Hola, encantado, mi nombre es Jean Pierre Bernal
Te doy la bienvenida a mi página personal donde compartiré mi experiencia, mi conocimiento, y muchas cosas más contigo con objeto de ahorrarte todos mis errores, poder transmitirte una versión de la vida en la que todo es posible, y, por qué no, que podamos convertirnos en amigos algún día.
Si te preguntas quién soy o de dónde vengo, te daré un breve background de mi vida.
Nací en Bogotá el 19 de abril de 1994.
Como a los 20 días de nacido la vida me mostró que yo merecía vivir pues atravesé por una cirugía fuerte en ese entonces, y afortunadamente sobreviví.
En mi tiempo de bebé, del cual no tengo recuerdos sino simplemente historias que me han contado, viví con mi padre, mi abuela paterna, mi madre y mi hermana. Rumores decían que mi abuela me descuidaba mucho, lo cual no le agradó mucho a mi madre, sumado a otras situaciones personales que la llevaron hasta su umbral de dolor y que la hicieron tomar la decisión drástica de salir de esa casa con mi hermano y conmigo para más no volver.
Mis padres se divorciaron por esa época, y el alma de mi padre me hizo una muestra de amor inmensa al desaparecer de mi vida por completo como señal de que yo era lo suficientemente fuerte y que no le necesitaría más a partir de mis 3 años de edad. Así fue como ahora pasé a vivir con mis abuelos maternos, mi madre, mi hermana y un tío.
Fue una época donde sentí mucho amor, aunque mis recuerdos de ese entonces se dividen en dos pequeñas analepsis, sé que me sentí muy querido. Entre esos vagos recuerdos están un montón de terapias respiratorias porque crecí muy enfermo, y el amor de mi abuela y mi abuelo que era grande, sobre todo porque mi madre trabajaba por las mañanas y estudiaba por las noches, así que casi no pasaba tiempo con ella.
Mi abuelo era a quien más quería en aquel momento, pero él, al igual que mi padre, también me hizo una demostración de amor a nivel de alma inmensa yéndose de nuestras vidas para crear una familia aparte en un municipio cercano a Bogotá.
Si bien su partida fue dolorosa en ese momento, en especial porque no se despidió, fue mi oportunidad de aprender a asumir responsabilidades y a ser más autónomo porque él siempre me hacía las tareas del colegio y no dejaba que me castigaran si hacía algo malo.
Luego de esos sucesos, quedé al cuidado y crianza de mi abuela, una mujer muy fuerte que superó el cáncer y a quién amé tanto al punto tal que decía que hubiese dado un riñón por ella. Ella se convirtió en mi modelo a seguir, me enseñó muchas cosas, entre ella mis principios y mis valores, ella fue toda mi infancia. Ahora que descansa en paz, no tengo más que agradecimientos infinitos porque la vida la puso en mi camino.
Llegada mi adolescencia, mi madre se casó con un hombre maravilloso que la ama a ella y que daría todo por ella, y lo mejor es que nos ama a mi hermana y a mí, y daría también todo por nosotros.
Con este matrimonio, nos fuimos los 4 a vivir en otro sitio en Bogotá e iniciamos nuestra vida como una familia, o como nosotros la llamamos: pequeño núcleo.
Por estos años iniciales de familia, adquirí una adicción, era un obsesionado con estar jugando video juegos. Me despertaba entre las 5 y las 6 am y desde esa hora encendía mi consola. Jugaba todo el día desde temprano hasta las 9 pm más o menos, sólo haciendo pausas para comer e ir al baño.
En un momento me di cuenta que de seguir así estaba desperdiciando mi vida por completo, más que todo porque no tenía el sueño de convertirme en gamer profesional, de hecho en esa época ni sabía que eso existía.
La adicción era tan grande que tuve que probar muchas cosas que no funcionaban, hasta que di con algo que me enseñó que las adicciones no se quitan, simplemente se reemplazan. Dado esto, empecé a ocupar mi tiempo en otras actividades como lectura, ejercicio, entre otras. Gracias a eso pude abandonar ese vicio al punto tal que ni siquiera tengo video juegos en mi móvil.
Habiendo superado lo anterior vino una época de rap y de producción musical. Cree música como un rapero llamado Pierre GL, a la vez que aprendí cosas sobre beatmaking y producción musical. Estuve intentando en ese mundo por alrededor de cinco años sin éxito pero con muchos aprendizajes, lo hice hasta que una beca me cambió mi vida.
A los 20 años me salió una beca para ir a España, más exactamente en la ciudad de Pamplona, y estudiar una maestría en administración de negocios internacionales. Esta experiencia duro casi dos años de mi vida y fue muy enriquecedora, de hecho fue como mi despertar, mi momento de decirle a la vida que quería evolucionar.
Yo siempre he dicho que cualquier persona que odie sufrir y pasar por cosas difíciles no debería declararle a la vida que tiene un deseo de superarse, de desarrollarse personalmente, ni de evolucionar, ya que la vida se encargará de destruir tu versión actual para poder abrir campo y construir la mejorada, y ese proceso es muy doloroso.
Fue tal la “destrucción” de la versión actual de ese entonces que enfermé horrible cuando ya había regresado a Colombia de España en el año 2017. Fue tan duro lo que me dio que un doctor me dijo que tenía cáncer en ese entonces y estuve en varias citas en una unidad de oncología.
Esta experiencia me enseñó muchas cosas, entre ellas que la capacidad de un hombre puede duplicarse si la situación lo demanda, que tenemos la autoridad para cambiar el mundo a nuestro antojo, y muchas más.
Esa enfermedad culminó el año siguiente el día 24 de enero con una cirugía que me llevó a un punto de no retorno. Poco antes de entrar al quirófano me dije que si salía vivo de ahí iba a montar un proyecto. Afortunadamente salí con vida y pude hacer algo increíble que se llama Ser Insoslayable, un proyecto en el cual generé contenido de desarrollo personal y con el que pude aportar a la vida de muchas personas.
Aunque ese año 2018 fue maravilloso, yo seguía con deseo de más evolución, y pues ya sabes qué opino sobre pedirle a la vida más evolución. La vida me la dio, el año siguiente pasé por el momento financiero más difícil que he tenido que sortear hasta ahora. Estuve endeudado, con mis pagos en mora y al borde de una demanda. Por otro lado, mi familia estaba pasando por un momento económico difícil también así que no pude pedirles ayuda. Y, por si fuera poco, no tenía ni ingresos ni ahorros, la vida me obligó a salir a buscar empleo.
Tras algunos meses sin suerte en entrevistas de trabajo, entré a un call center donde duré casi año y medio trabajando. Allí pude darme cuenta de muchas de mis emociones que no estaban maduras y que de seguir así tendría problemas en un futuro. Además, también me di cuenta que tenía problemas con mi merecimiento, pues no me sentía suficiente ni merecedor de cosas buenas.
Una vez me di cuenta de esto, me puse a trabajar y comportarme como una persona que recibe las cosas que quisiera, empecé a sentirme merecedor de esas cosas maravillosas. Y pasados pocos meses de trabajo en mi persona, pude renunciar y salir de allá muy agradecido y por la puerta alta.
Luego de eso, entré a una empresa como gerente. Ha sido todo un reto pues, como diríamos popularmente en el mundo profesional, la realidad no siempre es como aparece en los libros, sin embargo, esta experiencia es muy enriquecedora.
Por último, esta página nace como una forma en la que puedo contribuir al mundo, con la cual le puedo dar a las personas partes de mí que pueden serles de mucha utilidad. Por eso, te invito a que revises el contenido que aparece en esta página y que me des tus comentarios sobre lo que sea que pienses o dudes, yo estaré encantado de conectar contigo.
Sin más por ahora, te doy una bienvenida a mi espacio, uno en el que tú y yo conectamos y creamos cosas mejores para nosotros mismos y para el mundo.