasó de ser una necrosis horrible a ser un simple ameboma y terminó con una cirugía de remoción del colon ascendente el día 24 de enero de 2018.
Logré acceder a una fuerza superior por medio de mi decisión comprometida, hice uso de mi voluntad poniéndole actitud a la situación y teniendo la certeza de que sí podía ser más grande que cualquier enfermedad. Además, logré mantener esa voluntad más tiempo, tanto así que la recuperación de mi cirugía fue en tiempo récord. Se estimaba que iba a durar alrededor de dos semanas hospitalizado, y al quinto día me dieron la orden de salida; me dieron una incapacidad de dos meses, y al mes ya el médico dijo que podía retomar mi actividad física.
Con esta historia que me ocurrió pude entender que la fuerza poderosa de la voluntad real existe, y que, dependiendo del motivo que haya detrás de las decisiones que tomamos, esa fuerza puede ser impulsora o destructiva para nosotros. Por eso hay que ser muy conscientes en cuanto a nuestras intenciones, nuestros pensamientos, nuestras palabras, nuestros actos y nuestras decisiones.
El instinto es la fuerza de voluntad original. Como seres vivos que somos, tenemos acceso a ella. Sin embargo, cuando sabemos darle enfoque a esa fuerza con nuestra intención, la transformamos en deseo.
El deseo es un uso más consciente y sofisticado de la fuerza de voluntad, el cual lo podemos usar para cualquier cosa que nos propongamos pues nos dota de poder para ello. Por ejemplo, cuando nos invade el deseo sexual somos capaces de hacer, decir y comportarnos de maneras que en otros momentos no podríamos, incluso abandonar lo que sea simplemente para satisfacerlo.
El deseo es lo que marca la diferencia entre personas que quisieran hacer un cambio en sus vidas pero pasan los años sin realizarlos, y las personas que en cuestión de meses hacen una metamorfosis sin precedentes.
Sin embargo, como vimos en varios párrafos atrás, para acceder a este poder del deseo debe existir una decisión comprometida que la soporte, de otra manera sería un <<quisiera>>, o sea una ilusión más que algo que pueda atraer a mi realidad.
El núcleo de la palabra decisión es que cortamos cualquier alternativa.
La única forma de saber si tu decisión es comprometida es viendo tus pensamientos. Si una buena parte de tus pensamientos se dirigen hacia la posibilidad de hacer algo que supuestamente decidiste que no ibas a hacer, significa que esa decisión no fue real.
Y, por último, una decisión comprometida debe estar acompañada por una intención adecuada, pues dependiendo de tu intención la vida se encargará de evidenciarlo. Por ejemplo, si decides convertirte en alguien que posee mucho dinero, pero la intención detrás de ello es de que te sientes escaso y pobre, las cosas que te pasarán durante ese proceso se encargarán de mostrarte que eres pobre y escaso, aun cuando obtengas dinero alguno. Cosa distinta si tu decisión de ser opulento tiene como intención real la de convertirte en alguien abundante, ahí las cosas que te pasen serán para enseñarte a ser abundante.
Para saber cuál es tu intención real analiza los patrones que se repiten en tus comportamientos, en tus pensamientos, en la forma en que reaccionas a las situaciones, mejor dicho, en todo. Requiere de un trabajo introspectivo riguroso que vale la pena con creces, pues al saber cuál es tu intención real, puedes empezar a sanear todas las áreas de tu vida y encaminarlas mejor a lo que desees.
¿Qué deseas para tu vida?
¿Ya tomaste una decisión comprometida?
¿Qué intención real hay detrás de tu decisión?
Aléjate de la fuerza de voluntad falsa
“De acuerdo a investigaciones en psicología, tu fuerza de voluntad es como un músculo. Es un recurso finito que se agota con el uso. Como resultado, al final de tus días extenuantes, los músculos de tu fuerza de voluntad están agotados dejándote desnudo e indefenso, y con cero controles para detener los bocadillos nocturnos y las pérdidas de tiempo. Al menos eso es lo que te han enseñado. Claramente, las investigaciones sobre la fuerza de voluntad explican el comportamiento humano, pero solo a nivel superficial. El mismo hecho de que se requiera fuerza de voluntad viene de muchas fuentes fundamentales: tú no sabes lo que quieres, y, por lo tanto, te encuentras en conflicto internamente. Tu deseo (tu por qué) por tus metas no es lo suficientemente fuerte. No estás de lleno en ti ni en tus sueños. Tu entorno se opone a tus objetivos.”
Dr. Benjamin Hardy, Willpower Doesn’t Work: Discover the Hidden Keys to Success
Lo que conocemos habitualmente como fuerza de voluntad es más una lucha interna causada por indecisión sobre algo que quiero pero que aún no me he comprometido a conseguirlo del todo.
Esta falsa fuerza de voluntad es un recurso finito, tan finito como nuestra misma energía física y mental.
Los seres humanos tenemos en promedio 50.000 pensamientos al día. Si pudiéramos escudriñar el cerebro de un adicto, por lo menos 40.000 de sus pensamientos serían sobre aquello a lo que es adicto. Un alcohólico constantemente pensará en licor, un drogadicto en estupefacientes, un ludópata en apuestas, etc.
Así pues, aun cuando el adicto sepa en su razonamiento que su comportamiento es malo y que debe dejarlo, el simple hecho de que tenga ese conflicto mental entre recaer y evitar su comportamiento maligno implica una falta de decisión comprometida. Por tal motivo acude a la fuerza falta de voluntad para evitarlo, y cuando los músculos de la falsa fuerza de voluntad se agotan, recaerá indudablemente en su vicio.
Acceder a la verdadera fuerza de voluntad requiere de decisiones comprometidas que transforman mi vida, mi comportamiento, mis relaciones más cercanas, mis intenciones, mis acciones, y mi entorno.
Cuando empezamos a cambiar nuestro entorno por medio de decisiones comprometidas, todo lo demás empieza a transformarse acorde a ello. Por eso la recomendación es iniciar por el entorno.
“El diseño triunfa sobre la fuerza de voluntad” BJ Fogg
Si tú eres una chica obesa y has decidido con un compromiso real bajar de peso, tu entorno tiene que ser reflejo de ello para que pase. Cuando hagas las compras de tu casa, no comprarás dulces de ningún tipo, es que ni siquiera pasarás por los estantes de estos. Si tienes amigos que tienen pésimos hábitos alimenticios, cortarás contacto parcial o totalmente con ellos y pasarás más tiempo con personas que sí tengan buenos hábitos. Si eras cliente frecuente de sitios de buffet libre, romperás tu membresía y sólo cocinarás en casa o sólo irás a restaurantes de comida saludable. Empezarás a ser más activa físicamente. Y muchas cosas más referentes a tu entorno que transformarán tu vida radicalmente.
Por ejemplo, en mi etapa de preadolescencia, yo era un adicto a los videojuegos. Cuando estaba en mis vacaciones del colegio, despertaba a las 5 o 6 de la mañana y empezaba a jugar desde ahí hasta las 9 de la noche, y sólo hacía pausas para comer e ir al baño. Y cuando estaba estudiando, llegaba del colegio y empezaba a jugar hasta la noche y no hacía mis tareas.
Cuando finalmente supe que tenía un problema con los videojuegos, empecé a hacer cambios drásticos en mi entorno. Por ejemplo, me deshice de varios juegos de mi habitación y vendí una consola. Empecé a frecuentar menos entornos donde los videojuegos eran el centro de atención y empecé a ir a un gimnasio. Mis horas de juego las empecé a reemplazar gradualmente por horas de lectura. Y, sumado a más cambios, años después ni siquiera tengo aplicación alguna de juegos en mi celular, es que ni siquiera pienso en jugarlos, pude superar mi adicción.
Cada cosa en tu entorno, en tu círculo social, y en tu diario vivir que te haga sentir indecisión ante cosas que quieres hacer o evitar, te hará acudir a la falsa y finita fuerza de voluntad. Por eso, sé meticuloso diseñando todo lo referente a tu vida.
Si bien hasta ahora sólo hemos visto lo referente a superar adicciones, esto aplica igual para conseguir las cosas que deseas. O sea que, diseñar tu entorno y tu vida de acuerdo a tus decisiones comprometidas es la forma en la que accedes a la verdadera fuerza de voluntad.
¿Deseas crear una empresa que da muchos empleos? Tu día a día debe estar de lleno en tu emprendimiento evitando toda distracción y capacitándote para que tu empresa prospere y crezca.
¿Deseas tener una relación de fidelidad con tu pareja? Habla con él/ella y definan límites para lo importante, cierra tus perfiles que tengas en aplicaciones de citas, y dedícale un tiempo importante de cada día a esa persona para hacer actividades que los compenetren más como pareja.
¿Qué deseas para tu vida?
¿Tomarás una decisión comprometida para lograrlo?
¿Cuál sería el entorno adecuado para lograrlo sin que la indecisión aparezca?
¿Qué cosas en tu comportamiento, en tus pensamientos, en tus intenciones, y en tus acciones deben cambiar?
Conclusión
Verdadera fuerza de voluntad = decisión comprometida.
Falsa fuerza de voluntad = indecisión.
Para tomar decisiones comprometidas debemos cortar cualquier alternativa posible, porque de lo contrario no es una decisión sino más bien una inclinación hacia algo.
Para saber si tomaste una decisión comprometida o no, revisa que no tengas ningún atisbo de duda. De existir duda, por pequeña que sea, debes hacer un replanteamiento y un análisis introspectivo para ver por qué dudas.
Tus decisiones comprometidas son la pauta por la cual diseñas tu entorno y tu vida, ya que nada externo a ti que pueda influenciarte debería generarte duda tampoco.
Cuando dudas, quemas energía física y mental intentando hacer o evitando algo, lo cual a su vez también desperdicia tu tiempo. Imagina que, si en vez de perder tu tiempo y tu energía en cosas tan ineficientes como estar dubitativo, usaras tus recursos disponibles para acercarte cada vez más a lo que deseas. ¿Dónde estarías ahora?
La falsa fuerza de voluntad es un agotamiento innecesario e ineficiente de tus recursos disponibles, entre ellos tu energía y tu tiempo.
La verdadera fuerza de voluntad es una fuerza poderosa a la que todos tenemos acceso porque nace del instinto.
La verdadera fuerza de voluntad es muy poderosa pero un tanto descontrolada. Para poder usarla a nuestro favor y controlarla, debemos valernos de nuestra intención para transformarla en deseo. Una vez transformada en deseo, podemos usar ese poder para conseguir y superar lo que sea que nos imaginemos por medio de decisiones comprometidas.
La verdadera fuerza de voluntad es la llave hacia tus sueños
“Finalmente concluí que todo fracaso provenía de una voluntad tambaleante en lugar de una rueda tambaleante.”
Frances Willard
1893. Evanston, Illinois, Estados Unidos.
Sobre una carretera de tierra amarilla, la cual fue trazada por carruajes halados por caballos que habían pasado cientos de veces por ahí abriéndose paso y rasgando la vegetación con sus ruedas creando aquel camino, iba ella, Frances Willard, montada sobre una bicicleta.
El sol no solo iluminaba su paso, sino también su rostro, el cual era acariciado levemente por el viento cada vez que avanzaba, lo que al mismo tiempo evitaba que el polvo que levantaba con sus ruedas la ensuciara.
De vez en vez ella miraba a sus laterales durante cortos segundos antes de poner su vista al frente de nuevo. A la izquierda había un campo recién arado para la cosecha de trigo, y a su derecha había docenas de robles que movían sus hojas con el viento y que generaban pequeños retazos de sombras en el suelo.
A pesar de tener poco más de cincuenta años, su vigorosidad al pedalear era admirable, sobre todo si tenemos en cuenta que su vestido victoriano negro, cuya falda llegaba casi hasta el tobillo, pesaba alrededor de diez kilos. Aun así, mantenía su mente fija en su punto de destino donde iba a encontrarse con una de sus jóvenes aprendices.
Ya estaba por llegar. A cada pedalazo la imagen de la joven se hacía cada vez más grande y cercana, y Frances podía apreciar con mayor detalle el vestido amarillo ocre y el corsé blanco que la otra vestía. Su aprendiz la miraba llegar con una sonrisa que intentaba ocultar su rostro de sorprendida y perpleja.
—¿Cómo haces para montarla?
—Con gran coraje y destreza —responde Frances mientras disminuye su velocidad estando a pocos metros de la joven—, de los cuales tú eres muy capaz.
—Pero, ¿cómo pedaleas vistiendo esas cosas tan incómodas?
En ese momento Frances frena abruptamente pues había llegado a su destino. Debido a su largo vestido, trastabilló y estuvo a poco de golpear la joven mientras bajaba de la bicicleta, por fortuna no pasó nada.
—Cuidadosamente —vuelve a responder Frances riendo un poco y con una sensación de agradecimiento interna por no haberla chocado—. Tu turno.
Voltea la bicicleta para que la rueda delantera esté apuntando hacia la dirección de donde ella venía, y la sostiene en señal de que espera que la joven se suba en la misma y empiece a pedalear. El gesto fue entendido correctamente por su aprendiz quien, a pesar de mostrar inseguridad en su mirada, tomó asiento y puso sus manos en el manubrio y el pie izquierdo en el pedal izquierdo.
—Aquella que tenga éxito adquiriendo el dominio de la bicicleta obtendrá el dominio de la vida —le dijo a su aprendiz para inocularle confianza—. Y las dos cosas que deben ocupar tus pensamientos excluyendo todo lo demás son…
—Primero, el objetivo.
—En efecto. Y tu objetivo de hoy será ese árbol —le dijo señalando a un roble que se encontraba a 50 metros de distancia—.
Así que se puso detrás de la chica de la misma forma que lo haría un padre que enseña a su hijo a montar bicicleta para ayudarle a mantener el equilibrio mientras ella pedalea. La chica comenzó a avanzar tambaleando un poco, pero ganando dominio y equilibrio a cada pedalazo.
Frances fue soltando la bicicleta de a poco para permitir que avanzara ella sola y se diera cuenta de que sí podía, aun así caminaba los pasos iniciales con ella para darle las últimas inyecciones de confianza.
—Lo primero es el objetivo —le recordó Frances—. ¿Y lo segundo?
—El impulso necesario para alcanzarlo.
—Exacto. No mires al piso, mantén tus ojos en el objetivo.
Como esa última frase Frances la dijo gritando un poco pues la chica ya había avanzado algunos metros por sí misma dejándola atrás, la joven se asustó y volteo a verla mientras perdía un poco el equilibrio ganado.
Por fortuna, su mentora le hizo un gesto con sus manos señalando el roble como indicación de que tenía que poner su vista al frente y avanzar.
Como buena alumna, le hizo caso a su maestra y recuperó su confianza poniendo su mirada en el árbol, al cual llegó, aunque casi lo choca porque cuando frenó su vestido también la hizo trastabillar de la misma forma que Frances cuando estaba llegando a su encuentro.
La bicicleta terminó en el suelo, pero la chica indemne, así pues ambas mujeres irrumpieron a reír por el suceso.
Frances, entre risas, miró orgullosa a su aprendiz bajo la sombra del árbol y le vino a la mente un recuerdo de su infancia.
Finales de la década de 1840. Janesville, Wisconsin, Estados Unidos.
Frances se encontraba corriendo y jugando alrededor de los árboles que se encontraban cerca de su casa. Llevaba una vida afortunada para una pequeña mujer de su época, ya que a ella se le permitía jugar de esa manera. En contraste, a las demás niñas las criaban para servir a su hogar y a su marido desde edades tempranas. El matrimonio no tenía un mínimo de edad y había chicas de entre 10 a 14 años que las casaban con hombres mucho mayores que ellas.
—¡Frances! Vuelve a casa, tu padre ha regresado.
Estas eran las palabras que le decía su abuela y le avisaban que debía parar su juego momentáneamente para ir a recibir a su padre en la sala. Así que ella revisaba sus zapatos y su ropa para ver que estuviesen limpios antes de entrar a la casa y recibirlo. Una vez allí se paraba al lado de la silla de su abuela a la espera de la entrada de su padre.
—Oh mi querida niña —dijo amorosamente, Josiah, su padre—. Veo que has estado jugando. Sólo espero que cuando crezcas consigas un buen hombre y críes tus hijos con el mismo amor que yo te doy.
Frances estaba feliz de verlo, amaba a su padre. Además, le encantaba esos momentos porque se sentaban los tres y el padre empezaba a hablar sobre pensamientos e ideas que últimamente había tenido o que había escuchado. Eran momentos de mucho aprendizaje para la niña, una educación diametralmente opuesta a la que recibía cualquier infante por esos años.
Pasaron los minutos, las palabras fluían de la boca de su padre, el tema rondaba en torno a los problemas que ocurrían por las excesivas libertades que poseían las personas en el estado, en especial aquellas que tenían que ver con el consumo de alcohol. A diario se escuchaban historias de familias destruidas por un padre que se ahogaba en la adicción al whiskey.
—Me pregunto si alguna vez Wisconsin tendrá alguna ley de prohibición —dijo el padre como cuando un pensamiento se escapa de la boca y no espera respuesta—.
—Así será Josiah —respondió la abuela gentilmente—. Algún día existirá tal ley por sobre todas estas tierras cuando las mujeres puedan votar.
Las palabras de su padre y su abuela fueron como una epifanía para aquella niña. Frances no olvidaría ese momento jamás, y tomaría las ideas de ambos como el trabajo de su vida durante los años siguientes.
Desde entonces dedicó el resto de su vida a lograr el sufragio universal y a atacar el problema del alcoholismo.
Semanas después de la reunión con la joven aprendiz
Frances y su joven aprendiz iban montando sus bicicletas con destreza y coraje.
Ambas se dirigían hacía un recinto donde Frances iba a dar un discurso para la WCTU (Woman’s Christian Temperance Union, en español sería la Unión de la Templanza de Mujeres Cristianas), organización de la que ella era presidenta, la cual buscaba más libertades para las mujeres, mejor educación para los niños, y generar mayor conciencia sobre los daños físicos y sociales que producía el consumo excesivo de alcohol.
Ambas iban usando pololos en vez de los ataviados e incómodos vestidos largos, esto les permitía pedalear con mayor desenvolvimiento y dominio.
Sin embargo, su vestimenta y el hecho de ir pedaleando generó que recibieran las miradas desaprobatorias de todos aquellos que las veían pasar. Algunos no se quedaban callados y les gritaban cosas como como <<consigan un marido>> o <<vuelvan a casa con sus esposos>>.
Llegaron a un punto donde les tocó detenerse porque pocos metros adelante vieron a dos hombres jóvenes que amenazaban con arrojarles tomates si seguían por ese camino.
—Pasa lo mismo con todas las reformas —le dice Frances a su aprendiz para reavivar la confianza en ambas mientras tomaba impulso para volver a avanzar dando el primer pedalazo—. Algunas veces parecen retrasarse, entonces apenas se balancean, nuevamente se vuelven a ir tan alegremente como si nunca hubiesen sido amenazadas de ser detenidas del todo.
Las dos mujeres lograron avanzar con convicción habiendo esquivado milagrosamente todos los tomates que les arrojaron. Así ambas pudieron llegar a su destino donde varias miembros de la organización la estaban esperando.
Finalmente, Frances pudo dar su discurso en el que le recordó a su audiencia que el mundo también fue creado para las mujeres.
Gracias a sus actos y palabras que inspiraron a muchas más mujeres, logró influir a tal punto que, décadas después, se aprobaron la enmienda 18 y 19 en la constitución de Estados Unidos, enmiendas que trataban sobre la prohibición del alcohol y el sufragio femenino, respectivamente.
Compromisos = Resultados
“El compromiso es una declaración de lo que ‘es’. Tú puedes saber a qué estás comprometido por medio de tus resultados, no a través de lo que dices que son tus compromisos. Todos estamos comprometidos. Todos estamos generando resultados. El resultado es una prueba del compromiso.”
Jim Dethmer, Diana Chapman, y Kaley Klemp
Los compromisos reales se ven reflejados en los resultados.
Tus resultados actuales son la consecuencia de compromisos que ya has adquirido, sea de forma consciente o inconsciente.
Cuando tus compromisos sean a futuro, solo el tiempo nos dirá si son auténticos o no por medio de tus resultados en el futuro. Aunque en el fondo tú ya sabes esa respuesta desde el principio.
Cambiar tus resultados actuales requiere adquirir compromisos distintos.
Obtener mejores resultados requiere adquirir compromisos mucho más elevados y ambiciosos.
Una vez entrenaba en un gimnasio donde conocí a un joven un poco gordo y de poca estatura llamado Camilo. Él, como la mayoría de las personas que asiste a un gimnasio, iba allí porque tenía objetivos estéticos, ya sabes, lo típico de verse más musculoso y definido.
Él asistía a sus entrenamientos cumplidamente. A nivel de desempeño estaba levantando muchísimo más peso que al principio, aunque visualmente se veía casi igual de gordo que en sus inicios. Es como si sus progresos de desempeño no se vieran reflejados en su cuerpo en términos visuales. De hecho, si te lo encontrabas y él te contaba que entrenaba de la forma impresionante en que lo hacía (porque me consta), su panza y su apariencia te hubiesen hecho dudar de sus palabras.
¿Por qué él, a pesar de entrenar tanto, seguía viéndose igual? La respuesta se debe a sus compromisos.
Si bien lo que ocurre en el entrenamiento en sí es importante, y él estaba muy comprometido con eso, las cosas que ocurren por fuera de este también lo son e impactan en los resultados globales. Fue en esas cosas de afuera donde él tenía compromisos contrarios a su objetivo estético. Tenía malos hábitos de descanso y una alimentación poco controlada, así pues, a la corta o a la larga, los resultados de esos compromisos contrarios iban a verse reflejados. En su caso se reflejaban como un cuerpo que no parecía trabajado en absoluto pese a muchos meses de gimnasio intenso que él le había dedicado.
Desconozco del todo cómo se sentía aquel chico viendo tanto esfuerzo invertido sin obtener los objetivos que perseguía, pero puedo adivinar que esa sensación puede estar relacionada con cierta frustración y resignación. Así viven muchas personas en la actualidad, trazando objetivos que nunca consiguen porque adquieren los compromisos incorrectos, sea por desconocimiento y/o por falta de consciencia. Tal como la famosa frase de Henry David Thoreau:
“La mayoría de los hombres llevan vidas de desesperación silenciosa; lo que es llamado resignación, no es más que desesperación confirmada.”
Tu peso y talla de cintura son el resultado de tus compromisos físicos actuales.
Tu nivel de ingresos son el resultado de tus compromisos financieros actuales.
El tipo de relación que tienes con tu pareja también hace parte de tus compromisos actuales.
Y así con cualquier aspecto de tu vida. Nada escapa a este precepto, incluso el hecho de cómo otros te tratan, pues si existe maltrato es porque inconscientemente lo permites y no te has comprometido a hacer que otros te respeten.
Repito, los compromisos se reflejan en los resultados, no en las palabras. Por eso, cuando escucho a alguien decir que si él/ella quisiera, podría lograr o tener x, sé que mienten pues sus resultados actuales no reflejan ese compromiso.
Si pudieran, ¿por qué aún no lo han hecho? Dudo que sea falta de deseo. Es más por falta de capacidad. Esas palabras no son más que una justificación mediocre de porque no lo han logrado y del porqué deciden seguir como hasta ahora. Lo sé porque yo mismo las he pronunciado, y sólo hasta que tuve consciencia de mi mediocridad, no pude librarme de ese estado y lograr las cosas que quería.
Trabajaba en un call center donde mi desempeño era mediocre, de mitad de tabla, superior a algunos e inferior a otros. Miraba con cierta envidia a los top-performers y siempre decía que si me interesara realmente sería uno de ellos, pero al final de cada mes que entregaban resultados seguía quedando en el promedio y mi envidia aumentaba inconsciente y silenciosamente.
Meses después todo cambió. Me dije la verdad, fue duro pero necesario. Admití que eso sí era algo que era importante para mí pues me afectaba no conseguirlo, de otra manera no hubiera sentido envidia. También reconocí que la forma en la que trabajaba era muy mediocre y que podía hacer aún más, sumado a que, si no podía actuar basado en mis estándares más altos en este trabajo, cuando asumiera una ocupación que requiriera mayores niveles de responsabilidad tampoco iba a dar excelentes resultados, ya que mi compromiso era con la mediocridad. Después de esta sesión de honestidad conmigo mismo mi desempeño empezó a aumentar, mi nombre empezó a aparecer entre los primeros puestos de la lista, y fue inevitable que meses después ocupase el primer lugar de la misma. Sin embargo, nada de eso hubiese pasado si no hubiese roto mi compromiso con la mediocridad para iniciar uno nuevo con la excelencia.
Hace dos siglos, las mujeres, en general, solo cumplían con roles del hogar y tenían poca o ninguna participación en la sociedad, lo cual se debía a que ellas estaban comprometidas con esas formas de llevar la vida. Esto lo podemos evidenciar con muchas mujeres que estuvieron en contra de movimientos que buscaban más libertades para las mujeres, aun cuando eso las beneficiaba.
A pesar de sonar absurdo, muchas veces habrá una percepción de imposibilidad en romper compromisos actuales para adquirir compromisos mejores, todo debido principalmente a una sensación de incertidumbre. Por eso, adquirir compromisos conscientemente debe venir precedido de habernos llenado de coraje y de la información adecuada para eliminar la sensación de incertidumbre y facilitar el cambio, de otra forma no sería más que <<un salto de fe>> que no todos están dispuestos a realizar.
Frances Willard y las mujeres que pertenecían a estos movimientos que buscaban más libertades para las mujeres fueron las que eliminaron esa incertidumbre en otras mujeres que querían lo mismo, las educaron y les mostraron un mundo en el que las mujeres tenían más posibilidades, e hicieron que fuera posible adquirir un compromiso con esa realidad que perseguían. Lógicamente, cambiar un compromiso colectivo tan grande y aceptado a nivel general en una sociedad no fue trabajo fácil y tomó sus décadas, pero como el compromiso de estas mujeres fue mucho más grande que eso, sus resultados se han visto reflejados finalmente.
Así que, si un trabajador de call center mediocre pudo convertirse en el mejor de la campaña, y si un grupo de mujeres pudo cambiar una realidad global, todo por medio de adquirir mejores compromisos, tú también puedes cambiar la realidad de tu vida y tus resultados de la misma manera. Comienza entendiendo tu realidad actual y los resultados que actualmente tienes.
¿Qué compromisos actuales has adquirido consciente e inconscientemente hasta ahora?
¿Has sido mediocre?
¿Qué resultados te gustaría tener?
¿Qué compromisos deberías adquirir para obtener esos resultados deseados?
¿Bajo qué estándares vas a actuar desde ahora?
Integridad = Resultados
“Cuando alguno hiciere voto a Jehová, o hiciere juramento ligando su alma con obligación, no quebrantará su palabra; hará conforme a todo lo que salió de su boca.”
Números 30:2
Recordemos que los compromisos sólo se ven reflejados en los resultados, no en las palabras. Sin embargo, sí hay una manera en que nuestras palabras pueden reflejar un compromiso auténtico: siendo íntegros.
La integridad se trata de hacer las cosas que dijiste que ibas a hacer, cómo dijiste que las ibas a hacer, y cuándo dijiste que las ibas a hacer.
¿Dijiste que ibas a bajar de peso este año? Hazlo este año.
¿Dijiste que desde este mes ibas a ahorrar? Separa el dinero este mes.
¿Dijiste que hoy ibas a llamar a un ser querido? Toma el teléfono y comienza a llamar.
La vida puede aparentar ser injusta en algunas circunstancias, sin embargo, es todo lo contrario. Todo lo que pasa es justo y tiene que pasar, sucede para ti y tiene un propósito. Por ese mismo motivo la vida no va a cometer la injusticia de premiar gente que no lo merece. Sé íntegro y cosecha méritos.
No todos los compromisos son iguales, algunos requieren de pocas acciones para tener los resultados esperados, mientras que otros requieren de una acumulación de muchas acciones en un largo periodo de tiempo para cumplirse. La pregunta es, ¿lo harás cuándo y cómo dijiste que lo harías?
¿Cosecharás los méritos necesarios para esa recompensa?
Tal como dijo Warren Buffet:
“Busca estas tres cosas en una persona: inteligencia, energía, e integridad. Si no tienen la última, ni siquiera te molestes.”
La vida es así, y verá que tan íntegro eres para darte acorde a lo que merezcas. De seguro esta es la razón que explica porque sí o porque no has obtenido los resultados que anhelas.
La integridad es un ejercicio que fortalecemos con cada acción hecha, por eso haz conforme salga de tu boca. Llega puntual a tus reuniones, paga cumplidamente tus cuentas, entrega tus proyectos en las fechas pactadas, y todo lo que haga falta. Cualquier compromiso adquirido conscientemente debió haber sido firmado con la tinta de la integridad para que sus resultados se materialicen.
Muchas mujeres estaban seguras de que una realidad en la que ellas pudieran votar y tener los mismos derechos que los hombres era posible, de modo que tuvieron la integridad suficiente para continuar sus obras sin importar el rechazo y la oposición que enfrentaron durante décadas, y gracias a eso muchas mujeres participan y comandan de forma activa en nuestra sociedad actualmente.
Al igual que ellas, en tu camino también existirán obstáculos que deberás sortear, incluso situaciones en donde hasta tú mismo sientas que lo más sensato que debes hacer es claudicar, sin embargo mientras te mantengas íntegro en tus compromisos, serás recompensado en su momento.
Por ejemplo, la youtubera de finanzas personales, Karem Suarez, duró alrededor de cinco años haciendo vídeos cada semana, publicando en los días que dijo que los iba a publicar y sobre los temas que había prometido que iba a hablar. Durante esos cinco años, sus vistas por video no superaban las 250 reproducciones, aun así ella seguía férrea e íntegra en su compromiso. Un día, uno de sus vídeos se volvió viral, y bueno el resto es historia, aumentó su base de seguidores por miles, ha sido contratada por diferentes medios importantes de comunicación, entre otras más recompensas que ha recibido y seguirá recibiendo gracias a su compromiso e integridad.
Imagina todo ese trabajo durante años para tan solo 250 reproducciones. Muchos ya habrían arrojado la toalla apenas en el segundo o tercer mes, se hubiesen sentido frustrados y fracasados, pero Karem no, ella siguió pese a todo, hizo cómo dijo que haría y cuándo dijo que lo haría. Infortunadamente, hoy en día no hay muchos como ella, pero sí abundan los facilistas, esos que buscan la recompensa instantánea, esos que se rinden al poco tiempo, para ellos las recompensas serán proporcionales debido a que la vida es justa.
Karem no sabía cuándo iba a dar fruto tanto trabajo, el hecho es que tenía la certeza de que pasaría, así que adquirió el compromiso adecuado y actuó bajo la más transparente integridad. Así serán algunos de tus compromisos, tienes que tener fe de que se materializarán aunque no sepas cuándo será, y debes ser íntegro con ese compromiso. Ella cosechó méritos durante mucho tiempo, los esfuerzos tardaron años en dar fruto, pero los dieron. Cosecha desde ya los tuyos.
De los compromisos que deseas adquirir, ¿qué tienes que hacer?
¿Cuándo lo tienes que hacer?
¿Cómo lo tienes que hacer?
Haz conforme salga de tu boca.
El precio a pagar
“Cuando se trata de ‘pagar el precio,’ el precio más grande que vas a tener que pagar es tu identidad actual. Tienes que dejar de ser quién has sido o quién eres, con objeto de convertirte en la persona en la que genuinamente te quieres convertir.”
Benjamin P. Hardy
Habrá compromisos que no podrás cumplir. No se trata de falta de integridad por tu parte, se trata más de falta de capacidad. Tu identidad actual quizá no sea la que cumple el compromiso, por eso conforme adquieras compromisos más grandes y ambiciosos, tu identidad tendrá que ser igual de grande.
Todos los niveles siguientes en la vida te exigirán un precio a pagar.
Ese precio puede estar representado en asumir más responsabilidades, en obtener más conocimientos y/o reconocimientos, en superar miedos actuales, en vivir experiencias más intensas, etc. No obstante, todos esos precios se pueden condensar en uno principal: tu identidad.
¿Crees que tu versión de hace cinco años sería capaz de afrontar y resolver las situaciones que ahora tienes? Muy seguramente no, puesto que en el transcurso de estos años has evolucionado y has adquirido compromisos más elevados que te han dado resultados más elevados, experiencia, entendimiento, y te han convertido en una mejor versión.
El problema de la mayoría de personas hoy en día es que cada año que pasa están menos dispuestos a evolucionar, ya sea por miedo a la incertidumbre que exige imaginar un futuro mejor, o por la ceguera que produce la ignorancia de creer que ya lo saben todo y no hay nada que mejorar. Entonces se estancan.
De acuerdo con el filósofo británico Alain de Botton:
“cualquiera que no se sienta avergonzado de quien fue en el último año, probablemente no está aprendiendo lo suficiente.”
Si tu vida y tus resultados siguen igual, tu identidad sigue siendo la misma y no podrás aspirar a mejores compromisos.
Debes pagar el precio abandonando tu versión actual y mejorando tu identidad.
Mejoras tu identidad aumentando tus conocimientos respecto a los resultados que deseas conseguir, realizando acciones que actualmente te paralizarían de miedo, estableciendo relaciones con personas a las que por ahora no tienes acceso siendo como eres, y cambiando tu forma de pensar y tu comportamiento.
¿Tienes que aprender más sobre aquello que te interesa? Lee al menos 20 páginas sobre el tema antes de dormir.
¿Te da miedo? Actúa a pesar de sentirlo, no es fácil, pero es la única forma de acercarte a lo que buscas. Como diría Mastin Kipp:
“A menos de que estés en peligro mortal, el miedo es una brújula que te indica a dónde ir.”
¿Hay una persona con la que quisieras conversar? Di hola y aporta valor sin esperar nada a cambio.
¿Los pensamientos que tienes actualmente te limitan? Sí es así, ¿cómo deberías empezar a pensar a partir de ahora?
¿Los comportamientos que realizas día a día te acercan a tus resultados? Si no, ¿cómo deberías comportarte desde ahora?
Cambiar tu identidad requiere de honestidad y transparencia total. Decirte la verdad, reconocer que no eres tan bueno como podrías llegar a ser, que te estás conteniendo, que eres mediocre, y muchos otros aspectos que no son fáciles de reconocer, pero son parte del precio que debes pagar.
En la época de Frances Willard, la sociedad era muy laxa respecto a las medidas que tomaban en cuanto al consumo de alcohol. Fueron las mujeres de la WCTU quienes empezaron a educar a las personas de ese entonces para hacerles caer en cuenta de los daños a la salud que hacía el libertinaje de ese consumo. De a poco las personas captaron el mensaje, reconocieron su error, y la identidad colectiva evolucionó al punto de legislar lo concerniente al alcohol, así esto pasó a ser un problema menos grave del que era.
¿Qué verdades te tienes que decir, aunque duelan?
¿Qué harás al respecto para que tu identidad evolucione?
Estos cambios en tu identidad son la primera parte del precio a pagar, la segunda parte tiene que ver con integridad.
Tu cambio de identidad tiene que estar soportado haciendo las cosas que debes hacer, cuando debas hacerlas, y cómo debas hacerlas. De lo contrario, esa mejora de identidad no es auténtica y ese nuevo compromiso no dará los resultados esperados.
Conclusión
Tus compromisos se ven reflejados en tus resultados.
Tu identidad y tus resultados actuales son el reflejo de aquello a los que estás o has estado comprometido hasta ahora de manera consciente o inconsciente.
Mejores resultados en tu vida requieren adquirir compromisos más elevados.
Para tener los resultados esperados hay que ser íntegro. Debes hacer lo que dijiste que ibas a hacer, de la forma en la que lo ibas a hacer, y en el momento en que lo ibas a hacer.
La vida es justa y premia a quien lo merece. La integridad se trata de cosechar méritos en tus compromisos.
Los compromisos más elevados te exigirán un precio más alto a pagar. Ese precio lo pagas principalmente con tu identidad. Debes dejar de ser quien has sido hasta ahora y convertirte en la versión que sí es capaz de cumplir ese compromiso, ya que con tu versión actual te será imposible.
Si tu identidad no cambia, tus resultados tampoco, y mucho menos tus compromisos. Si deseas evolucionar, tienes que realizar ese cambio.
Annie Londonderri fue una ama de casa estadounidense que un día aceptó el reto de dos empresarios en Boston quienes no creían que una mujer sería capaz de darle la vuelta al mundo en bicicleta. Ellos estaban dispuestos a darle 10.000 dólares a la que fuera capaz de hacerlo. En junio de 1894, Annie inició su viaje y en menos de 15 meses logró cumplir ese reto. Ella tuvo que renunciar a su identidad de ser una mujer del hogar y convertirse en una mujer aventurera, ya que con su identidad inicial no hubiese podido lograr esta hazaña. Además, con su nueva identidad le era más fácil mantener su integridad y cumplir con un compromiso tan ambicioso.
Elige tu resultado deseado. luego decide a qué identidad deberías transformar tu yo actual para lograr ese resultado. Asume los compromisos que traen consigo esa transformación y sé íntegro con la misma. Tendrás resultados garantizados.
“La persona que sigue a la multitud, generalmente, no irá más lejos que la multitud. La persona que camina sola probablemente se encuentre a sí misma en lugares que nadie jamás ha visto antes.”
Albert Einstein
21 de diciembre de 1989, Bucarest, Rumania.
Hoy parece ser otra tarde más de invierno romaní, ya sabes, trabajar varias horas en la fábrica para recibir un salario de 2000 leus a fin de mes que, la verdad, no alcanza para gran cosa.
Igual que en las últimas semanas, mi plan es llegar a casa a arroparme con mi esposa y mis hijos en el pequeño cuarto del apartamento del edificio que el gobierno nos asignó para vivir allí obligados. Los constantes recortes de electricidad sin previo aviso nos tienen a muchos pasando los horrores del frío invernal debido a la falta de calefacción, incluso he escuchado relatos de gente que ha muerto de congelamiento.
Esta situación me tiene cansado, la dictadura comunista de Nicolae Ceaușescu nos tiene a todos empobrecidos. Quisiera gritar con fuerza mi repudio a este régimen y que el mundo supiera de su doble cara, porque mientras él sale y muestra a este país como una utopía, miles somos oprimidos aquí sin que el exterior se entere.
Sé que somos millones los que compartimos esta sensación en colectivo, pero ninguno de nosotros se atreve a revelarlo por miedo. Miedo a la Securitate, la policía secreta de Ceaușescu. Tenerlos cerca te hace sentir un escalofrío hasta en lo más profundo de la médula espinal, su represión es brutal. Además, ellos están infiltrados en todos los ámbitos de nuestra sociedad, puede que hasta tu vecino que se ve aparentemente inofensivo sea uno de ellos, por lo tanto debemos ser muy cuidadosos de nuestras palabras y nuestros actos. Una acción nuestra que pueda molestarles o que vaya en contra de Ceaușescu, y los últimos momentos de vida que tendremos serán dentro de un cuarto de tortura.
A pesar de ese miedo latente que hemos sentido en las últimas dos décadas, ahora se siente un leve rayo de esperanza de cambio.
Hace 4 días, en la ciudad de Timișoara, László Tökés, un pastor que había hecho críticas contra el régimen públicamente, iba a ser desahuciado, pero la gente se amotinó y no permitieron que ni la policía ni el ejército lo sacasen de su hogar. Todo eso causó unas revueltas que desencadenaron en la muerte trágica de muchos. Pese a la masacre, era la primera vez que el pueblo le hacía cara al gobierno.
Ahora los demás nos preguntamos si es el inicio de la decadencia de esta tiranía, o si todo seguirá igual, pero con medidas más severas como represalia por esa revuelta.
Ceaușescu acaba de volver de Irán y planea hacer un mitin nacional. Supongo que querrá reafirmar su poder porque con esa revuelta de hace pocos días, sumado a la caída del muro de Berlín y el derrocamiento del comunismo en varios países del círculo de influencia soviético, no se siente tranquilo y puede peligrar su mandato. Frenará cualquier actividad y nos obligará a todos a escuchar otro de sus largos y aburridos discursos sobre el socialismo y su poder, honestamente preferiría trabajar o pasar frío antes que escuchar a ese sujeto.
Infortunadamente, nos llegó una orden a la fábrica proveniente de la Securitate, la cual dice que todos los que trabajamos aquí debemos ir a la plaza a presenciar el mitin de Ceaușescu.
Mi suerte no puede ser peor, ¡maldición! Al ser orden de la Securitate debo ir, de lo contrario mi vida y la de mi familia corren peligro, llegaré tarde a casa, espero que no pasen tanto frío en lo que llego.
Horas después
Estamos en la plaza a la espera de que Ceaușescu salga del balcón y empiece a hacer uso de su siniestra demagogia. Según le oí a un policía, somos alrededor de 80.000 personas congregadas acá, cualquiera que no conociera la situación real de este país podría pensar que le queremos demasiado, pero apuesto a que la mayoría, al igual que yo, hemos venido obligados, e incluso quienes no están en la plaza deben de estar en casa sintonizando esto porque no hay cadena de radio ni televisión que tenga permitido transmitir otra cosa. Aunque, apuesto que, sin temor a equivocarme, aquí hay muchas personas pagadas por el partido comunista para aplaudir y alabar sus palabras.
Ya llevamos varios minutos aquí y nada que empiezan para salir de esto lo más pronto posible, ¿es que no entienden que está haciendo frío? ¡Al menos pronúnciense, por favor!
Por fin, como si hubiesen oído mis pensamientos, alguien se acerca al balcón, es el alcalde.
—Queridos Camaradas —nos dice a los que estamos en la multitud quedando unos segundos en silencio mientras acomoda el micrófono—. Por favor, permítanme hablarles desde el corazón, y solicitarle que nos hable en este inmenso mitin popular en la capital de la gente trabajadora, al amado y estimado líder del partido y del país. De eminencia patriota revolucionaria, quien durante seis décadas ha hecho un buen trabajo para darle al país prosperidad, libertad, e independencia total a la Rumania socialista. Secretario general del partido, presidente de nuestra república, nuestro camarada: ¡Nicolae Ceaușescu!
Conforme termina sus palabras, desde la multitud aplaudimos y coreamos con cantos de apoyo de forma robótica y automática.
Ceaușescu aparece en el balcón mientras el alcalde sale de ahí para darle paso. Lo puedo ver desde acá con su gorrito negro y su abrigo del mismo color. Nos saluda a todos agitando su mano derecha, la misma mano con la que nos despojó a muchos de nuestros hogares porque consideraba que las casas representaban una libertad privada contraria a sus ideales, y nos mandó a todos a vivir en edificios de apartamentos porque él cree que estos son la mayor expresión de la civilización.
Todavía recuerdo cuando ordenó la demolición de todas las casas en la calle que vivíamos y nos hizo pagar los permisos y la demolición, fue el día en que lo perdimos todo. Al recordarlo, no puedo evitar que una lágrima se escape de mis ojos acompañada de una ira inconmensurable.
—Queridos camaradas y amigos —por fin empezó su discurso—, ciudadanos de la capital socialista rumana. Primero, deseo dirigirme a ustedes los participantes de este inmenso mitin popular, a todos los residentes de la municipalidad de Bucarest, un saludo caluroso revolucionario, ¡acompañados de los mejores deseos de éxito en todos los campos!
La multitud vuelve a aplaudirle, pero esta vez yo ni aplaudo ni canto por la rabia que siento en este momento. Me sorprende que muchos más no lo hacen tampoco, el sonido de las aclamaciones que siempre se le hacen en sus mítines es menor de lo normal. Esto es nuevo.
—También quisiera dirigir mis agradecimientos a los iniciadores y organizadores de este gran acontecimiento en Bucarest, pues lo considero un…
Ceaușescu se detiene de repente. Desde la multitud se empezaron a oír chiflidos, no sé desde dónde vienen ni quién fue el primero en hacerlo, pero son cada vez más las personas que se unen a ese abucheo de forma colectiva.
No lo pienso ni por un solo instante, yo también me uno a la ola creciente de los que estamos cansados e inconformes con esta dictadura.
Mientras unos siguen con los chiflidos, y otros gritan que renuncie, yo soy del grupo que empieza a vociferar insultos, es la mejor forma de sacar toda esta ira comprimida.
En el balcón todos los miembros de su gabinete parecen atónitos, sus ojos no dan crédito a lo que ven. Ceaușescu intenta hacer como si nada pasara y empieza a decir <<Hola>> varias veces como si de un problema de sonido se tratase, sin embargo su pérdida de control es más que evidente.
La policía de la Securitate ordena que se detenga la transmisión de inmediato, lo bueno es que los equipos de filmación se unieron a la desobediencia en masa y siguieron transmitiendo lo que sucedía, aunque dirigiendo las cámaras al cielo. Todo el país era espectador de todo lo que estaba pasando, y ahora oían nuestro grito colectivo de <<¡Ti-mi-șoa-ra! ¡Ti-mi-șoa-ra!>>.
25 de diciembre de 1989
Aunque hemos estado al borde de la guerra civil en los últimos días, y de que Ceaușescu y su esposa Elena intentaron huir, hoy me encuentro con mis camaradas revolucionarios, el pueblo que por fin se levantó y le dijo a un viejo decrépito que su reinado de terror acabó. Estamos a la espera del juicio de ambos tiranos.
Ceaușescu se defiende como si estuviera en posición de exigir, además repite que no es legítimo ese juicio. Un injusto reclamando justicia, vaya ironía.
Tras varios minutos viendo, por fin se declaró la sentencia: pena de muerte para ambos.
Los cargos son genocidio y enriquecimiento ilícito. Más sorprendente aún, su ejecución será hoy mismo en el cuartel general Targoviște, y será transmitida en vivo. Eso no me lo pierdo por nada.
Tras algunos minutos de espera mientras los trasladaban a ambos para que quedaran frente al pelotón de fusilamiento, su esposa se ve devastada y derrotada, pero Ceaușescu sigue con espíritu de lucha. No sé si este sujeto tiene una dignidad excesiva o está loco, pero por fin admiro algo de él, probablemente yo estaría igual de derrotado que su cónyuge en la misma situación.
–¡Viva la República socialista de Rumania! ¡La historia me vengará!
Gritaba Ceaușescu a sus verdugos del pelotón de fusilamiento sin retirarles la mirada en ningún momento, y posteriormente empezó a cantar con fuerza La Internacional, el himno de los obreros del mundo.
–¡Arriba parias de la tierra! ¡En pie famélica legión! Atruena la…
Sonaron los disparos y ambos cayeron al suelo. La sangre salía de sus cuerpos y corría por los suelos. Habían muerto y con ello simbólicamente también murió la dictadura que nos oprimía.
No sé qué nos depara el futuro, sólo sé que ya hemos sufrido bastante y es hora de que nuestra vida cambie de rumbo. Hay un partido llamado Frente de Salvación Nacional liderado por un tal Ion Iliescu, quien nos promete el cambio que tanto anhelamos. Le daré mi voto de confianza al igual que otros millones de mis compatriotas, sólo espero que no sea más de lo mismo y pueda recuperar mi vida, por mí y por mi familia.
Y pensar que esta certeza de redención creciente en el corazón de millones de romaníes empezó con alguien que abucheo, le debemos esta revolución a ese héroe anónimo.
Gracias.
Los pioneros inspiran
“Cuando haces un buen trabajo, si éste inspira a otros, entonces acabas de crear un efecto dominó.”
Mohith Agadi
A veces sólo hace falta una persona.
Una sola persona puede inspirar a una multitud, siempre que sus actos, sus palabras y sus intenciones irradien con la fuerza suficiente como para que la multitud se adhiera a ellas.
Una sola persona puede ser capaz de captar el deseo del colectivo y convertirse en la voz que se alce y guíe a otros en el camino que todos desean seguir en el fondo.
Una sola persona puede entender los miedos y las limitaciones compartidas por todo el grupo y superarlas. De esta manera el grupo se inspira y le sigue, superando así esos miedos y limitaciones en conjunto.
Recuerdo una vez hace unos años que iba en un bus azul del SITP, uno de los transportes públicos de mi ciudad, Bogotá. En estos buses debes pasar una tarjeta que contiene tu saldo sobre un sensor para que el torniquete mecánico se active y puedas avanzar a los asientos.
Una chica se subió, pero no tenía saldo en su tarjeta, entonces ella nos preguntó a todos si alguno de los que ya íbamos dentro del bus podríamos venderle un pasaje de nuestras tarjetas. Yo no tenía saldo suficiente en la mía para eso, así que no le dije nada, la cuestión fue que nadie más se pronunció tampoco. Sin embargo, sentí que sí había personas que querían ayudarle pero por alguna extraña razón no decían nada.
El ejemplo es la mejor forma de inspirar a otros a hacer las cosas, sobre todo aquellas que desean hacer pero que una limitación falsa se los impide.
Yo le di a esa chica mi tarjeta y le dije que, en un tono lo suficientemente fuerte para que los demás pudieran oírme, le vendía el pasaje, aunque no sabía si tenía saldo (lo sé, le mentí, lo acepto). Obviamente, cuando ella pasó mi tarjeta por el sensor no hubo para su pasaje, pero logré mi cometido real. Después de que ella me dijo que no se pudo y me devolvió mi tarjeta, dos personas más en el bus se ofrecieron a venderle de sus tarjetas, y finalmente ella pudo tomar su transporte.
Quizá sea claro que nada les impedía a los demás pasajeros venderle de sus pasajes a aquella chica, pero había un miedo irracional latente que no se los permitía, aunque en el fondo desearan ayudarle. Sólo hizo falta un acto que les mostrara que ellos tenían el poder de ponerse por encima de sus miedos y hacer lo que deseaban sin problema. Una vez lo vieron y lo entendieron, lo hicieron.
Ese miedo irracional era el mismo que sentían miles de romaníes en la plaza de Bucarest durante el último discurso de Ceaușescu. Ellos deseaban rebelarse, y en realidad tenían la ventaja porque no sólo eran los 80.000 de aquel lugar, sino millones en otros partes del país que se unían a esa disconformidad. Unidos eran más y más fuertes que el dictador y su séquito. Sin embargo, un miedo irracional los mantenía sometidos… hasta que alguien por medio de un abucheo expresó lo que todos querían hacer, mostrándoles así que era posible la sublevación y de a poco los demás fueron uniéndose. Lo demás fue historia, el final de la dictadura comunista romaní de Ceaușescu.
Los miedos que sentimos casi siempre son irracionales, y como humanos tenemos la capacidad de descubrir su falsedad y superarlos.
Todos podemos superar nuestros miedos sin excepción.
A veces superamos nuestros miedos por medio de nosotros mismos, otras veces los superamos por medio de otros. Por eso, si puedes ser luz guía para otros, brilla y resplandece.
¿A qué es a lo que más miedo le tenemos?
“No debo temer. El miedo es un asesino mental. El miedo es la pequeña muerte que trae obliteración total. Afrontaré mi miedo. Permitiré que pase por mí y a través de mí. Y cuando haya pasado miraré con mi ojo interno su camino. Donde el miedo se haya ido no quedará nada. Sólo yo permaneceré.”
Frank Hebert, Dune.
Vale la pena repetir esto: casi todos los miedos que sentimos son irracionales así que tenemos la capacidad de ponernos por encima de ellos y superarlos.
Una vez sabes cuál es la raíz de tu miedo, te es más fácil comprenderlo y saber cómo superarlo. No digo que lo dejes de sentir, sino que ahora puedes actuar a pesar de todo porque sabes que no es la gran cosa que aparentaba. Ahora sabes que tú eres más grande que él.
Vivimos en una época en la que deberíamos temer a muy pocas cosas. Casi todos nuestros miedos son heredados de nuestros antepasados cuyas situaciones, experiencias y entornos no tenían nada que ver con los nuestros actuales. Sus reglas del juego no nos aplican igual, y casi todo lo que ellos consideraban problemas, hoy en día ya están resueltos.
Temíamos a la llegada del anochecer porque no podíamos ver los peligros de nuestro alrededor, hoy en día la electricidad nos ilumina en las horas nocturnas. Temíamos acercarnos a gente foránea porque otras tribus podían matarnos por no pertenecer a ellas, hoy vivimos en un mundo globalizado e interconectado donde puedo tener amigos en casi cualquier parte del mundo. Temíamos errar en público porque cualquier error que cometiéramos y podíamos ser marginados en nuestra sociedad por el resto de nuestros días, hoy entendemos que los errores nos ayudan a mejorar e incentivamos a que se cometan, se aprenda de ellos y se corrijan. Y así con muchos más miedos.
Así que, ¿por qué temer?
Casi todos tus miedos actuales son irracionales. Casi todos los miedos que sentimos colectivamente son irracionales. Lo malo es que son esos mismos miedos los que nos paralizan, pues los miedos que sí son reales son los que generalmente nos hacen movernos de nuestro sitio, por ejemplo, el miedo a morir en medio de una situación de peligro.
Las soluciones y las respuestas siempre aparecen tras hacer las preguntas adecuadas. Cuando afrontes tus miedos, pregúntate, indaga en ti, ten una conversación contigo mismo.
¿Por qué sientes ese miedo?
¿Es esto algo por lo que de verdad deberías sentir temor?
¿Qué sería lo peor que te podría pasar si haces eso que te asusta?
Hazte todas las preguntas que quieras, pero no permitas que el miedo te siga paralizando.
Cuando te paralizas por ello es porque permites que tus emociones gobiernen tu mente, debes abrirle paso al mandato de tu razón, porque racionalizando las cosas, lo cual implica un entendimiento y un control emocional previos, puedes minimizar el miedo y devolverlo a su tamaño real para actuar a pesar de todo.
Ahora te pregunto,
¿sabes cuál es nuestro mayor miedo irracional?
¿Sabes cuál es el miedo que más nos paraliza?
¿Sabes cuál es el miedo que todos compartimos, que al superarlo nos resuelve casi todos nuestros demás miedos y los de los demás que nos rodean de forma sistemática?
La respuesta a ese miedo la podemos encontrar en una escena de la película Coach Carter cuando Timo Cruz le agradeció al entrenador[1]. Sus palabras fueron las siguientes:
Nuestro mayor miedo no es que no encajemos. Nuestro mayor miedo es que tenemos una fuerza desmesurada. Es nuestra luz y no nuestra oscuridad lo que más nos asusta. Empequeñecerse no ayuda al mundo, no hay nada inteligente en encogerse para que otros no se sientan inseguros a tu alrededor. Todos deberíamos brillar como hacen los niños. No es cosa de unos pocos sino de todos. Y al dejar brillar nuestra propia luz, inconscientemente, damos permiso a otros para hacer lo mismo. Al liberarnos de nuestro propio miedo, nuestra presencia libera automáticamente a otros. Señor, quiero darle las gracias, me ha salvado la vida.
Así es, el mayor miedo irracional que todos compartimos es nuestra propia fuerza interior, nuestro propio potencial.
A lo que más tememos, y la raíz de todos nuestros demás miedos irracionales, es nuestra propia luz.
Cuando aceptas tu luz y cuando conoces tu propia fuerza, la vida cambia. Dejas de temer a cosas insignificantes que sólo te limitan. Y le muestras el camino a otros para que también puedan brillar.
La mejor forma de afrontar los miedos de tu vida es y será siempre apropiándote de tu propia luz. Podrías atacar miedo por miedo y tardar toda tu vida en ello sin lograr erradicarlos a todos; o podrías ir al núcleo y erradicar todos tus miedos de raíz.
Somos luz
“Podemos perdonar fácilmente a un niño que le teme a la oscuridad; la verdadera tragedia de la vida es cuando los hombres le temen a la luz.”
Platón
“Cuando era un niño pequeño, me daba mucho miedo la oscuridad. Pero luego entendí que la oscuridad sólo significa la ausencia de fotones en una longitud de onda visible de 400 a 700 nanómetros. Entonces pensé, bueno, es muy tonto estar asustado por la falta de fotones. Así que ya no sentí más miedo de la oscuridad después de eso.”
Elon Musk
El biofísico alemán Fritz-Albert Popp fue nominado hace algunas décadas a un premio nobel por su extenso trabajo investigativo y sus descubrimientos en el campo de los biofotones, término que él mismo acuñó para referirse a la luz que emiten los organismos vivos independientes de reacciones enzimáticas.
Los seres humanos estamos compuestos de biofotones. Cada una de nuestras células emite luz, la cual la utilizan para comunicarse entre ellas en el espectro electromagnético. Si esto pasa en nosotros a nivel celular, sabiendo que estamos compuestos de células, eso implica que nosotros también emitimos luz, que somos luz, y que nos comunicamos entre nosotros por medio de nuestra luz.
Temer a la luz es temer a nosotros mismos.
Dime algo, cuando te ves en el reflejo del espejo, ¿sientes miedo? Lo sé, suena absurdo, tener pavor de nosotros es ilógico, pero si temes a la luz, temes a ti porque estás compuesto de ella, eres luz.
En el libro Biophotons[2], se detalla un experimento en el que toman dos muestras de sangre cuyos tubos contenedores tenían un cristal que permitía la entrada y salida de luz UV. A una de las muestras le inocularon un virus, por lo cual esa muestra empezó a generar unos anticuerpos para defenderse del mismo. Cuando revisaron la otra muestra, a la cual no le habían inoculado ese virus, esta también había generado los mismos anticuerpos, fue casi como si una muestra le hubiese dicho a la otra que se preparara para combatir ese virus, y tal comunicación ocurrió por medio de los biofotones.
Intentaron lo mismo con otras muestras, pero esta vez los tubos que las contenían eran de unos cristales que inhibían la entrada y salida de luz UV. Al inocular el virus en una de las muestras, esta creó los anticuerpos correspondientes. Sin embargo, cuando revisaron a la muestra libre de virus, esta vez no hubo anticuerpos generados. Al bloquear la comunicación de los biofotones, la muestra con virus no tuvo forma de comunicarle a la otra lo que pasaba.
Tal como es arriba es abajo, y viceversa. Si lo del experimento de las muestras de sangre paso a nivel molecular, moléculas que hacen parte de nuestra composición, lo mismo puede pasar entre seres humanos porque serían miles de millones de biofotones tuyos comunicándose con miles de millones de biofotones de otras personas, de ahí aquello de que cuando brillas permites que otros brillen, lo comunicas con tu luz.
La forma en la que haces acrecentar tu luz es construyendo tu vida, poniéndole cara a tus miedos y superándolos.
Ten metas y ten objetivos. Piensa en el futuro que deseas crear, piensa en la versión de tu yo futuro, y ponte desde ya a materializar ese futuro.
Inspira a otros con tu luz. Rodéate de seres de luz.
La oscuridad no existe, es solo la ausencia de luz.
Tú eres luz, deja de ausentarte.
Conclusión
La mayoría de los miedos que sentimos no son reales. Si bien nuestros miedos reales sí hacen que reaccionemos y nos movamos, los irreales son los que nos paralizan del todo.
Nuestros miedos son heredados, como el miedo a las alturas, el miedo a conocer gente nueva, el miedo a hablar en público; e inoculados, como traumas de la infancia y situaciones del pasado que nos hayan marcado, etc. En la época actual, casi todos esos miedos tienen solución y no deberían atemorizarnos, pero lo hacen, y mientras sigan haciéndolo nuestra luz será tenue o invisible.
El principal miedo irracional, y que es la raíz de todos los demás miedos irracionales, es el miedo a nuestra propia luz, a nuestra propia fuerza desmesurada. Resolver este miedo principal resuelve los demás sistemáticamente.
En tanto que temamos a nuestra propia luz, es como temer a nosotros mismos. Si nos da miedo nuestro propio ser, no podemos explotar nuestro propio potencial. Tu cuerpo posee la suficiente energía potencial como para darle energía a una nación durante 30 años, también es equivalente a alrededor de 225.000 bombas atómicas como la que destruyó Hiroshima. ¿Seguirás desperdiciando tu potencial?
Una vez que empieces a brillar con tu luz y dejes de temerle, podrás comunicarles a otros que ellos también pueden brillar. Tu luz puede inspirarlos y mostrarles el camino de cómo ellos pueden superar sus miedos también.
Empequeñecer tu luz es ir en contra de tu naturaleza, es un daño que le causas a tu persona. En consecuencia, cuando no brillas con tu luz, impides que otros lo hagan, siendo así un daño que también les haces a los demás.
En un experimento[3], se vertieron unas pulgas dentro de un frasco de vidrio durante 3 días. Una vez pasado ese tiempo, el frasco fue removido, pero pasó algo sorprendente. Las pulgas no iban más allá de los límites que el cristal del frasco les marcaba a pesar de ya no estar más allí. Las generaciones de pulgas que nacieron después en ese grupo aprendieron esos límites invisibles e inexistentes de sus predecesoras, por lo tanto no iban más allá de dónde las demás iban. Con una sola pulga que se metiera a ese grupo, la cual no tuviera esos límites inexistentes aprendidos, si esta saliese más allá de esos supuestos límites, las demás pulgas la verían y empezarían a seguirle rompiendo sus límites invisibles.
Sé la pulga que le enseña a las otras a ir más allá de los límites inexistentes aprendidos. Sé el ciudadano romaní anónimo que con su ejemplo instó a la sublevación grupal deseada con sus abucheos. Sé la fuente de inspiración de otros para superar sus miedos y que brillen con su luz propia.
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